Sara Sorribes, triunfo a la paciencia

Hace tiempo que Sorribes ha domado esa sensación de vértigo que da escalar hacia las alturas. En México, la castellonense se mostró especialmente orgullosa de ello: « He sabido manejar a la perfección las emociones. No es nada fácil jugar mi primera final . Estoy feliz de cómo logré competir aquí y de mi actitud durante toda esta semana». Es el resultado de un camino que desde hace tiempo tiene mucho sentido y que puede impulsarse a partir de aquí, siempre sin prisas , como ha hecho desde que eligiera la raqueta por delante del fútbol.

Con 17 años fue campeona de Europa júnior, como Conchita Martínez y Carla Suárez. En 2017, primera incursión en el top cien. Compagina el circuito WTA con algunos ITF, pero es ya una presencia notable y fija en los cuadros finales de cualquier torneo de los grandes. Desde ayer, salto desde el puesto 71 hasta el 57 afianzados los pies en un buen colchón de confianza. Sabe mejor que nadie que el tenis no siempre tiene una progresión lineal. De ahí que la palabra ‘trabajar’ sea su guía. «Nunca me marco un objetivo de conseguir este torneo o ganar a equis jugadora. Solo en seguir trabajando. Es mi forma de entender la vida », resumió tras saltar con el trofeo. «Sara es una jugadora y una persona ejemplar. Es un mujer que ama el tenis por encima de todas las cosas, que vive por y para ser tenista. Trabajadora, disciplinada, educada, respetuosa, humilde y generosa . Le gusta aprender y empaparse de la gente que la rodea», la define alguien que la conoce muy de cerca: Anabel Medina , capitana del equipo de Copa Federación. «Me alegro mucho de este título; es una recompensa a muchos años de trabajo y sacrificio. Es un ejemplo, un espejo en el que le diría a las más pequeñas que se reflejasen».

Pero aunque no se marque más objetivos que los del día a día, sabe que tiene tenis para grandes proyectos. En este 2021, nueve victorias y tres derrotas, asomándose a los cuartos de final en el WTA 500 de Abu Dabi. El año pasado, vestida con la camiseta de España, una de sus mejores victorias, que podría recitar punto a punto: 6-0 y 6-3 a Naomi Osaka . Es consciente de que solo fue un partido y que la japonesa no pasaba por su mejor momento, pero son buenos detalles. «Es una jugadora rocosa, que lee muy bien el juego. Es capaz de hacer cosas que ya no se ven hoy en día, como subir a la red, ganar jugadas de mano. Y sabes, además, que no va a dejar de pelear ni una pelota . No la verás bajar los brazos nunca», analiza Medina.

Hasta el pasado verano se entrenaba con Germán Puentes en la Academia Ad In de Barcelona, pero decidió volver a casa y eligió a Silvia Soler , con quien compartió entrenamientos a distancia durante el confinamiento, para que la guiara desde el palco. La dupla se conjunta de maravilla. «Silvia le aporta la experiencia como exjugadora. Sabe lo que ella necesita en cada momento. Además son íntimas amigas, se conocen a la perfección. Sara ha encontrado en Silvia una persona que le da paz, confianza, seguridad y cree en ella como nadie», explica Medina. Para Sorribes el tenis continúa esta semana en Monterrey. En la piel ya, para siempre, su primer título WTA.