Tenis
Nadal suda ante Draper en un estreno de altibajos en Australia
Abierto de Australia
El español pasa a la segunda ronda tras una batalla de tres horas y 41 minutos en la que luchó contra un británico que no perdió la actitud y contra sus propias desconexiones (7-5, 2-6, 6-4 y 6-1)
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Iniciar sesiónRafael Nadal ya acumula tres horas y media de vuelo tras un primer partido en el Abierto de Australia propio de las primeras rondas: buenos golpes, actitud y victoria, pero también baches, errores y cosas por mejorar. Primera alegría del año después de seis meses ... de pocas alegrías, y dos días más para seguir afinando el arsenal después de un partido sufrido ante un Jack Draper. El británico, 21 años y 38 del mundo, que le ofreció agilidad, empuje, empeño, descaro, buenas derechas, golpes planos, saques velocísimos para empezar, y aunque acabó fundido físicamente hasta lo obligó a remontar un set y a sí mismo.
No parecía presagiar el sufrimiento que llegó después un primer set más propio de rondas avanzadas. Al Nadal del pasado le gustaba iniciar los torneos con muchos partidos en las piernas. Al Nadal de los últimos tres años le costaba entrar en los encuentros, sobre todo de inicio de competición. El Nadal de 2023 sumó su primer juego del Abierto de Australia en menos de un minuto: un buen servicio, dos buenas derechas y un ace. Y puños desde el principio. Como si fuera ya primavera.
El partido se mantuvo igual de vertiginoso en los primeros compases del primer set porque Draper, 21 años, 38 del mundo, también zurdo, 1'93, apeló a su contundencia con el saque y con su envergadura para perseguir en ritmo y velocidad al español.
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El británico trató de acortar los puntos lo máximo posible, en dos zancadas en la red para quitar tiempo y opciones a Nadal quien, sin embargo, sacó varios passing de la casa para alegría de la grada. Si había peloteos, Draper también mostró recursos: bolas altas para mantener al español a raya y lejos de la pista, pero la derecha del balear está afinada como un cuchillo. Sin necesidad de victorias (perdió los dos partidos oficiales del año, ante Norrie y De Miñaur) ni demasiados partidos en las piernas porque todo funcionaba como si fuera primavera, la derecha cruzaba la pista a la perfección, la velocidad de ideas estaba alineada con la de las piernas -rapidísimo para atajar las dejadas y las voleas- y la concentración al alza.
Sobre todo porque el británico no se amilanaba. Se mantuvo con el porcentaje del servicio con mucha solidez.
Para añadir emoción al siempre esperado primer partido de Nadal, dos anécdotas. En el segundo cambio de pista, a Nadal se le acabaron las toallas. Con 4-3, a Nadal se le llevaron la raqueta con la que estaba jugando en lugar de la que quería él que le encordaran. Se lo tomó con humor. Desconcierto inicial, risas al final, y el partido que continuaba bajo su control. «Soy muy meticuloso, pero ha habido un despiste porque he mandado a encordar la raqueta que no era», explicaría después entre risas.
Ya tenía seriedad el partido. Los saques mandaban, juegos en blanco para uno y otro lado, y solo en el décimo juego una bola de break. A favor de Nadal, que ya empezaba a meterse en la mente del rival, aunque Draper desatascó con otro buen servicio, pocos por debajo de 200 kilómetros por hora. Y sacaba el puño Nadal en el undécimo juego, pues también metió presión el británico, pero con deuce, encadenó dos errores no forzados.
La diferencia, de ranking, de experiencia, de todo, se muestra en los momentos claves. Con 6-5, a Draper le empezó a pesar la mano con el servicio. No tuvo claras las ideas y el 'Vamos' de Nadal se multiplicó por mil cuando consiguió un tercer error no forzado en su rival para conseguir la primera bola de set. Ahí, claro, los temblores del veinteañero, que no acabó de rematar el punto con su derecha, y la pericia y la derecha cruzada del español: salto al aire y alivio porque el primer set caía de su lado (en 54 minutos). Y no había sido fácil.
Hubo mucho tenis y muchísima actitud en Draper. Es verdad que las dos dejadas del último juego del primer set fueron esas decisiones que se toman más con los nervios que con la cabeza. Pero ahí siguió, batallando, bola de break en el primer juego del segundo set que convirtió con una perfecta volea ante una derecha al cuerpo y con efecto del español. La lluvia hizo acto de presencia en el verano australiano. Apenas unos minutos en el que los jugadores esperaron en su banco. Unas nubes que se instalaron de repente también en la mente de Nadal.
A la reanudación, mucho Draper, que aguantó todo los ataques del español y aprovechó el bajón del español para ganarse otra bola de break, sentenciar el 3-0 con un revés paralelo impecable y ponerse alas. Excelso en esta segunda hora de juego el británico, acortó los puntos y no dejó reflexionar al español, al que se le cruzó el gesto y no supo ni aguantar los servicios que lo habían mantenido por delante en el primer parcial. Solo seis errores cometió en la segunda manga Draper, en la que le salió todo perfecto mientras que Nadal fue incapaz de encontrar el ritmo, atrapado en un bache hasta el 2-6 en 53 minutos.
Con el sol, Nadal. Apartadas las nubes del cielo y de la cabeza, el español empezó a encontrar la frescura de ideas del primer set y el saque volvió a darle confianza: en blanco para iniciar la tercera manga a favor. De la rapidez de esos primeros instantes, al maratón que impuso el balear, consciente de que a puntos cortos, Draper parecía más efectivo. Y a largo plazo, pocos mejores que Nadal. Al británico se le quedó atascada la pierna derecha, pidió fisio, aunque se mantuvo en el partido con muy buena actitud. Incluso salvó dos bolas de break en el cuarto juego. Pero el control cambió de bando: primera doble falta del encuentro y menos velocidad en sus golpes de derecha.
Ante Nadal, bajar así el ritmo es una sentencia. El 2 del mundo, a lo suyo, ha pasado por tantas circunstancias de este tipo que sabe dónde y cuándo hacer daño. Afianzó la posición en la pista, recuperó el drive paralelo y con él martilleó física y, por ende, mentalmente, al británico. Ante el acoso del rival y de la pierna, doble falta y break a favor del manacorense. Draper pasó del vendaval del segundo set, al sufrimiento del tercero. Dolor, frustración, gritos.
Pero el paso del fisio dio una segunda vida al británico, que recuperó un break y obligó a Nadal a seguir en la pelea. Incluso a remontarse a sí mismo porque volvió a entrar en unos minutos de apagón de ideas y ejecuciones mal efectuadas que envalentonaron al 38 del mundo. Tanto como para levantar una bola de set con un ace y demandar más del español.
Pero Nadal jugó con la paciencia, a trabajar otra vez el punto, y cuando tuvo la sensación a favor, desató la tensión con dos derechas cruzadas que Draper no supo devolver. Tercer set a favor, a pesar de los 15 errores no forzados y cierto sufrimiento al final de un parcial de 66 minutos. Si Nadal quería entrar en calor en este Melbourne Park, Draper fue el rival perfecto.
No quiso seguir especulando ni sufriendo Nadal. Por fin el objetivo y la mano se alinearon. A pesar de perder el primer turno de saque, se centró en sus opciones y jugó algo más suelto. Apuró a las líneas, subió a la red, movió a Draper. Apretó al británico para recuperar el saque perdido y para ganar uno más. Porque a las tres horas y media, a Draper le volvió a boicotear su propio cuerpo. Más calambres en esa pierna derecha que lo dejó fuera de juego y del partido.
¡Victoria de @RafaelNadal! 🔥🔥🔥
— Eurosport.es (@Eurosport_ES) January 16, 2023
El balear ha pasado por apuros pero acaba su primer partido en el #AusOpen de la mejor forma #AusOpenEurosport pic.twitter.com/HRK6fA3wx1
Con 21 años todavía tiene mucho por crecer y si no ha dado el estirón como otros de sus compañeros de promoción ha sido por las lesiones. En su currículo, solo un partido a cuatro sets, ninguno a cinco (a seis juegos por set). Y ante Nadal, la montaña se vuelve inabarcable. Intenta olvidarse de la pierna, de esa zona abdominal que ya tenía protegida por cintas médicas, pero no puede ni sacar, su mejor golpe. Y Nadal acaba por fundirlo. Sin prisa, sin pausa, con golpes de lado a lado, suma puntos y puntos y puntos, también calma y por fin cierto alivio, porque hasta con 5-1 y saque hubo de afrontar dos bolas de break. Se ha sufrido por el rival, impecable actitud hasta el final y tenis del bueno, y contra esas desconexiones propias de las primeras rondas, de esas ganas de querer hacerlo bien cuando no conoces ni al rival ni a ti mismo en ritmo competitivo.
Son tres horas y 41 minutos de calentamiento para este torneo en el que defiende corona. Con deberes por hacer, pero buenos momentos para repetir en la segunda ronda. Siguiente rival: Mackenzie McDonald, que ganó a Brandon Nakashima por 7-6 (5), 7-6 (1), 1-6, 6-7 (10) y 6-4.
ESTADÍSTICAS
Nadal: 6 saques directos; 3 dobles faltas; 41 ganadores; 46 errores no forzados.
Draper: 13 aces; 3 dobles faltas; 35 ganadores; 46 errores no forzados.
«Los últimos dos meses no han sido fáciles para mí. Necesitaba esta victoria en Melbourne Park. Si miro mis últimos seis meses, ha sido un inicio bastante bueno. Ante un jugador joven, con mucha pegada y peligroso como Draper», analizó a pie de pista. «Llegaba con muchas molestias en los últimos tiempos. Así que no ha sido un mal partido. Ha sido exigente. Y sabía que iba a tener altibajos y he tenido una buena actitud. Me he recuperado de esos altibajos. Necesitaba la victoria para ajustar esas cosas. »Cuando estás en una dinámica positiva las cosas te preocupan menos porque todo te sale. En mi caso no es así. Sin sacar muchas conclusiones, lo mejor es la victoria. No he jugado perfecto, pero sigo aquí por un segundo partido«.
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