A la luz de Freud y Almodóvar
Cuenta Kagan que al escribir el libro, hizo cuanto pudo para interpretar los sueños a la luz de la teoría de los sueños que existían en el XVI, pero al final entró en su análisis según las ideas de Freud debido a la relación conflictiva entre Lucrecia y su padre, y a causa de esto, su relación con Mendoza, canónigo de Toledo, que fue, en gran medida el padre que nunca tuvo. El fundador del psicoanálisis también influyó en la interpretación de Kagan acerca de los sueños con Felipe II. Pero, finalmente, el escritor asegura que «mi análisis está más contextualizado en el siglo XVI que a finales del XIX». Con respecto a si tenía conocimientos políticos suficientes para ser subversiva o fue instrumento de algún poderoso, el autor se inclina más por lo primero: «Tenía sus propias razones para quejarse del Monarca: la promesa incumplida de darle una dote».
Asegura Kagan que no fue el azar lo que le condujo a encontrar a Lucrecia. «Fue ella la que "me encontró". Hallé una carta dirigida a los miembros del Consejo Supremo de la Inquisición por un inquisidor de Toledo, que contenía un breve resumen del caso de Lucrecia. «Pensé, evoca ¿sueños?, ¿sueños de mujeres?, ¿mujeres detenidas por la Inquisición a causa de ellos? Los temas me fascinaban y decidí dedicarles un libro»Lucrecia es bastante desconocida por los españoles, pero sugiere que «sería interesante verla a los ojos de un director de cine español, Almodóvar, por ejemplo, a quien le encanta tratar a los marginados de la vida española».
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