Muere Brian Wilson, el genio de la música que fundó los Beach Boys

Decir su nombre es invocar la magia del pop que construye la fantasía de un mundo perfecto en nuestros tímpanos. Y es que el artista californiano, una de las mayores fuerzas creativas de la música popular de todos los tiempos, deja un vacío enorme aunque ya estuviese retirado. Él está entre los músicos que más y mejores himnos inmortales deja como legado, incluyendo las legendarias 'Good Vibrations', 'Surfin' USA', 'Barbara Ann', 'Wouldn't it be nice', 'California girls' o 'God only knows', considerada por Paul McCartney como la canción más bella jamás escrita. La cultura estadounidense no puede entenderse sin sus melodías, y la historia del pop no sería la misma sin sus geniales e incomparables aportaciones tanto en composición como en producción e interpretación.

Nacido en Inglewood, Wilson formó los Pendletones con sus hermanos Dennis y Carl, su primo Mike Love y su amigo del instituto Al Jardine cuando aún eran unos niños. Viendo que el surf empezaba a despuntar como moda en la costa oeste, debutaron oficialmente en 1961 con el sencillo 'Surfin', a través de Candix Records, que los rebautizó como Beach Boys sin su permiso, y sin que ellos supieran que les había hecho el favor de sus vidas: el lanzamiento tuvo un éxito inmediato, el nombre de la banda corrió de boca en boca y un año después fichaban con Capitol para publicar su álbum de debut, 'Surfin' Safari'.

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Aprovechando el tirón, unos meses después publicaron su segundo disco, 'Surfin' U.S.A.', cuyo single homónimo se convirtió en su primer Top 10 en Estados Unidos. Ese 1963 publicaron otros dos álbumes, 'Surfer Girl' y 'Little Deuce Coupe', con los que giraron por todo el país hasta la extenuación. Y fue entonces cuando Brian decidió dejar de hacer giras con los Beach Boys tras sufrir un ataque de pánico viajando en avión.

A partir de ese momento él se quedaría en casa componiendo, y sus hermanos seguirían con los conciertos. Y así se dieron las condiciones necesarias para la creación de uno de los discos más importantes de la historia, 'Pet Sounds'. Trabajando junto a los virtuosos de la Wrecking Crew, el colectivo de músicos de sesión más famoso del país, dio forma a un disco tan avanzado para el momento que fue recibido con tibieza por público y crítica cuando se publicó en 1966. Pero con el tiempo sería considerado una de las grandes obras maestras de la década, y en 2004 fue incluido en el Registro Nacional de Grabaciones de la Biblioteca del Congreso por su enorme impacto cultural.

Brian intentó dar continuidad a su hallazgo con otro álbum de corte experimental llamado 'Smile', pero su salud mental se fue deteriorando con ayuda de las drogas, hasta el punto de que el proyecto quedó abortado por las constantes interrupciones del proceso de grabación. La caída en depresión que esto conllevó terminó con su ingreso en un hospital psiquiátrico en 1968, tras el cual se alejó brevemente de la música para trabajar como gerente de una tienda alimentación saludable llamada Radiant Radish.

Cuando volvió al negocio de la música, ya entrada la década de los setenta, volvió a entregarse a las adicciones de una forma tan preocupante que su familia le obligó a contratar a un psicólogo de polémica metodología, Eugene Landy, que le sometió a tratos vejatorios. Mientras tanto los Beach Boys seguían publicando discos, ya sin un éxito que jamás volvería. Además, en 1982 Landy le apartó de la banda para someterle a un tratamiento intensivo y controlar sus actividades financieras y creativas, lo cual derivó en la publicación de un álbum epónimo en solitario en 1988. Pero la familia de Brian, desesperada por su declive físico y mental, decidió despedir a Landy en 1992, e incluso consiguió que se le impusiera una orden de alejamiento de Wilson.

Con el cambio de siglo la salud de Brian se estabilizó, de manera que pudo grabar varios discos en solitario e incluso un álbum de material original con los Beach Boys, 'That's Why God Made the Radio', que recibió buenas críticas y los llevó a girar por todo el mundo con considerable éxito, pasando por España en varias ocasiones.

A principio de 2024 se produjo el inicio del deterioro definitivo de Brian, tras la muerte de su esposa Melinda Ledbetter. Su demencia se aceleró gravemente, y en mayo, un juez de Los Ángeles determinó que permaneciera bajo tutela judicial para gestionar sus decisiones personales y médicas a causa de lo que su doctor calificó como «trastorno neurocognitivo importante». Un final demasiado triste para uno de los músicos más inolvidables, brillantes e influyentes del siglo XX.

«Brian Wilson ha conseguido mantener el interés por su música hasta el último día», dice Antonio Arias para sumarse al tributo de esta necrológica. «Ha dotado a la cultura americana de una credibilidad y una dignidad que ha arrastrado a todos los artistas del planeta. Muere el mago, el alquimista, el loco. Se pierden tres cartas de la baraja de la creación. Ya nos quedan muy pocas».

«Recuerdo obsesionarme con 'God only knows' y darme cuenta que el precio para llegar a esa excelencia había tenido que ser muy alto», añade el artista madrileño Depedro. «Los paisajes sonoros y el compromiso artístico de este gigante han sido inigualables, le deseo el descanso merecido a este titán de la música que tanta inspiración y emoción nos ha regalado».

Isa Cea, de Triángulo de Amor Bizarro, que en 2016 grabó una deliciosa versión de 'Sloop John B.' titulada 'A cantiga de Juan C', le despide así: «Vivo en un lugar donde llueve mucho. Pero mucho, mucho. Y cuando por fin empieza a asomarse un poquito el sol, lo primero que hago es ponerme el 'Pet Sounds'. Y me llega toda esa luz que tanto necesito, la luz de "por la mañana cuando el día es nuevo". Gracias por tanto».