Puso la mano en el fuego por Griñán... y se quemó
Carmen Martínez Aguayo se inmoló al confesar que no había trasladado al expresidente los informes de la Intervención General de la Junta
Primera condenada de los ERE que entra en prisión

Sucedió a Griñán al frente de la consejería de Hacienda y Administración Pública en 2009, donde había sido su número dos durante cinco años. Hasta que estalló el escándalo de los ERE, Carmen Martínez Aguayo (Madrid, 1953), había sido célebre por imponer la polémica reordenación del gigantesco aparato burocrático de la Junta, que le enfrentó frontalmente con los sindicatos. De origen humilde (su padre empezó de pintor de brocha gorda), era tan odiada por los funcionarios como adorada por Griñán. Componía junto a Antonio Ávila la guardia pretoriana del presidente, el círculo de su máxima confianza.
Desde que saltó el escándalo de los ERE, la consejera «tecnócrata» se convirtió también en su ángel de la guarda, el pararrayos en el que descargó sus responsabilidades. Con tal de salvar a Griñán de las duras críticas a las que le sometieron el PP e IU en la anterior legislatura, Aguayo no dudó en hacerse el harakiri político con una confesión tan desconcertante que en cualquier país nórdico o germano habría precipitado la presentación de su renuncia «ipso facto». «Yo recibí los informes y nunca se lo comenté», reconoció Aguayo sobre las contundentes advertencias del interventor, dirigidas a Griñán, contra el sistema de ayudas a prejubilados. Puso la mano en el fuego por Griñán... y ha acabado quemándose.
En aquella rueda de prensa posó al lado de un carrito de supermercado cargado de archivadores. «¿Alguien piensa que yo me leo todo eso?», dijo los periodistas. Eso sí, con otros consejeros no tuvo el mismo criterio: señaló que José Antonio Viera y Antonio Fernández tenían responsabilidad política «sin duda», haciendo saltar por los aires el férreo guión del PSOE en el caso.
Licenciada en Medicina y Cirugía y especializada en Puericultura y Medicina Familiar y Comunitaria, antes de entrar en la Consejería de Hacienda había sido directora gerente de la Fundación Progreso y Salud y ocupó diversos cargos de responsabilidad en el Servicio Andaluz de Salud como directora gerente del Servicio Andaluz de Salud (1996-2000), directora general del Insalud (1994-1996) y subdirectora general de Atención Especializada del Insalud. Tras su paso por la política volvió a su actividad profesional como médico de atención primaria. Pese a tener menos responsabilidad que otros condenados, Aguayo no ha recibido la misma solidaridad que otros cargos del partido, especialmente el expresidente Griñán.
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