Pedro Sánchez y Núñez Feijóo también se juegan el futuro en el 19-J andaluz

Alberto Núñez Feijóo acude el domingo a un hotel sevillano a participar en el primer acto multitudinario del PP junto al presidente andaluz Juanma Moreno. Este sábado, Pedro Sánchez estará en la caseta municipal de Dos Hermanas junto a Juan Espadas en otro acto que se prevé de gran afluencia. El éxito de público de ambas convocatorias dará una idea del termómetro electoral de ambos partidos. Será la primera prueba de fuego para ambos.

Claro que la implicación de los líderes va por barrios. O mejor dicho, por partidos políticos. Porque desde el pasado 14 de mayo, el presidente del Gobierno y líder del PSOE federal, Pedro Sánchez, no ha faltado un fin de semana a Andalucía. Iba a estar también el primer fin de semana del mes pero hubo que suspender el acto por el Covid de Juan Espadas. El 14 de mayo estuvo en Torredelcampo, Jaén, acompañando a Juan Espadas; el domingo siguiente, 22 de mayo, acudió a Granada a un acto feminista también con Espadas y el próximo sábado protagonizará a otro mitin en Dos Hermanas a volver a dar arropo a su candidato a la Junta de Andalucía. El lugar elegido para este último encuentro no es casual ya que esta ciudad es talismán para el líder federal de los socialistas. Y, lo que es más importante, tiene un importante valor simbólico para las huestes de su partido. Se busca un impulso de energía para la campaña.

En 2017, tras su derrocamiento como secretario general del PSOE, Pedro Sánchez eligió Dos Hermanas —la provincia de Susana Díaz— para anunciar que volvería a presentarse a las primarias de su partido. Las ganó. También arrancó en esta ciudad sevillana la campaña electoral a las generales de 2019 y en ese año ganó las dos convocatorias que hubo que celebrar.

Las visitas de Pedro Sánchez pretenden poner en valor la marca PSOE ante un candidato desconocido para una gran mayoría del electorado andaluz. Juan Espadas tiene, además, un perfil discreto, moderado y poco dado a las arengas, con lo que es más difícil lanzar su campaña electoral.

La presencia de Núñez Feijóo en Sevilla este domingo tiene otras connotaciones completamente diferentes. El líder gallego del PP nacional sólo ha compartido hasta ahora con Juanma Moreno un acto sobre el programa económico en la sede de la Confederación de Empresarios de Andalucía. El domingo ambos evidenciarán complicidad y un proyecto común de partido, una vez superada la salida traumática de Pablo Casado.

El mensaje es claro: el PP andaluz tiene influencia en el partido a nivel nacional lo que equivale a decir que la tiene en España . La prueba más palpable es que hay tres andaluces que se sientan en la mesa camilla de Feijóo en Génova.

Por eso precisamente Juanma Moreno insistía este jueves en un mensaje que resulta llamativo: «El PP es el único partido que tiene autonomía para decidir sobre Andalucía» mientras que los demás dependen de sus direcciones nacionales (Vox), federales (PSOE) o de sus coaliciones (Por Andalucía). Eso además de Ciudadanos que ahora se ha descolgado diciendo que quiere eliminar del Estatuto de Autonomía el concepto de «nacionalidad histórica».

Resulta curioso destacar que este ha sido hasta ahora el mantra del PSOE. Los socialistas andaluces habían defendido su total autonomía con respecto a la dirección de su partido para tomar decisiones sobre Andalucía y priorizar los intereses de sus ciudadanos por encima de los del partido. Con la llegada de Juan Espadas a la secretaría general amparado por Pedro Sánchez que lo eligió para desbancar a Susana Díaz, ese lema se ha borrado.

Pedro Sánchez está omnipresente en la campaña mientras que Núñez Feijóo ha elegido un papel más discreto. La apuesta del partido es el presidente andaluz, «Juanma, presidente» como principal activo del partido. Y envuelto en la bandera de Andalucía, «en el PP tenemos un proyecto común para España pero distintas sensibilidades», frase que ha sido garantía de éxito electoral para los socialistas durante casi 40 años.

Uno de los puntos clave de la estrategia de los dos partidos mayoritarios son, claro, los pactos poselectorales. Moreno insiste en sus «líneas rojas» para pactar con Vox —igualdad y violencia de género, Estatuto de Autonomía y cambio climático—. Espadas, por su parte, no deja de azuzar el miedo a Vox y critica a Moreno por no ser claro con los votantes, «no dice a los andaluces que está preparando un Gobierno con Vox».

En este escenario, el presidente de la Junta hace lo propio con su rival socialista. Está seguro de que el cabeza de lista del PSOE, Juan Espadas, no pondrá líneas rojas a la extrema izquierda para gobernar. «Estoy absolutamente convencido de que no las pondrá», ha dicho Moreno, quien, al respecto, ha recordado que Espadas guarda silencio sobre los futuros pactos, pero ha aclarado que bajo ningún concepto permitirá que el PP opte a gobernar en solitario. El PSOE lo haría, según el presidente andaluz, en comandita con muchos otros: «Si hay una alternativa viable en la izquierda será la de ocho partidos políticos. Por cierto, los más radicales».

En medio de esta polémica, la candidata de Vox, Macarena Olona, trataba de agitar más la jornada. «La disputa en la primera posición es entre Juan Espadas y yo. El riesgo real es si el candidato del PP se va a abrazar al PSOE tras el 19-J». Unas palabras que fueron rápidamente movidas por los socialistas en las redes.