Los partidos que no salen en la foto

Es el caso de Compromiso por Galicia, la escisión más moderada del BNG, huérfana tras el abandono de Carlos Aymerich y Anxo Quintana. Xoan Bascuas intenta mantener la nave a flote . Hace cuatro años no llegaron a los 15.000 votos. Ahora intentan aferrarse a las alcaldías logradas en 2015, como Lalín —gracias a un pacto de todos contra el PP— para dar sentido a un proyecto con dudas internas: un sector pedía ir dentro de la Marea.

Sin referente aparente estarán los más de 20.000 simpatizantes de UPyD o los casi 16.000 de Sociedad Civil y Democracia, el fugaz partido de Mario Con de. Son esos peces a por los que emergentes como Ciudadanos o grandes pescadores como el PP van con sus redes. Otros que repiten son los singulares candidatos de la Democracia Orensana del populista Gonzálo Jácome . Hace cuatro años lograron 4.245 sufragios. Eso fue antes de dar la campanada en la capital orensana y erigirse como segunda fuerza en el concello con 13.400 votos. Confían en mantener la racha este 25-S, aunque su líder e ideólogo ahora no encabeza la lista.

Entre los que resisten también está Converxencia XXI, un pequeño partido de ideología liberal y galleguista que ahora presenta para la Xunta a su secretario general, el lucense Garcilaso de la Vega López. En las últimas autonómicas apenas pasaron de las mil papeletas. Ocho veces más obtuvieron los animalistas de Pacma, que en las generales de junio ascendieron a las 16.616. Ahora lo vuelven a intentar. Entre los que se estrenan, los críticos de Ciudadanos a través de una confluencia «de centro» o el Partido Anticorrupción. También hay bajas sensibles: ni Vox, ni la Falange, ni los Piratas, ni el Partido Humanista ...

La figura de Xoán Bascuas emergió tras la traumática Asamblea de Amio del BNG en 2012 . Sus aspiraciones, tras formar parte de la consellería de Vivenda de Teresa Táboas durante el bipartito, se focalizaron en crear un partido galleguista y socialdemócrata. Así y todo, sus escarceos con el PNV, Convergència y después con las mareas rupturistas terminaron por desangrar a un partido que en estas autonómicas se juega su propia supervivencia. Lo que algunos predecían como el enésimo intento de crear un partido de élites para el galleguismo se quedó en eso, un intento más.

El descabalgamiento del diputado Antonio Rodríguez de la lista de La Coruña para las generales abrió una herida en Ciudadanos Galicia que nunca se pudo cerrar. Los militantes del partido que alzaron la voz para defender principios como las primarias o el derecho a discrepar de las decisiones de la Ejecutiva fueron purgados de la formación. De algunos de estos desencantados con los de Albert Rivera nació Centrum , un partido moderado con vocación de implantación nacional y que busca no caer en los vicios de C’s. Se presenta a las elecciones autonómicas en coalición con los también centristas Cidadáns de Galicia.

Al igual que Democracia Orensana, Vía Nova surge en la ciudad de las Burgas. Su rostro es Eladio Fernández, expresidente de Cogave —la confederación gallega de asociaciones vecinales— y con un pasado político multicolor: dirigente socialista en la provincia, su fichaje por el PP de Baltar en 2010 fue sonado. Ahora se dice «de centro», como «la mayoría de los gallegos» , y su partido se define como el único «verdaderamente gallego, con capacidad de consenso y europeísta». Se presenta por las cuatro provincias y su objetivo es obtener representación en todas.

Redistribuir la riqueza. Esa es la línea trasversal de las siete grandes propuestas programáticas del partido Recortes Cero - Grupo Verde , una formación que en las generales de junio no llegó a las 4.000 papeletas en toda Galicia. Entre sus promesas, fijar una pensión y salario nunca por debajo de mil euros y que la nómina máxima del trabajador no supere los 10.000 . Más impuestos, mayor gasto público en servicios sociales y programas de rescate completan el ideario de un partido que llega a Galicia tras fundarse con apoyos a nivel estatal.