Desde West Point, la cuna de los héroes

Barack Obama escogió un escenario muy familiar para explicar a los americanos su nueva estrategia en Afganistán. Obama habló de la guerra desde la más antigua de las academias militares, West Point, con su imponente fachada de piedra gris frente al Hudson, muy consciente de que su presencia allí tiene un gran valor simbólico. Cada presidente que pisa West Point se siente más comandante en jefe en la madre de todas las academias.
Pero fue su predecesor, George W. Bush, quien la convirtió en su lugar preferido. Allí nació en 2002 “la doctrina Bush”, cuando detalló a los cadetes la guerra preventiva, presentó una visión optimista del progreso en Afganistán y explicó un nuevo concepto para enfrentar las amenazas: “la guerra contra el terror” (un discurso que seguramente se perdió Sarah Palin; de haberlo visto no le habría contestado ¿en qué sentido? al presentador de la cadena ABC que le preguntó si estaba de acuerdo con la "doctrina Bush").
A diferencia de hace siete años, los expertos creen que Obama escogió West Point para informar sobre su nueva política, pero también para hacer un recuento de los costes mirando directamente a quienes servirán en ese país, donde han muerto más de 70 alumnos de la academia neoyorquina.
Aun así. y aunque su querencia por la imaginería militar está muy lejos de la de Bush, ya hay quien se asombra de sus frecuentes apariciones rodeado de uniformes. Una práctica poco habitual hasta la llegada de Bush hijo al despacho oval, cuando los presidentes solían hablar ante militares una (Clinton en 1993 o Nixon en 1969) o dos veces (Ford en 1974). Bush, por el contrario, dio hasta 13 de estos discursos sólo en 2005.
Obama lleva 11 meses en la Casa Blanca y ya se ha dirigido a las tropas en bases de Corea del Sur, Alaska, Florida, Annapolis o Nevada. También ha recibido los ataúdes de los caídos en Dover Air Force Base (algo que jamás hizo Bush). Y ha enviado a su vicepresidente Joe Biden y a su esposa Michelle a media docena de bases y academias.
El Nobel de la Paz es un presidente en guerra (heredada, eso sí). No hay que olvidarlo.
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