Error de diagnóstico
Lo ocurrido en Francia demuestra que la realidad virtual y la realidad sin adjetivar (la verdadera realidad) viven en mundos paralelos. El "asesino de la moto" no era un extremista neonazi, sino un extremista islámico (supuestamente de Al Qaeda), lo que pone de manifiesto la reduccionista ligereza con la que caemos en el análisis y generamos conclusiones basadas en apresurados juicios de intenciones.
La xenofobia no responde a un patrón ideológico, porque se sustenta en algo tan transversal como es el odio
Los crímenes de Toulouse han provocado en Francia un arduo debate sobre el racismo pleno de intenciones políticas, contaminando una campaña electoral en la que Sarkozy y Hollande han hecho un llamamiento a la unidad frente a la xenofobia. Pero las «ecuménicas» apelaciones del presidente y del candidato socialista buscaban una rentabilidad partidista, difícilmente disimuladas.
Lo que, según la realidad virtual, era un crimen xenófobo de extrema derecha, la realidad ha demostrado que era un crimen, posiblemente racista, obra de un fundamentalista musulmán.
Conclusión: la xenofobia no responde a un patrón ideológico, porque se sustenta en algo tan transversal como es el odio y el fanatismo. De manera que convendría que revisaramos las coordenadas del pensamiento genérico, porque tiende a columpiarse.
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