Jandillas sin clase y matadores pinchaúvas
Toros de Jandilla sin clase en Huelva. Corrida que truncó ilusiones y que lo bueno que tuvo es que duró lo justo, ni más ni menos. Por encima los toreros pero hechos unos pinchaúvas con los aceros. Una tarde de las que se olvidan pronto y de la que se salva el toreo al natural en el sexto a cargo de Matías Tejela. Pobre balance para una plaza acostumbrada a triunfos grandiosos.
Rivera Ordóñez abrió plaza con un basto y grandón toro de Jandilla que embistió reservón y sin entregarse nunca. Tomaba la muleta con prontitud pero no se empleaba. Francisco anduvo afanoso en todo momento y consiguió sus mejores pasajes cuando el animal se fue a tablas. Ahí al natural, tras un intento más embarullado, desgranó algunos pases lentos.
Franco y con tranco
Parecía que el cuarto iba a propiciar un triunfo importante a Rivera. Lo recibió con una larga cambiada y lances genuflexos. Fue franco y tuvo tranco el astado en banderillas -bien Joselito Gutiérrez y Juan García, y mejor con la brega Hipólito Sánchez-, algo que se puso de manifiesto al acudir pronto. De rodillas comenzó la faena. Un tirón inoportuno hizo que el burel hundiese los pitones en el albero (ya se había dado de salida una enorme voltereta), circunstancia que repitió otra vez. A partir de ahí la nobleza del astado quedó mermada y Rivera no acabó de acoplarse del todo. Muy mal con la espada.
Esfuerzo grande el que hizo Salvador Vega en el segundo de la tarde. Vibrante el recibimiento de capa y trabajo por sacar partido a un astado que si bien metía la cara en el primer muletazo, luego iba recortando las distancias hasta quedarse abajo. No se arredró el malagueño en ningún momento y buscó robarle los muletazos por ambos pitones. Tuvo mérito el torero porque no desistió nunca a pesar de que se iba diluyendo la cosa. Si llega a matar a la primera le corta la oreja.
También se estrelló Salvador con el quinto, otro toro que no se empleó y que fue con la cara alta. Es verdad que se desplazaba, pero lo hacía sin clase. Puesto y dispuesto Vega, le ofrecía una y otra vez el engaño y le robaba los pases igualmente meritorios. No cejó en su empeño pero aquello no acababa de funcionar. Gran esfuerzo de Vega que, de nuevo, marró con los aceros.
Otro reservón fue el tercero, primero de Matías Tejela, que se venció de salida por el pitón derecho y con el que anduvo con oficio y buenas maneras. Pero, claro, al no entregarse el de Jandilla la labor del madrileño sólo pudo quedar esbozada. Muletazos que se iniciaban con empaque pero que no terminaban rematados. Aún así le robó unos cuantos pases con enjundia. Feísimo el bajonazo. A pesar de ello hubo leve petición.
Suelto se fue del caballo el sexto tras arrear sin clase. No le debió gustar a Tejela, que ordenó un segundo puyazo. Le dieron estopa y además se pegó un costalazo. Incierto, había que tragarle mucho. Y eso hizo Matías, que consiguió meterlo en la muleta al natural. Ahí surgieron los mejores momentos de la tarde. Dos series templadas y de muy buen gusto, para rematar con una postrera diestra y manoletinas que encandilaron. Pero estaba la cosa en pinchaúvas. Y no le fue a la zaga Matías Tejela en el que cerró plaza.
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