Los tres golpes de suerte en la vida de Juanma Moreno

El primer golpe de suerte en la vida de Juanma Moreno llegó en 1977 , cuando era un crío de 7 años. Vivía en Málaga, a donde se había trasladado la familia de vuelta del cinturón industrial de Barcelona donde nació el hoy presidente de la Administración autonómica. En Esplugas de Llobregat pasó los dos primeros meses de vida, pero los padres decidieron dar por cancelada la aventura de la emigración y volvieron a Málaga.

Sus progenitores abrieron una tienda de ultramarinos en la calle Ortega y Gasset, cerca de la barriada Betania , no muy lejos del cementerio de la capital malagueña, uno de tantos barrios de aluvión que se levantaban en los años 70 con el desarrollismo del final del franquismo. La familia Moreno Bonilla (padres y dos hermanas, una mayor y otra menor) vivía con las estrecheces propias de la incipiente clase media o media baja de la época. Allí fue a visitarlo la fortuna.

El número 9.788 , agraciado con el segundo premio en el sorteo del Gordo de Navidad, cayó muy repartido. Aquel premio repartía 100 millones de pesetas en cada serie. En la tienda de los Moreno Bonilla se le dio salida a cuatro series completas, por lo que el matrimonio repartió 400 millones de pesetas en pequeñas participaciones entre la clientela, amigos y familiares. En las emisiones de Lotería de Navidad de aquellos años 70, el apostante tenía mucha más probabilidad de que le tocara algún premio, porque sólo entraban en el bombo -por imposibilidad física dado el tamaño y el peso de las bolas- 65.000 números y no los 100.000 entre los que se sortea en la actualidad.

«Se da el caso curioso de que, gracias al sistema de participaciones, la suerte está siendo compartida y celebrada por muchas familias enteras, e incluso por bloques de pisos en los que todos los vecinos han sido favorecidos por la fortuna. Tal es el caso, por ejemplo, un bloque de viviendas próximo a un establecimiento de la barriada de Betania, en el que se vendieron fracciones del número 9.788. Todos los habitantes del inmueble llevaban participaciones », reseñaba la crónica de ABC del viernes 23 de diciembre de 1977 . Esa fue la primera aparición -sin citar- en prensa de Juan Moreno y su familia.

El golpe de suerte les cambió la vida lo suficiente como para prosperar algo en la escala social. El padre compró la licencia de un taxi, se mudaron a otro barrio más pudiente no lejos de la Alameda , y abrieron una droguería más grande en los bajos del edificio Arcadia , en la calle Ingeniero de la Torre Acosta , rotulada en honor del padre del actual alcalde de Málaga , por su impagable hoja de servicios como jefe del alumbrado público de la ciudad.

El siguiente golpe de suerte en la vida de Juanma Moreno tiene que ver con su ascenso a la presidencia del PP andaluz en marzo de 2014, después de la amarga victoria de Javier Arenas en los comicios autonómicos de dos años antes cuando se quedó sin ocupar el sillón presidencial de la Junta de Andalucía pese a ser la lista más votada. Moreno Bonilla no era el candidato mejor situado para el cargo, que parecía reservado para José Luis Sanz, hoy por hoy candidato a la Alcaldía de Sevilla , aupado en sus aspiraciones por la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal .

Bastó el dedazo de Rajoy apurando el plazo límite para la presentación de avales de los candidatos a tomar las riendas del partido en Andalucía para que la suerte se aliara con Juan Manuel (todavía no se le conocía por el hipocorístico familiar) Moreno Bonilla. Cuando llegó el XIV congreso regional de los populares andaluces, celebrado en Fibes, ya estaba todo hecho: la suerte le sonreía. Tanto que llegó a confesar desde el atril en su primera intervención como presidente del PP andaluz: «Estoy desde las seis de la mañana como una moto por los nervios». No era para menos.

Al año siguiente, en marzo de 2015, casi sin tiempo de darse a conocer entre el electorado como el nuevo rostro de la derecha andaluza, los nervios eran de otro tenor. Apenas pudo rebasar el millón de votos , a 400.000 sufragios de distancia del PSOE y medio millón por debajo del listón de Arenas en 2012, que se tradujeron en 33 escaños: un resultado bien discreto que alejaba al PP del 'éxito' de 2012.

El definitivo golpe de suerte en la vida de Juanma Moreno tiene que ver también con un resultado electoral, el de los comicios del 2 de diciembre de 2018. El candidato del PP apuraba, muy probablemente, su última oportunidad como aspirante a la Presidencia de la Junta después del varapalo de 2015. Si no mejoraba sustancialmente los resultados cosechados tres años, su carrera política se encaminaría al ocaso irremisiblemente. Se jugaba el todo por el todo. Y le salió bien… de rebote, pero le salió bien.

El PP siguió desangrándose hasta obtener la mitad de los votos cosechados en 2012 con unos resultados malos sin paliativos para Juanma Moreno . Pero la irrupción de Ciudadanos y, sobre todo, de Vox determinaron que la suma de escaños de estas tres formaciones les brindara la posibilidad de desalojar al PSOE del poder después de 37 años de gobiernos en Andalucía ininterrumpidos.

La mayoría absoluta de 59 escaños (26 del PP, 21 de Ciudadanos y 12 de Vox) fue suficiente para desalojar a Susana Díaz y alzar en su lugar a Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía . A pesar de los peores resultados del PP en dos décadas, a pesar del aire de derrota que rodeaba a su equipo de campaña en la recta final de 2018, a pesar de todos los pesares.

El resto de la historia es tan reciente que ni siquiera merece la pena reseñarse.