Catalina de Cambridge, muy «Real»

Contaban que hace un año la Reina Isabel pidió a Catalina que cortara su extremadamente larga melena, poco propia de una futura reina y que le sugirió alargar sus faldas, que en varias ocasiones ya han dado la vuelta al mundo por descubrir un derrière en muy buen estado. Pero la gota que colmó el vaso fue el bonito collar de Zara de 30 euros que Catalina llevó a la première en Londres de la película sobre Mandela. La Reina Isabel, propietaria de uno de los mejores joyeros del mundo, se escandalizó al ver que su nieta-nuera lucía una sencilla obra de la casa española: suponía la patada de vuelta por la batalla de Trafalgar.

Catalina modificó muy ligeramente su peinado, sus vestidos y sus joyas. Pero ha sido ahora, en su último viaje a Estados Unidos junto al Príncipe Guillermo, cuando se han visto los frutos de los consejos de la Reina, traducidos en nuevos aciertos.

Guillermo y Catalina visitaron el Empire State, en el que tuvo lugar una entrega de premios. La Duquesa eligió para esta ocasión un vestido de Séraphine, una marca británica de ropa premamá con mucho estilo. Cuando está embarazada, Catalina elige algo que debería escoger más a menudo: vestidos con menos vuelo, a prueba de vendaval. El modelo que llevó al Empire State destacó por ser uno de los más largos que le hemos visto en todos estos años, aunque siempre por encima de la rodilla. El escote, inexistente, se convertía en una especie de cuello vuelto de poco calado. Elegantísimo. Del mismo modo, cambió su bisutería por un elegante collar de Cartier de estilo años 70 que daba el toque ideal al sencillo vestido.

En la cena de gala benéfica en el MET, Catalina lució un discreto vestido de Jenny Packham en azul petróleo con media manga, top drapeado y falda con capas de muselina transparente superpuestas. Había llevado el mismo modelo a una gala en el National Portrait Gallery de Londres hace meses, pero en esta ocasión iba mucho más Real, al llevar un sencillo recogido en vez del pelo suelto. Además eligió unos lucidos pendientes de brillantes y esmeraldas.

Acompañada por Chrilane McCray, la esposa del alcalde de Nueva York, Catalina visitó un centro de atención a menores con problemas mentales en Harlem. Volvió a acertar con otro abrigo, en este caso un modelo de la marca británica de cashmere Goat, con trabillas contrastadas en beige, acompañado de guantes, un clutch de ante negro de Stuart Weitzman para Russell and Bromley y zapatos negros de salón de Episode. Chirlane McCray lució su eterno abrigo, un modelo malva de la creadora Nanette Lepore, que fabrica en la misma ciudad de Nueva York.

En su visita al Museo del Memorial del 11-S en la zona de las antiguas Torres Gemelas, la Duquesa llevaba un elegante abrigo de lana rosa de Mulberry, otra firma británica, aunque el tono no era el ideal para el motivo del que se trataba y la combinación con el color negro era algo extrema.

La Duquesa decidió dar un guiño a la moda local, eligiendo un abrigo tres cuartos de Tory Burch para acudir a un partido de la NBA, donde saludaron a Beyoncé y Lebron James entre otros personajes conocidos. Una pena que los leggings negros, aunque muy tapados, destruyeran el efecto royal que tanto estaba ocupándose de causar.