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Sacyr desiste de su intento de entrar en BBVA y opta por vender

El Consejo de Administración de Sacyr decidió hoy desistir de su intento de entrar en el máximo órgano de gestión del BBVA y deshacerse de las opciones de compra con las que contaba sobre el 3,1 por ciento del capital del banco. Según informó el grupo constructor y de servicios a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el acuerdo alcanzado por unanimidad por el Consejo incluye, además, la venta de la participación del 0,4718 por ciento que hasta ahora tenía del BBVA.

Fuentes de la entidad bancaria consultadas por EFE rehusaron hacer algún comentario oficial sobre la decisión de Sacyr, que reportará al grupo constructor unas plusvalías multimillonarias.

Concretamente, y según explicaron a EFE fuentes de Sacyr, la liquidación de sus acciones en el BBVA y de las opciones de compra contratadas generarán unas plusvalías de entre 140 y 150 millones de euros.

La constructora es propietaria de 16 millones de acciones de la entidad financiera, lo que supone el 0,4718 por ciento del capital, y cuenta instrumentos de cobertura sobre otros 90 millones de títulos.

La ejecución de estas opciones de compra y la venta de sus títulos habrían supuesto una inversión total de 1,2 millones de euros, equivalente al 3,1 por ciento del capital, según las citadas fuentes.

Esta decisión pone fin a una pretensión que salió a la luz hace ahora dos meses y medio, cuando la compañía presidida por Luis del Rivero reconoció a la CNMV que estudiaba "la oportunidad de adquirir una participación" del BBVA suficiente como para convertirse en su mayor accionista y entrar en el Consejo de Administración. La operación, que hay quien la ha entendido como una maniobra política para quitar a Francisco González la presidencia del BBVA, fue defendida por Del Rivero como una vía para crear valor tanto para la constructora como para el banco. Por su parte, los analistas bursátiles destacaron en su día la carencia de "sentido económico" de la operación, ya que no aportaba ningún beneficio a la constructora y, ni siquiera, le daba la mayoría suficiente para tener verdadero poder en la gestión del banco.

Además, la operación -en la que tampoco se observaban sinergias relevantes entre ambos negocios- requería de una inversión muy elevada para la constructora y una ampliación del 38 por ciento de su capital (1.100 millones de euros).

A finales del mes pasado, Del Rivero ya reconoció que veía "cada vez más difícil" que la participación de su empresa en BBVA se incrementara hasta el 5 por ciento (desde el 3,1 por ciento que tenía garantizado) y que, por lo tanto, pudiera exigir representantes en el Consejo de Administración de la segunda entidad bancaria del país.

Aunque se mostró partidario de dialogar con el máximo órgano de representación del banco, el presidente de Sacyr ya señaló que la operación dependía también de éste, que había manifestado reiteradamente su oposición a la operación. Del Rivero siempre ha defendido que los movimientos de su compañía eran "una operación exclusivamente empresarial y sin condicionantes políticos", por lo que consideraba "una pobre noticia económica" el posible fracaso de la operación.

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