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La inflación alemana se modera al 6,1% y alienta las expectativas de que el BCE frene el alza de tipos

El dato se recibe con alivio en Frankfurt y apuntala la estrategia del banco central de levantar el pie del encarecimiento de la política monetaria en verano

Séptima subida de tipos del BCE: ¿será la última o habrá más?

El canciller alemán, Olaf Scholz, durante una intervención en Berlín reuters
Rosalía Sánchez

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La tasa de inflación en Alemania cayó al 6,1% en mayo gracias a los precios de la energía (sólo aumentaron un 2,6%, mientras que en abril la subida fue de un 6,8%) , aunque los alimentos siguen siendo caros (un 14,9% más que hace doce meses, cuando la tasa era del 17,2% en abril) y no se puede dar por muerta a la inflación. La gasolina más barata y el nuevo 'deutschlandticket', el billete de transporte público de tarifa plana con un efecto «ligeramente moderador» en la evolución de los precios, según la Oficina Federal de Estadística, empujaron la tasa a su nivel más bajo en más de un año. Pero cabe anotar que se trata de descensos de precios subvencionados por el Estado, fundamentalmente a través de los frenos a los precios de la energía, que no pueden sostenerse indefinidamente en el tiempo.

«La tasa de inflación ha seguido debilitándose, pero se mantiene en un nivel alto», se asegura desde la Oficina Federal de Estadística. El Bundesbank lo dice con palabras bastante más gruesas. «¡La inflación ha vuelto, con fuerza!», así comienza un libro recientemente publicado por el banco central alemán, en el que explica el fenómeno de la inflación, las causas, las consecuencias y los instrumentos de la política monetaria. El libro contiene una seria advertencia: la larga tendencia mundial hacia bajas tasas de inflación está revirtiendo. «Ahora hay tendencias que podrían tener un mayor efecto de aumento de la inflación en el futuro», afirman el miembro de la junta del Bundesbank Joachim Wuermeling y los autores Irmela von Schenck y Antonia Fleischmann, que ven en el horizonte «una fase inflacionaria más duradera".

Confían en que la energía vuelva a la normalidad: «Existe alguna evidencia de que los precios de la energía, que actualmente están impulsando la inflación con tanta fuerza, volverán a caer en el mediano plazo... Es probable que los cuellos de botella extremos se resuelvan». Pero su visión es significativamente más crítica respecto al segundo impulsor actual de los precios: los alimentos, presionados por la energía y también por los fertilizantes caros. «La agricultura en todo el mundo está cada vez más expuesta a fenómenos meteorológicos extremos: en vista del cambio climático y las consiguientes sequías más frecuentes, las pérdidas de cosechas están aumentando», prevé el Bundesbank, que también apunta que la demanda de alimentos está creciendo y que la demografía juega en contra a medio y largo plazo.

A finales de la década de 2020, la proporción entre la población en edad de trabajar y los ancianos disminuirá de 3:1 a alrededor de 2:1. «Tenderá a haber una mayor demanda que una menor oferta de bienes;esto tiende a hacer subir los precios», afirma también el libro, y recuerda que «la competencia global mantuvo muchos productos y servicios significativamente más asequibles y tuvo un efecto amortiguador de la inflación", pero a medida que va ganando terreno el proteccionismo, "las ganancias de prosperidad comienzan a disminuir".

Inflación sostenida en el tiempo

Muchos economistas independientes coinciden con el Bundesbank en la previsión de una inflación alta sostenida en el tiempo. Los precios de muchos servicios, como los relativos al sector turístico, están siendo ahora impulsados al alza por los crecientes costes salariales, de manera que este efecto «apenas ahora se está poniendo marcha». Y la pérdida real de poder adquisitivo de los alemanes se afianza también debido a déficit de miles de millones en los fondos de seguro de salud obligatorios, que acaba de llevar al ministro de Sanidad, Karl Lauterbach, a anunciar un aumento de las contribuciones en vista del déficit de miles de millones en los fondos de seguro de salud obligatorios. «El ministro de Finanzas, Christian Lindner, ha dejado claro que los subsidios fiscales para el seguro médico obligatorio no se pueden aumentar», ha justificado Lauterbach, «conmigo no habrá recortes de prestaciones y, por lo tanto, la tasa de cotización al seguro de salud obligatorio tendrá que volver a aumentar ligeramente el próximo año».

El hecho de que la inflación se tome al menos una pausa puede tener efectos calmantes también sobre el estado de opinión política en Alemania. Los insoportables precios desde hace ya más de un año están teniendo consecuencias sensibles en las encuestas, en las que el partido antieuropeo y nacionalista Alternativa para Alemania (AfD) alcanza niveles cercanos al 20% y se sitúa por momentos en el segundo puesto de la lista de formaciones políticas más votadas, sólo por detrás de la CDU y por delante de socialdemócratas (SPD) y Los Verdes.

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