Dónde comer en Semana Santa en Córdoba: el listado definitivo para disfrutar de las cofradías

Recorremos cinco imprescindibles donde el incienso se mezcla con el aroma a cocina casera, ideales para hacer un alto en el camino entre pasos y cofradías.

Ubicada en plena Plaza de San Miguel, esta taberna es una de las más tradicionales de Córdoba y punto de encuentro para cofrades y amantes del buen comer. En su interior, presenta una decoración clásica, con fotografías de hermandades y antiguos carteles de Semana Santa, ya anticipa su alma devota. El salmorejo cordobés, las berenjenas con miel y su famoso rabo de toro son platos que no pueden faltar en la visita.

Durante la Semana Santa, Casa El Pisto es una parada habitual antes o después del paso de hermandades del centro. A la hora del aperitivo, la barra se llena de tertulias cofrades mientras se sirven montaditos y vinos generosos. Es un rincón que mezcla historia, tradición y un menú de sabores auténticos que saben a Córdoba.

A pocos metros de la plaza de la Corredera, este establecimiento ofrece una cocina andaluza con toques actuales sin perder de vista el recetario tradicional. Este establecimiento destaca por su ambiente familiar y decoración cofrade, con detalles que rinden homenaje a la Semana Santa cordobesa.

Sus platos más aclamados incluyen el flamenquín casero, el salmorejo y guisos de cuchara que reconfortan después de una larga jornada siguiendo pasos. En estas fechas, es habitual encontrar cofrades descansando en su terraza con una copa de Montilla-Moriles en mano, mientras resuena de fondo alguna marcha procesional.

Famoso por su icónica tortilla de patatas de más de cinco dedos de altura, el Bar Santos se ha convertido en un clásico junto a la Mezquita-Catedral, justo en uno de los puntos neurálgicos de la Semana Santa cordobesa. Desde su pequeña barra o la terraza con vistas privilegiadas, es el lugar perfecto para una parada rápida entre procesiones.

Además de su tortilla, ofrecen tapas sencillas pero sabrosas: jamón ibérico, quesos de la tierra, salazones y vinos locales. Su cercanía a las principales salidas procesionales del casco histórico lo convierte en un favorito tanto de turistas como de devotos.

Una de las casas gastronómicas con más renombre de la ciudad, Bodegas Campos aúna tradición, elegancia y compromiso con la cultura local. Sus patios y salones, adornados con detalles cofrades y fotografías históricas, son el entorno perfecto para una comida más pausada en Semana Santa.

Su carta recoge lo mejor del recetario cordobés con platos como el bacalao confitado, el rabo de toro y postres clásicos como el pastel cordobés. Aquí también se celebran tertulias cofrades y encuentros informales de hermandades, convirtiéndolo en un punto de encuentro clave de la Córdoba más cofrade.

Situada en la calle San Álvaro, esta taberna es un referente para quienes buscan buena cocina andaluza en un ambiente acogedor y cercano. La Montillana rinde homenaje al vino de su nombre, y lo acompaña con una carta de platos caseros que brillan en Semana Santa.

Sus alcachofas confitadas, el bacalao dorado y el lechón al horno son algunos de los favoritos de una clientela fiel, que incluye cofrades de toda la ciudad. El local suele ambientarse con marchas procesionales y cuenta con exposiciones temporales dedicadas a la imaginería y a las tradiciones de la Semana Santa cordobesa.

.