El sabor agridulce del ingente menú de aplicaciones de nutrición
El creciente interés de la sociedad por la salud y el bienestar ha disparado el número de plataformas sobre alimentación, pero no todo es oro en este gran plato digital

Se aprecia en la sociedad un mayor interés por la alimentación. Saber qué comemos y el impacto que tiene en nuestra salud ha pasado a ser un tema de debate y sobre el que se cuestionan cada día muchas personas. Es cierto que la pandemia ... ha ayudado a aumentar este interés, una vez que hubo más tiempo para cocinar y leer sobre temas nutricionales. «Además, muchos nutricionistas divulgaron a través de los medios y las redes sociales e incidiendo aún más en la importancia de una buena alimentación para la salud», afirma Karen de Isidro Mecaliff, dietista-nutricionista miembro del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid (Codinma). Aplicaciones y plataformas digitales nos orientan a la hora de elegir los productos que vamos a utilizar en la cocina. «Nos facilitan más información de forma inmediata sobre etiquetado nutricional y de esa forma podemos escoger mejores productos al igual que nos indican el valor nutricional de una receta o consejos más personalizados por patologías», resalta la experta. La tecnología también ayuda a los profesionales una vez que «las apps realizadas por nutricionistas y enfocadas en pacientes para pérdida de peso o nutrición deportiva pueden ser muy útiles ya que la monitorización es fácil tanto para el profesional como para el paciente», añade. Aunque cree que muchas de ellas no son útiles ni seguras, «si en un futuro mejoran y se verifican podrían ser una herramienta muy interesante para el sistema sanitario y la sociedad.
Lo cierto es que esta fiebre tecnológica tiene sus limitaciones y riesgos. Según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid el 80% de las apps de nutrición son de mala calidad. Entre los riesgos que existen por uso está el de «caer en la desinformación, por eso hay que escoger apps verificadas o creadas por profesionales de la salud», resalta Karen de Isidro Mecaliff. También el abuso de su uso o caer en creencias como la de los ultraprocesados «que se asocian a algo prohibitivo cuando lo importante es educar hacia una alimentación equilibrada sin prohibiciones», añade. Otro riesgo es que muchas de ellas no se personalizan según las características personales y dan cálculos del metabolismo erróneos. «Las apps no se pueden personalizar a diferencia de lo que hace un profesional de la salud», matiza la especialista.
Pero estas aplicaciones también pueden ser de gran valor para el consumidor. Un ejemplo de cómo la tecnología puede ayudarnos a lograr una mejor alimentación es el trabajo llevado a cabo por AI Talentum, expertos en ciencia de datos y modelos predictivos. En el 2020 empezaron a trabajar en la parte de la alimentación formando parte de un proyecto en el que la IA permitía mejorar la toma de decisión de compra de las familias. «Se asesoró a las familias aportando información sobre las cantidades que deben comer, los alimentos que faltaban en el cesto de la compra…Utilizamos un sistema que relacionaba la composición de las familias, las edades de los niños con el historial de compra en los supermercados. Unos modelos de IA daban recomendaciones personalizadas» explica Amparo Roca, COO de AITalentum. Como resultado surgió un chatbot nutricional.
A raíz de esta experiencia la compañía fue desarrollando modelos de recomendación más avanzada, todo ello bajo el paraguas de la plataforma AIFoof, que también cuenta con aplicación. «Trabajamos en potenciar la capacidad de recopilar esta información individual y en organizarla de forma de ayudar al usuario», resalta Roca. Cree que la IA «mejorará el control de los datos de alimentación y hábitos de una persona para ofrecer una personalización». En la aplicación se puede escanear los tickets de la compra y de esta forma se ofrecen recomendaciones de tipos de productos, no de marcas, basados en toda la información que se recoge en el perfil de cada consumidor. Además, están con un proyecto piloto con Eroski para ver si este tipo de recomendación trae beneficios para el usuario. «Si el usuario está interesado, puede recibir ofertas personalizadas», añade. Amparo Roca recuerda que el consumidor aprecia tener información de forma simple y rápida.
Están trabajando en otro proyecto que busca aumentar la transferencia en el campo de la alimentación. «Desarrollamos una plataforma interactiva para niños que puedan usar en los colegios y en casa. Un chatbot adaptado a niños que les permita asimilar conceptos sobre alimentación saludable y sostenibilidad».
Asesoramiento
El consumidor se ve ahogado por una multitud de información en los envases (alegaciones, información nutricional, etiquetas, etc.). «Resulta perdido a la hora de escoger productos, y muchas veces se le convence por el marketing del producto. Para tomar decisiones más informadas, es importante que conozca lo que realmente contiene el producto», afirma Julie Chapon, cofundadora de Yuka, aplicación que analiza la calidad de los alimentos y demás productos que se venden en los supermercados. «Las etiquetas son muy complicadas de leer. Primero, en cuanto a la tabla nutricional, pocas personas conocen los puntos de referencia para identificar si los valores son interesantes en cuanto a la composición del producto o no. Segundo, con respecto a la lista de ingredientes, contiene muchos términos que nadie conoce», resalta Chapon. Este tipo de apps ayudan a descifrar las etiquetas. Desde Yuka aseguran que gracias a su aplicación sus usuarios compran ahora mejores productos. La mayoría ha eliminado de su lista de la compra los que contenían aditivos controvertidos, así como productos procesados. Además, «el 71% de los usuarios afirma que cocina más».
El algoritmo de selección de las recomendaciones de Yuka tiene en cuenta, por orden de prioridad, la categoría del producto, su disponibilidad y la nota del mismo. Para puntuar los productos alimentarios, se basa en tres criterios. «La calidad nutricional representa el 60 % de la nota utilizando el método de cálculo del NutriScore», indica la cofundadora. La presencia de aditivos representa el 30 % de la nota mientras que la dimensión orgánica representa el 10 %.
El crecimiento en España de esta aplicación surgida en Francia fue aún más rápido que en su país de origen. «La demanda para este tipo de herramientas en España era muy alta», reconoce Chapon. Cuentan con una base de datos de 4 millones de productos (alimentarios y cosméticos), de todos los países en los que están presentes. «Muchos controles han sido implementados para asegurar una fiabilidad máxima de la información. Sin embargo, no podemos garantizar que el 100% de la base no contiene errores», resalta la responsable.
Nutrición y deporte
Indya es otro ejemplo de cómo la tecnología impacta en nuestra alimentación aunque en este caso el objetivo es lograr un mejor rendimiento deportivo. Javier Guerrero, su CEO, estudió nutrición tras muchos años de competición deportiva. «Siempre he sabido que descanso y alimentación eran muy importantes», resalta. Sus estudios le permitieron relacionar sus experiencias deportivas con el conocimiento científico. Comenzó en Valencia, dando asesoramiento y creando un laboratorio porque «la nutrición era invisible y queríamos que las personas entendiesen lo que pasaba en su cuerpo». La tecnología llegó más tarde, en 2016, cuando quisieron replicar el trabajo de los ingenieros en Moto GP y Fórmula 1 y pasaron a sensorizar el cuerpo del piloto. «Fue disruptivo porque empezamos a tomar decisiones en tiempo real y no siguiendo guías científicas», subraya Guerrero. Con todo ese conocimiento surgió Indya, «un equipo de nutricionistas deportivos que se apoya en la IA». Esta solución que se apoya en la tecnología y las matemáticas te indica lo que debes comer para dar el 100% en tu entrenamiento. «Toda nuestra tecnología se desarrolla pensando en los deportistas que están en la élite y lo vamos bajando a funcionalidades más sencillas para todo tipo de deportistas, también los que tienen su trabajo, su familia…Somos flexibles y nos adaptarnos, queremos poder también dar soluciones de cena, por ejemplo, para aquellos deportistas que cenan con toda la familia», señala el CEO.
MÁS INFORMACIÓN
Javier Guerrero nota un mayor interés en la sociedad ya no solo por lo que comemos sino también por cómo está nuestro organismo, razón por la cual se adquieren distintos dispositivos que nos miden la frecuencia cardiaca, la temperatura o la hidratación, por ejemplo. Con su tecnología. «las personas se sorprenden cómo impacta lo que comen en su rendimiento y descubren los alimentos que les ayudan a mejorar».
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