Miradas de reojo en el último envite antes de las urnas

La estética era importante. Juanma Moreno y Juan Marín eligieron el traje institucional, de Gobierno andaluz, con sendas corbatas azules. Eso sí, la del candidato popular con lunares en tono celeste, y la del líder de Ciudadanos mucho más seria, azul marino, lo que supuso un cambio respecto al debate de TVE donde no la llevó, ¿un giro en su estrategia?. Juan Espadas mantuvo su estilo. De líder de la oposición con camisa blanca y traje azul. Eso sí, con la chaqueta desabrochada lo que le daba un tono más informal que una semana anterior.

Las candidatas optaron por el color. Teresa Rodríguez, verde Andalucía con una camiseta de Lorca; Macarena Olona optó por un mono color granate e Inma Nieto apostó por un top de lentejuelas con una chaqueta rosa.

Su manera de presentarse -que será también la que Canal Sur use en la noche electoral ya que había un set preparado para hacer fotos a cada uno de los candidatos- era un punto más en un rito que ya es clásico en las campañas electorales. Los candidatos se presentaron en el debate con las encuestas resonando en los oídos. Y eso que ningún partido quería reconocer que las tenía presentes desde la última hora del domingo cuando ABC dio la conocer la de GAD3 . Porque el debate de anoche era precisamente contra los sondeos demoscópicos: Moreno para que no se relajen sus votantes, Espadas para desterrar que todo está perdido, Marín para arañar algunos votos que le permitan estar en el Parlamento, Olona tratando de superar su imagen impostada y alejada de los ciudadanos, Teresa Rodríguez para demostrar que es una opción real e Inma Nieto luchando contra la ruptura del voto de la izquierda.

Por cierto que corrió como la pólvora la explicación de por qué el CIS de Tezanos había salido sólo con porcentajes de voto y no con escaños: según esa encuesta el PP tendría 50 escaños mientras que el PSOE apenas rebasaría los 30.

El presidente andaluz pasó casi toda la jornada trabajando con sus colaboradores (siete personas que forman parte de su círculo más cercano y entre los que no está, por cierto, Elías Bendodo que fue quien lo acompañó ayer al debate). Preparó su defensa sabiendo que todos sus rivales iban a ir al choque contra él. Espadas, por su parte, recurría al manual socialista clásico: nombrar a ciudadanos concretos con problemas reales. Los que, por cierto, han mandado sus demandas a un número de wassap que el PSOE ha habilitado para ello. ¿No se está pateando las calles?.

Los camerinos de los candidatos, preparados por Canal Sur para la ocasión, echaban humo durante la noche, con los asesores consultando datos y verificando las afirmaciones de los rivales de sus candidatos. Porque este lunes se notó que los candidatos habían estudiado algo más que en la primera vuelta y todos aportaron mucha información para sostener sus argumentos: número de empresas que se crean, que se han marchado, tasa de paro...

Macarena Olona volvió a sacar libros de texto para argumentar el «adoctrinamiento» de los niños andaluces en las aulas, perseverando en el error de una semana atrás cuando usó un libro que estaba corregido por la Junta desde 2019. El libro que utilizó en el plató había sido editado por el Ayuntamiento de Sevilla hace ocho años.