Los «favoritos» de Lagerfeld se disputan una compleja herencia
Sus dos amigos íntimos Sébastien Jondeau y Baptiste Giabiconi luchan por los 200 millones del patrimonio
Sébastien Jondeau (45 años) y Baptiste Giabiconi (31) son los dos últimos protegidos y amigos más íntimos de Karl Lagerfeld . También son quienes se están disputando con todas las armas a su alcance la suculenta herencia del legendario modisto alemán, fallecido el 19 de febrero de 2019.
En el último de los testamentos conocidos de quien fue director creativo de la casa Chanel o la firma italiana Fendi figuran siete personas, así como una gata birmana llamada Choupette , a la que, durante sus últimos años de vida, Lagerfeld convirtió en todo un personaje y, de paso, un suculento negocio . La gata, que llegó a tener una cuenta propia en redes sociales, quedó al cuidado de la gobernanta del modisto, Françoise Caçote , quien, por cierto, también figura en un buen puesto dentro de una compleja herencia, cuyos últimos flecos continúan evaluándose en despachos de abogados de varios continentes, más de quince meses después de la muerte de Lagerfeld en el Hospital Americano de París.
Rivales en el lecho y en el día a día del «káiser de la moda», Jondeau y Giabiconi ni siquiera tras la muerte de su protector han dejado de disputarse ese puesto de «favorito» y, por supuesto, el enorme patrimonio que Karl Lagerfeld atesoró en vida. Ambos aspiran a conseguir que aquello de « el primer heredero » vaya mucho más allá de un mero título honorífico: al cabo, están en juego más de 200 millones de euros y participaciones diversas en un imperio comercial de compleja gestión.
Chófer y guardaespaldas
Sébastien Jondeau ofició durante largos años como chófer, guardaespaldas y « amigo íntimo » de Lagerfeld. El más radical-chic de los modistos de su tiempo adoptó como hombre de confianza (y mucho más) a un chico de origen muy modesto, criado en la selva urbana de la banlieue parisina, los suburbios de la capital. Sin duda, Lagerfeld comenzó siendo muy sensible al look hercúleo y canalla de Jondeau, la persona que mejor conoció, cubrió y participó en la intimidad más cruda de los últimos 20 años del gran modisto. Intimidad que, a su juicio, le convierte en el primer heredero natural de su millonario protector.
Baptiste Giabiconi, por su parte, fue el más célebre y avispado de los maniquíes de Lagerfeld , presentándose así mismo como su «hijo espiritual» y, avanzando, como gran argumento, su trabajo propio como «creador de moda» y ambicioso empresario en ese mercado ultra competitivo. Es cierto que Lagerfeld ofreció a Giabiconi el podio excepcional de sus pasarelas y que contó con él como el mejor escaparate para el lanzamiento de nuevos productos. A partir de ahí, el presunto «hijo espiritual» (no reconocido como tal por nadie) estima ser el «elegido».
Un testamento complicado
El book publicitario de Giabiconi y Jondeau es evidentemente excepcional. Lagerfeld se paseó del brazo del uno o del otro en incontables ocasiones, lanzando sobre ambos los más diversos y peregrinos elogios. Difícil elección para el profano. A la muerte de su protector y amigo íntimo, la pareja Jondeau / Giabiconi compitió en mensajes desmesurados en torno a un genio de la moda del siglo XX en forma de glosas ditirámbicas y recuerdos encendidos de intimidades no solo sentimentales. Y la situación, a día de hoy, es que diversos gestores siguen evaluando el montante final de la fortuna de Lagerfeld y, lo que es más complicado aún, siguen tratando de interpretar los deseos finales del gran modisto, que, al parecer, en el testamento de marras están poco claros.
¿ Quién será finalmente el gran beneficiario ? De momento, los abogados de Jondeau y Giabiconi avanzan argumentos de todo tipo para apuntalar a sus clientes de cara a una implacable batalla jurídica de incierto final.
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