El Rey pide «unidad, determinación y cooperación» contra el terrorismo
El Rey pidió hoy a los demócratas de todo el mundo "unidad, determinación y cooperación" para acabar con "ese delirio sanguinario y aberrante, totalitario y siempre injustificable" que es el terrorismo, ante el que las sociedades libres "no pueden claudicar ni ceder".
Unidad, porque las divisiones debilitan la lucha; determinación, por cuanto la amenaza terrorista "afecta a nuestros derechos y libertades fundamentales"; y cooperación, pues "nos enfrentamos a un fenómeno que traspasa las fronteras y se instala en sociedades ajenas cuando la globalización es ya un hecho incontestable", afirmó.
Tres conceptos que, a juicio de don Juan Carlos, "también nos impone el recuerdo imborrable" de todas las víctimas del terrorismo. "Sus muertes, sus mutilaciones o cicatrices, su ejemplo y valentía, nos recuerdan día a día la deuda -dijo- que tenemos contraída con todas ellas y con sus familias".
"No debemos, ni queremos -insistió- olvidar a ninguno de ellos. Todos son igualmente mártires de la libertad y de la democracia; y sus familiares, mártires también en el sufrimiento padecido por la despiadada e injustificable pérdida de sus seres queridos".
Don Juan Carlos habló de unidad, determinación y cooperación en la sesión de clausura de la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad que, organizada por el Club de Madrid, se ha celebrado desde el martes hasta hoy, víspera del primer aniversario de la tragedia del 11 de marzo de 2004.
Una "inmensa" tragedia, recordó el monarca, en la que fueron salvajemente asesinados 192 niños, mujeres y hombres, que causó heridas a cientos de personas y dolor y luto a miles de familiares y a toda España.
Junto a la Reina, el Rey dedicó "el más emocionado homenaje" de reconocimiento y respeto a todas las víctimas de hace un año, a los heridos "que tanto padecieron los estragos de la sinrazón terrorista y a los familiares de todos ellos, que merecen todo nuestro apoyo, solidaridad y afecto. Nunca -recalcó- podremos olvidar su intenso sufrimiento".
Una tragedia que tuvo como respuesta, en palabras del Rey, un grito unánime de repulsa e indignación, una respuesta "solidaria, admirable y espontánea por parte del pueblo español desprovista de tintes xenófobos, siempre generosa y serena".
Antes de asistir a la sesión plenaria, los Reyes comieron en el Palacio Municipal de Congresos del Parque de las Naciones con los jefes de Estado y de Gobierno, y los cabezas de delegación, que han asistido a esta Cumbre Internacional.
El Rey interpreta su celebración en Madrid "como una muestra solidaria frente al dolor y el triste recuerdo" del 11 de marzo, hacia los cientos de familias que en España, desde hace décadas, han sufrido los efectos del terrorismo.
También confía en que los trabajos de la Cumbre sirvan "para reafirmar el compromiso que todos los demócratas compartimos para redoblar la eficacia de nuestros esfuerzos convergentes por eliminar el terrorismo de la faz de nuestro planeta".
"Que sirvan -insistió- para dirigir un mensaje claro y unánime a quienes lo practican, promueven o amparan, de que la violencia terrorista no tiene, ni podrá tener nunca, cabida en nuestras sociedades firmemente comprometidas en la defensa de la libertad".
A todos los que "compartimos la misma pasión por la vida, por los derechos humanos y por la democracia" el Rey les animó a "reafirmar nuestra máxima condena a la violencia terrorista y a redoblar nuestra unidad y determinación para acabar con esta lacra como prioridad insoslayable".
Una lacra, el "flagelo del terrorismo", que España sufre desde hace años, en los que "la pacífica y democrática sociedad española viene padeciendo el hondo sufrimiento causado por el fanatismo de quienes asesinan, amenazan o extorsionan en nombre de ideologías totalitarias y excluyentes".
Ante este fenómeno "perverso, inhumano e injustificable, sustancialmente contrario a la democracia y a los mismos pilares de orden democrático", las sociedades libres y democráticas no pueden claudicar ni ceder. "De hacerlo -advirtió- estarían minando gravemente los valores y principios en que se asientan".
Por eso, en palabras del Rey, incumbe a todos los demócratas el "imperativo moral" de luchar unidos contra el terrorismo, contra quienes lo encubren y apoyan, "con la fortaleza de nuestros valores y convicciones, empleando -concluyó- todos los instrumentos que nos ofrece el Estado de Derecho y reforzando la cooperación internacional".
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