El origen de los tumores puede estar en la división de células madre
El origen de algunos tumores se podría encontrar en la división de las células madre, según un estudio llevado a cabo por el Instituto de Investigación Biomédica del Parc Científic de Barcelona (IRB-PCB), y que publica la edición on-line de la revista científica Nature Genetics.
El estudio muestra cómo la pérdida de función de algunos genes que controlan el destino de las células que surgen de la división de las células madre embrionarias puede ocasionar una proliferación descontrolada, y desencadenan una serie de acciones que trastocan el equilibrio celular y hacen que se conviertan en un tumor cancerígeno.
El trabajo, que se inició en el European Molecular Biology Laboratory (EMBL), está dirigido por Cayetano González, responsable del grupo de investigación de División Celular del IRB-PCB, y se centra en el estudio, en modelos de mosca Drosophila, de la división celular del neuroblasto, la célula que derivará en neurona.
Según se explica, de la división del neuroblasto resultan dos tipos de células, una más grande que es idéntica a la célula madre y que se mantendrá almacenada pera crear más células, y una más pequeña que se diferenciará, en el caso del neuroblasto, en una neurona.
En este proceso la célula madre se vuelve asimétrica y agrupa determinadas moléculas, incluyendo unas proteínas llamadas Miranda, Prospero y Numb en la zona donde comenzará a formarse la célula especializada.
Según Cayetano González "la asimetría proporciona una nueva célula con las moléculas que se necesitan para iniciar nuevos programas genéticos, que le dicen en qué se tiene que especializar", y el estudio -puntualiza- se centra en conocer qué pasa cuando se interviene en el proceso de localización de estas moléculas.
El investigador Emmanuel Caussinus, del grupo de González y coautor del artículo, creó neuroblastos con alteraciones en unos genes específicos encargados de que Miranda y otras moléculas que se encuentran en las células madre lleguen al sitio correcto.
Los investigadores han remarcado que tras este proceso "no obtuvimos nunca más neuroblastos normales ni ninguna célula idéntica a la madre capaz de convertirse en parte del nervio, y en vez de esto, encontramos un tumor".
Además se ha visto que cuando estas células alteradas fueron trasplantadas en el abdomen de las moscas, el tamaño de la muestra se multiplicaba rápidamente por 100, y las células invadían otros tejidos y se morían.
También se observó que el tumor creciente llegaba a ser "immortal" y podría ser nuevamente trasplantado en nuevos huéspedes durante años, generación a generación, con efectos similares.
Para los investigadores, a partir de estos resultados se pueden sugerir nuevas líneas de investigación sobre la relación entre las células madre embrionarias y los tumores en otro modelos de organismos y también humanos.
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