El camino hacia el marquesado de Tamara Falcó

«La sucesión en el título de Marqués de Griñón ha sido solicitada por doña Tamara Isabel Falcó Preysler, por distribución y posterior fallecimiento de su padre, don Carlos Falcó y Fernández de Córdova, lo que se anuncia por el plazo de treinta días, contados a partir de la publicación de este edicto, a los efectos de los artículos 6 y 13 del Real Decreto de 27 de mayo de 1912, en su redacción dada por el Real Decreto 222/1988, de 11 de marzo, para que puedan solicitar lo conveniente los que se consideren con derecho al referido título», se podía leer en el BOE.

Tenía intención de haber solicitado el título antes, pero las restricciones impuestas por el coronavirus retrasaron la gestión. En mayo de 2014 fue la primera vez que Tamara Falcó habló sobre una posible herencia del marquesado de Griñón. Le preguntaron entonces sobre la posibilidad de que ella lo heredara. Ante semejante cuestión, Tamara fue tan sincera y espontánea como siempre: «Me encantaría ser marquesa».

Hace ya dos meses era el hermano mayor de Tamara, y primogénito de Carlos Falcó, Manuel Falcó –que nació fruto de su primer matrimonio, con Jeannine Girod– quien se convirtió oficialmente en marqués de Castel-Moncayo con Grandeza de España, un título que se remonta a 1682. Su hermana Xandra ya obtuvo de su abuela paterna, Hilda Fernández de Córdova, el título de marquesa de Mirabel.

Pese a la gran noticia que supone esto, no ha sido un año nada fácil para Tamara Falcó. En apenas siete meses, la familia Falcó ha tenido que hacer frente a tres pérdidas. Primero fue Carlos Falcó como consecuencia del coronavirus. Tan solo cinco meses después del fallecimiento del marqués de Griñón, cuando aún no habían superado su muerte, Jaime Carvajal, marido de Xandra Falcó, dejaba este mundo a los 56 años de edad. El último en irse fue el tío de Tamara Falcó, Fernando Falcó, marqués de Cubas, el pasado 20 de octubre.