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open de Australia

Sinner se sienta con los grandes a lo grande

Remonta dos sets a Medvedev y suma su primer Grand Slam: «Tengo que procesar lo que he conseguido, pero sé que tengo que seguir mejorando para intentar ganar más»

Sinner le echa un cable a Alcaraz: así queda la clasificación ATP tras el Abierto de Australia

Así hemos contado la final: Sinner-Medvedev

Sinner posa con el trofeo AFP
Laura Marta

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Nervioso, sonriente, rizos sueltos sobre la frente, Jannik Sinner, 22 años, se expresa con timidez frente al micrófono: «Ojalá todo el mundo tuviera unos padres como los míos que me dejaron hacer lo que yo quería. Deseo esa libertad para todos los niños». Y ... acaba el discurso con un «no sé qué más decir», mientras se suelta con una sonrisa que la copa Norman Brookes le devuelve multiplicada por todos los campeones que pasaron antes por ahí. Él ya está con ellos, sentado a la mesa de los grandes después de acabar por hollar la cima de su plenitud, primer Grand Slam, en el Abierto de Australia, con una remontada que simboliza todo lo que ha crecido: saques, golpes ganadores, piernas, agilidad, velocidad, potencia y una, por fin, irreductible confianza en sí mismo.

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