Entrevista
Javier Zarzalejos: «La solución no es una comisión de la verdad: eso es inútil»
El vicepresidente de la comisión de la UE contra «fakes» apuesta por una estrategia nacional contra la desinformación y reclama al Gobierno «una rectificación» y que se apoye en el Congreso
El combate contra las llamadas « fake news » se libra ya en la Unión Europea (UE). El eurodiputado del PP Javier Zarzalejos (Bilbao, 1960) atiende a ABC en calidad de vicepresidente de la Comisión Especial contra la Desinformación e Injerencias Extranjeras en procesos electorales comunitarios. Se ... muestra crítico con el «comité de la verdad» impulsado por el Gobierno y le anima a impulsar una estrategia nacional junto a la oposición.
Error de estrategia: «No tiene ningún sentido que el órgano que tiene como cometido la política informativa del Gobierno asuma la responsabilidad contra la desinformación»
¿Qué le parece la «comisión contra la desinformación» del Gobierno?
Es bastante llamativa la unanimidad en contra que está suscitando. No puede presentarse como una verdadera estrategia contra la desinformación y tampoco como resultado de un acuerdo de la Unión Europea.
¿Es peligrosa esta orden? ¿Ve detrás voluntad de censura?
En nuestros sistemas democráticos no tenemos que contar con la bondad de los gobiernos, sino que hay que establecer frenos y controles objetivos. Lo que no tiene ningún sentido en este caso es que el mismo órgano que tiene como cometido la elaboración y la puesta en práctica de la política informativa del Gobierno sea el que tiene que asumir la responsabilidad contra la desinformación, entre cuyas funciones incluye el análisis del pluralismo y de la libertad de los medios.
Peligro de censura:
«No tenemos que contar con la bondad de los gobiernos, sino establecer controles y frenos objetivos»
Podemos acusó al PP de querer «censurar» por señalar como amenazas las noticias falsas en su Plan de Seguridad Nacional, ¿ha cambiado en el Gobierno?
En esto como en tantas otras cosas. Aquí nadie duda que la desinformación es un gran reto que tenemos y que hay que plantearlo como un desafío a la seguridad nacional. Pero eso no significa en absoluto que ese problema de la desinformación se tenga que afrontar mediante órganos que están en la cadena de obediencia política. Lo mejor que puede hacer el Gobierno es retirar el contenido de la orden, darle el rango normativo que se necesita y establecer una estrategia nacional contra la desinformación en un organismo independiente; que cuente con el Parlamento, que cuente con las organizaciones de la sociedad civil implicadas contra las «fake news» y que cuente con las grandes plataformas.
¿En qué se diferencian el plan nacional que impulsó el PP con la comisión del Gobierno?
Una comisión no es un plan: es un diseño de órganos. No es una estrategia contra la desinformación. En eso nos tenemos que concentrar. Lo que tenemos que hacer, como siempre ha propuesto la Comisión, es fortalecer el pluralismo, no vigilarlo. Y el pluralismo se fortalece respetando la independencia de los medios de comunicación. Tenemos que generar una audiencia con más capacidad crítica y tenemos que incorporar a los usuarios, que tienen un papel importante como aliados, y a las empresas tecnológicas, que son el vehículo que toda la desinformación utiliza.
Ayer empezaron los trabajos de la comisión especial de la UE contra la desinformación, ¿qué espera?
Estamos en la fase de escuchar a una serie de expertos, que con su comparecencia nos están aportando su conocimiento, su experiencia, en un problema que parece relativamente sencillo, pero que tiene una complejidad mucho mayor. La comisión estará activa durante todo un año y dará lugar a unas conclusiones que representarán el parecer de todo el Parlamento Europeo. Tendrá una importante influencia para definir el marco en el que tienen que moverse los países de la UE.
Como vicepresidente de esa comisión, ¿le consta que haya preocupación por el plan del Gobierno?
Al margen de las preguntas de los eurodiputados sobre qué pasa en España y a qué responde eso, sí piden aclaraciones en torno al ruido de determinadas iniciativas del Gobierno español. El Ejecutivo debería reconocer que se ha equivocado. Quiero creer que es una equivocación y que no hay un propósito deliberado. Tiene que retirar esa orden y empezar a trabajar ya, con el concurso del Parlamento, en una verdadera estrategia nacional.
El portavoz de la Comisión pareció avalar ayer la orden de Sánchez, ¿le sorprendieron sus declaraciones?
No, no me han sorprendido, teniendo en cuenta que la Comisión difícilmente puede valorar en días. Hay siempre una cierta presunción de que lo que hace un gobierno es correcto. Pero no se trata de buscar avales. Es un instrumento mal concebido, mal diseñado e ineficaz. La UE en absoluto bendice o avala la fórmula concreta. La solución no está en crear una «comisión de la verdad»; eso va a ser inútil. Hay muchos actores -los medios de comunicación, las plataformas de internet y los propios usuarios- para hacer que internet no sea un territorio abonado para la mentira y la desinformación.
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