Tras multitud de negocios de hostelería que pasaron desde hace lustros por el local de María la Judía 12, Más Solera se ha afianzado con su fórmula tradicional y carta amplia que trata de contentar a todos los públicos con la base del respeto y ... la calidad del producto. De esta forma Más Solera rompen con la «maldición» del lugar, y no es extraño ver repleta a su amplísima terraza, que se complementa con una sala interior con dos alas igualmente amplias, por lo que numerosos comensales pueden degustar una carta que toca las recetas de siempre y cuenta con numerosas especialidades.
Más Solera procede de Solera, que empezó en el año 2011 en el centro . En el 2015 le surge la posibilidad de ampliar el negocio a sus responsables, como explica Antonio Román. Se lanzaron a por el establecimiento a pesar de la rotación constante de negocios que no lograban establecerse. Sí lo consiguió Más Solera desde el principio, hasta el punto de que tras un periodos de dos años, a finales del 2017 traspasaron el Solera y se quedaron solamente con el de María La Judía, cuyo trasiego de gente fue constante desde su puesta en marcha.
«La idea era dar de comer desde el niño chiquito hasta el abuelo pasando por una comida de negocios», detalla Román. Para ello la carta cuenta con multitud de referencias que van desde entrantes y ensaladas a un gran surtido de postres. No faltan los platos más típicos del tapeo cordobés y andaluz, el pescaíto frito, nueve tipos de arroces, guisos o carne y pescado a la plancha.
Pero además son uno de los restaurantes de Córdoba con mayor número de especialidades, en dura pugna con la clásica taberna San Cristóbal de Ciudad Jardín. A los cuatro tipos de alcachofas (a la montillana, salteadas con gambas, fritas con virutas de foie y jamón o a la plancha con salmorejo) se le suman calamares en su tinta, chipirones plancha con arroz, merluza en salsa, solomillo al ajillo, codillo al horno, tataki de presa, carrillada ibérica o rabo de toro.
Un buen surtido de postres con tartas, crepes, gofres, panquenque o helados rematan un conjunto destinado a agradar a todo el mundo, principal propósito de la casa, que además cuenta con precios muy ajustados para la zona, asentando un lugar propicio tanto para el picoteo como para disfrutar de un almuerzo o una cena más tranquilos. De hecho, también por su estética, se puede considerar cercano a una taberna contemporánea.
Más Solera le presta además una especial atención a los vinos de la tierra, y tras el verano, esperando que el otoño de 2021 vaya trayendo la vuelta a la normalidad tras la crisis sanitaria, esperan retomar proyectos de catas junto al consejo regulador de la D.O. Montilla-Moriles
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