Un «pas de barca» conectará Maremàgnum con la Barceloneta
La reforma de Maremàgnum incluye la utilización de un sistema parecido al que se emplea en el Ebro para cruzar el río para comunicar Port Vell con la Barceloneta.
BARCELONA. El puerto de Barcelona importará del río Ebro uno de sus populares «pas de barca», el sistema que tradicionalmente se usa para vadear este cauce en algunas poblaciones de la Ribera d´Ebre. Por el momento, esta es la solución que va tomando fuerza para acometer el proyecto de unir el Port Vell con la Barceloneta, separados escasamente por un centenar de metros de agua, pero alejados por un inmenso rodeo para el peatón.
Prolongar la Rambla
La solución del «pas de barca» -una barcaza sujeta mediante cables tendidos entre las dos orillas que a la vez ejercen de arrastre- deberá adaptarse a las características y servidumbres de un puerto con una altísima actividad y está incluida dentro del proyecto de reforma del Maremàgnum, cuyas obras de mejora interior empezarán la primera semana de marzo. La reforma exterior, cuyo primera intervención será el «pas de barca», no se prevé empezarla hasta dentro de un año o un año y medio.
Desde el Ayuntamiento de Barcelona siempre se ha acariciado la idea de dar continuidad a La Rambla, algo que se consiguió en parte con la reforma del Port Vell completada en 1995 y que dio origen al Maremàgnum y a la pasarela móvil de madera que lo conecta a Colón. Ahora, se trata de prolongar este paseo hasta la Barceloneta, enlazando el Moll d´Espanya con el Moll del Rellotge, concretamente en la confluencia de la calle Escar con el muelle.
Una atracción
Aunque la pretensión inicial era construir una pasarela de madera similar a la ya existente, o incluso un puente, el mayor calado del tramo a sortear y las dimensiones de los barcos que por allí pasan -no sólo deportivos, como sucede en el Moll de la Fusta- han desaconsejado esta opción. La alternativa, pues, es una solución similar a la de los «pas de barca» del Ebro, aunque ya se avanza que el sistema de cables tendidos no será aplicable en Barcelona.
El proyecto prevé la instalación de sendos embarcaderos de madera, que en el caso del del Moll d´Espanya sería de carácter móvil. La pretensión es que éste pueda desplazarse lateralmente para permitir el amarre de grandes embarcaciones en el muelle. Assumpció Brullet, directora del Maremàgnum, explica que, además de la utilidad del proyecto, se pretende dotar a éste de un carácter lúdico: «Que se convierta en una atracción en sÍ misma».
Al margen del proyecto de conexión de los dos muelles -todavía por concretar-, sí que se conoce la fecha de inicio de las obras de reforma interior. Será a partir de la primera semana de marzo cuando comiencen los trabajos, que se llevarán a cabo de noche para no tener que interrumpir la actividad comercial y de ocio. De hecho, la reforma del Maremágnum obedece a diversos factores: por un lado, la constatación de que el propio éxito de la fórmula he hecho envejecer el recinto de forma acelerada. Por otro, el nuevo cambio de orientación que se quiere dar a la instalación, potenciando su vocación comercial y de ocio familiar frente a la de diversión nocturna. El nuevo Maremàgnum no es ajeno, por supuesto, a la caída en el número de visitantes registrada en los últimos años con la irrupción de nuevos centros comerciales, que se ha visto acelerada por la fama de conflictividad ocasionada por algunos incidentes -el más grave de las cuales, la muerte el pasado año del ecuatoriano Wilson Pacheco-.
La luz del Mediterráneo
Un nuevo lucernario, con el objetivo de dar más luminosidad al recinto, es la intervención más importante, que se verá acompañada de pavimentos y paredes remozadas. En paralelo a la concentración en la planta superior de todos los locales de ocio nocturno, se está negociando con distintas firmas para instalar una gran tienda que sirva como «motor» para la actividad comercial.
Una vez se complete la reforma interior se acometerá la intervención en el exterior, que incluirá el derribo de los actuales cines. Estos se levantarán de nuevo en un edificio adosado al actual, de forma que se despejará la plaza Odissea, algo a lo que contribuirá también el derribo de las actuales pérgolas.
Las obras como aliciente
Según la directora del centro, el departamento de marketing de Odisea prepara diversas acciones de promoción de las obras de remodelación, fundamentalmente dirigidas al público infantil. Por ejemplo, las paredes destinadas a desaparecer, serán antes pintadas por los niños, o los «grafiteros» de la ciudad podrán hacer de las suyas. En definitiva, el objetivo es potenciar las visitas precisamente ante unas circunstancias, las obras, que suelen provocar molestías.
La primera fase de los trabajos, que arrancará en marzo, afectará a la planta baja, con un coste de tres millones de euros. La segunda, presupuestada en 7,2 millones de euros, afectará a las otras dos plantas, donde destaca la creación del lucernario que dará protagonismo a la luz natural. También desaparecerán las columnas y las paredes negras, estética que la nueva dirección del centro considera desfasada, al tratarse de un centro comercial donde la luz del Mediterráneo debe irradiar todos sus rincones. Así, se dará paso a las vidrieras que iluminarán el interior durante el día y proyectarán luz hacia el exterior por la noche. Los trabajos en el interior del recinto estarán listos a comienzos de 2004. El resto del presupuesto hasta 22 millones de euros, se destinará a reubicar los cines y a la urbanización de la nueva plaza.
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