¿Por qué en Canarias no baja el paro como sí lo hace en el resto de España?

Un mazazo que agranda aún más los problemas del mercado laboral en la región, problemas cuyo origen está en la extremada dependencia del exterior que caracteriza la economía local.

El catedrático de la Universidad de La Laguna (ULL) José Ángel Rodríguez Martín califica de «simple» la economía canaria, tanto como para que un sector público vital y capaz de «tirar» de ella sea imprescindible para la recuperación. En una coyuntura en la que la Administración recorta sus plantillas, las instituciones han dejado de ser un refugio seguro , lo que en la autonomía, con islas como La Gomera o El Hierro donde cabildos y ayuntamientos han sido los principales empleadores, es un obstáculo para el mantenimiento de puestos de trabajo que parecían seguros. Un obstáculo, por tanto, aun más difícil de salvar que en el territorio peninsular.

Rodríguez Martín hace hincapié además en algo que guarda cierta relación con las llamadas «economías de escala»: la lejanía. No en vano, las islas están al sur del sur del país, a más de 2.000 kilómetros de distancia, lo que impide cualquier tipo de sinergia con otras regiones.

«Canarias no se ve arrastrada por una comunidad cercana», ahonda el catedrático de Economía Aplicada de la ULL, quien a ello añade la acentuada dependencia del «ciclo económico nacional».

Al respecto, explica que, pese a la buena noticia de mayo y de otros indicadores, España todavía no está en condiciones de «tirar» lo suficiente como para reactivar el motor de la comunidad, que comparte con aquella, por si fuera poco, la restricción crediticia y el consecuente deterioro del consumo.

Turismo

La principal «industria» del archipiélago es el subsector turístico. El maná del que han vivido varias generaciones de canarios desde que, allá hacia el final de los sesenta y principios de los setenta, municipios como el Puerto de la Cruz o San Bartolomé de Tirajana descubrieran al mundo los encantos de Canarias.

Pero no es suficiente, no al menos en las actuales circunstancias. «El turismo no va mal, pero no hay grandes proyectos ni se prevén estampidas de nuevos visitantes. Es cierto que se habla ahora de los turistas que pueden llegar de rebote de Turquía —que vive una convulsa situación política y social—, pero esto no será suficiente para crear empleo», reflexiona Rodríguez Martín. Las dos patronales del sector coinciden: el turismo, solo, no puede solucionar todos los problemas del mercado laboral.

«Estamos prácticamente en el límite», asevera el presidente de la Federación de Empresarios de Hostelería y Turismo (FEHT) de la provincia de Las Palmas, Fernando Fraile . Fraile pone énfasis en que, más allá de fluctuaciones del número de contratos en función de la temporada turística, alta o baja, los hoteles y demás establecimientos han absorbido toda la mano de obra de la que son capaces, o casi.

Matiza el representante de la patronal que sectores vinculados al turismo, como el comercio u otros servicios relacionados (bares, discotecas...), sí que no han podido resistir y han destruido empleo. ¿Por qué? Pues entre otras cosas porque muchos turistas viajan prácticamente con lo puesto, y su gasto se limita al hotel y poco más.

Desde la otra patronal turística de las islas, Ashotel, su gerente, Juan Pablo González , recuerda que aunque el turismo representa el 30% del PIB de la región, «no se pueden poner todos los ojos sobre el sector». González ahonda en esta idea y subraya que «no se debe pedir a un sector concreto que resuelva solo el problema del desempleo, más acusado en el resto de sectores productivos», sectores que, agrega, también deben empezar a crear puestos de trabajo para una recuperación plena. En caso contrario, el turismo no puede dar más.

«Estamos en el límite», insiste Fraile. El gerente de Ashotel llama también la atención sobre las consecuencias negativas que las «recetas» de la Troika han dejado en los indicadores del consumo y, al fin, sobre esa dependencia del exterior de la que ya advertía el catedrático Rodríguez Martín. «Tenemos también que crecer desde dentro », añade González.

En lo tocante estrictamente a los datos de mayo, puntualizan que el hecho de que Canarias no se sumase a la corriente positiva del resto del Estado se debe a que este es un mes «de transición» hacia la temporada alta, mes que suele dejar peores números en el archipiélago que en los destinos peninsulares.

Y si el turismo se comporta bien pero no da más de sí, el otrora esplendoroso ladrillo hoy es apenas polvo. Para comprender la magnitud del deterioro de la construcción basta con citar que el subsector ha perdido más de 50.000 empleos desde el estallido de la crisis, allá en octubre de 2007. El desplome de la obra pública está detrás de tamaña caída, un hecho que pone de manifiesto esa dependencia también del sector público que padece la economía isleña.

Buenas noticias

Pero con todo y a pesar de todo (de más de un 34% de paro y un 70% de paro juvenil), hay también algunos datos para la esperanza. La directora del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), María de los Reyes Zatarain , ha ayudado a ABC a encontrar esos números sobre los que debe construirse la recuperación. Lo primero y fundamental, explica, es que los canarios «quieren trabajar», tal como evidencian los guarismos de la tasa de actividad , con mejor comportamiento que la media nacional.

Zatarain, que confía en que lo ocurrido en mayo sea algo «puntual» y relacionado precisamente con que se trata de un mes tradicionalmente malo en la comunidad autónoma, como confirmaron las patronales, detalló además que las islas están más cerca de detener el crecimiento del desempleo que el conjunto del país. De hecho, mientras la variación relativa es de un 3,8% de media, en el archipiélago es del 1,1%, es decir, Canarias está más cerca del anhelado cero (y a partir de ahí de crear puestos de trabajo) que el conjunto del Estado.

La directora del SEPE advirtió además que el desempleo juvenil también parece apuntar un cambio de tendencia , algo en lo que está contribuyendo el nuevo contrato para la formación y aprendizaje. En términos interanuales, el número de este tipo de contratos aumentó un 51% en el conjunto del país; en la región lo hizo un 240%.

Solo en mayo, el 6,6% de los contratos de esta modalidad que se firmaron en todo el territorio nacional (cerca de 10.000) correspondieron a las islas. Y también esta teniendo aceptación en el tejido productivo de la autonomía el contrato de apoyo a emprendedores, que supuso casi el 30% de los nuevos contratos indefinidos (más que la media) en mayo y que está significando 50.000 nuevos contratos al año (en cifras estatales) un número que, además, va en aumento.