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El BCE prevé «una inflación demasiado alta durante demasiado tiempo» y se anticipan más subidas de tipos

La institución asegura que las tensiones financieras generan «incertidumbre» sobre la economía

El BCE sube los tipos en 0,5 puntos y promete liquidez a la banca si fuera necesario

Christine Lagarde, presidenta del BCE AFP
Rosalía Sánchez

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

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La economía de la zona del euro debería marcar una recuperación en los próximos trimestres, tras estancarse en el cuarto trimestre de 2022 y, por tanto, habría logrado evitar la contracción esperada anteriormente. Es lo que avanza el boletín económico del Banco Central Europeo (BCE), que subraya, no obstante, que las nuevas proyecciones macroeconómicas de su equipo de expertos quedaron finalizadas a principios de marzo, por lo que no registran las recientes tensiones surgidas en los mercados financieros.

«Estas tensiones, por lo tanto, conducen a una mayor incertidumbre con respecto a las evaluaciones del escenario base de inflación y crecimiento», advierte el documento, cuyo mayor nivel de alarma se refiere a la inflación. «Se prevé que la inflación se mantenga demasiado alta durante demasiado tiempo», dice, y apunta una previsión del 5,3% en 2023, 2,9% en 2024 y 2,1% en 2025.

Sin embargo, con estos datos sobre la mesa y teniendo en cuenta que la turbulencia en el sector bancario está exacerbando las condiciones para los préstamos, el BCE no tendrá que aumentar tanto sus tasas de interés clave, sugiere Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg Bank, que a la luz de estos datos espera ahora que el BCE suba sus tipos de interés dos veces más en sus próximas reuniones de mayo y junio, cada vez en un 0,25%. La tasa de interés a la que los bancos pueden pedir dinero prestado al BCE aumentaría del actual 3,5% al 4,0%.

En los próximos trimestres, la producción industrial debería aumentar con la mejora adicional de las condiciones de suministro, según el boletín del BCE, la continuación de la relajación del clima de confianza y la eliminación de los numerosos pedidos incumplidos por parte de las empresas. «El aumento de los salarios y la caída de los precios de la energía compensarán en parte la pérdida de poder adquisitivo que sienten muchas familias por la alta inflación», dibuja el boletín, anticipando una florida primavera económica en la zona euro, para añadir que «esto, a su vez, apoyará el gasto de los consumidores. Además, el mercado laboral sigue mostrando fortaleza, a pesar del debilitamiento de la actividad económica».

Pero no deben estar las aguas tan calmadas como describe ese paisaje cuando el consejo de gobierno está reunido esta mañana, analizando de primera mano y a medida que llegan los datos de inflación que servirán para hacer el promedio de la zona euro. Christine Lagarde, su presidenta, ha prometido que el BCE seguirá muy de cerca los datos de inflación y eso es lo que está haciendo, muy especialmente los de los Bundesländer alemanes, que van cayendo a cuentagotas. En Renania del Norte-Westfalia, por ejemplo, aumenta un 0,6% intermensual en marzo, frente a un aumento del 1% en febrero, y aumentaron un 6,9% interanual, desde el 8,5 % anterior.

Inflación subyacente

Isabel Schnabel, miembro de la junta del BCE, dijo el miércoles que la inflación subyacente en la zona euro está resultando estancada y que la reciente caída en los costes de la energía podría no reducirla tan rápido como algunos esperan. Así, con un ojo puesto en la inflación y otro en las Bolsas, el BCE sigue reajustando minuto a minuto su política monetaria.

Es probable que la reciente agitación en el sector bancario de la zona euro se disipe y los tipos de interés del BCE sigan aumentando para contener la inflación, según ha sugerido Philip Lane, el economista jefe de la institución. Lane considera que los bancos están bien capitalizados y cuentan con amplia liquidez, por lo que no hay una transmisión directa de las tensiones bancarias en Estados Unidos y Suiza al bloque monetario de 20 naciones.

«En nuestro escenario de referencia, para garantizar que la inflación baje al 2%, serán necesarios más aumentos», adelantó al semanario alemán Die Zeit, al tiempo que ahondaba en que «si el estrés financiero que vemos no es cero, pero aún así resulta ser bastante limitado, las tasas de interés aún tendrán que subir».

Lane ha argumentado que incluso si la inflación sigue siendo alta, las primeras etapas de producción, como los precios de los productos agrícolas e ingredientes alimentarios, muestran presiones de precios moderados y no considera necesaria una recesión para bajar la inflación porque ve más posible un aterrizaje suave de la economía. «Hemos perdido tanto impulso de crecimiento en la pandemia que es posible que la recuperación continúe y la inflación baje simultáneamente», prevé el economista jefe del BCE.

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