Feliciano López: «En Madrid me presenté al mundo»

-Que sea su decimoquinta presencia en Madrid ¿qué le dice?

-Me dice que no he fallado ni uno y también que, evidentemente, ya soy viejo. Jugar quince años sin fallar te dice que ya eres un veterano, pero estoy muy contento y más siendo Madrid. Desde el primer año fue muy especial para mí y he visto su evolución. Ha sido siempre un torneo diferente y además me sirvió para presentarme, en cierto modo. Jugué la primera vez siendo un niño y siempre me quedará aquel partido contra Agassi, que casi le gano. En Madrid no se veía tenis de nivel desde hacía un montón de años. Estuvo el torneo de Chamartín y de repente llegó un torneazo al Rockódromo. En tercera ronda jugué con Agassi y le pude haber ganado, fue la primera vez en la que me di cuenta de que podía jugar contra los buenos.

-¿Una especie de alternativa?

-Sí, sí, exacto. Imagínese. Lleva tiempo jugando como profesional y me dieron una invitación, creo. Era joven y de repente jugué de tú a tú con Agassi ante 10.000 personas. Me marcó, me presenté al resto del mundo.

-¿Qué recuerda?

-Recuerdo a toda la pista animándome a saco, no había vivido nada igual. La gente estaba con ese chaval de Madrid y era el boom del tenis, la grada estaba emocionada por el mero hecho de volver a ver tenis de máximo nivel en Madrid. Fue un ambiente único.

-¿Y cómo ha visto la evolución del torneo?

-Me encantaba en el Rockódromo, la verdad. Era un torneo muy especial. Ion Tiriac y la organización tienen algo diferente, siempre buscan cosas distintas para destacar en el circuito. Primero con las recogepelotas modelos, luego con la pista azul... Proponen algo distinto y en Madrid encaja perfectamente. Antes se jugaba a cubierto, que a mí me gusta mucho. Y luego se pasó a la Caja Mágica, ha crecido con chicas, torneo de más días... La Caja Mágica es un recinto muy emblemático. No se puede pedir mucho más.

-¿Y lo nota en el circuito? ¿La gente quiere jugar en Madrid?

-Sí, sí. La gente quiere ir porque el torneo gusta. Tiene tres estadios cubiertos, si llueve se puede jugar, hay muchas pistas para entrenarse sin tener que ir fuera, buen transporte con un montón de coches, la comida para los jugadores es espectacular, la mejor que hay... El jugador disfruta de un torneo inmejorable para él.

-Ha quedado un torneo magnífico para este año.

-Sí, muy interesante. El torneo casi siempre ha tenido a los mejores. Hay solo tres Masters 1.000 de tierra antes de Roland Garros y conviene jugar.

-¿Cómo ha visto a Nadal?

-Bien, está jugando mejor. Antes de Montecarlo se le veía una evolución, más confianza. La cabeza es muy importante. Ganar Montecarlo le dio mucho y en Barcelona se llevó otro Godó. Vas sumando y eso ayuda, aunque no estés en tu mejor tenis. Rafa está muy bien, físicamente a tono. Más agresivo, serio, con confianza. Un jugador necesita victorias y aterriza en Madrid con Montecarlo y Barcelona. No es el de hace cinco años, pero es evidente que hay una evolución. Llega con una confianza brutal y en Madrid se tendrá que enfrentar a todos. Y a ver cómo está Djokovic.

-¿Y cómo se ve usted?

-Estoy bien, me veo a buen nivel. He jugado bien en Barcelona y llevo una línea positiva, me encuentro bien. En tierra me cuesta un poco más, pero este año me siento a gusto. Madrid me gusta por la altura.

-¿Es el torneo que más le gustaría ganar?

-Sí, con el de Wimbledon. También quizá Barcelona. Son los torneos en los que más a gusto me siento.

-¿Qué le ha faltado para tener más de los cuatro títulos que tiene?

-He perdido la mayoría de las finales, pero contra gente muy buena en casi todas. Muchas de ellas he jugado bien porque a mí me motiva jugar contra gente buena, pero es verdad que no he ganado demasiados títulos para las finales que he disputado.

-¿No le da rabia y más viendo el palmarés de otros jugadores?

-Sí, claro. Pero yo no cambio mi carrera por jugadores que han sido peores que yo y tienen ocho o nueve títulos. Es verdad que los títulos cuentan mucho, pero otras cosas también marcan la historia de un jugador.

-Se contenta con tres Davis.

-Sí, exacto, no muchos las tienen...

-¿Qué tenía el Rockódromo?

-Era mucho más recogido, a mí me favorecía por la superficie (cemento) y porque se jugaba bajo techo. Pero es evidente que el torneo ha crecido como evento desde que está en la Caja Mágica y es mucho mejor que antes, con una repercusión que antes no tenía y en unas fechas propicias durante la gira de tierra. Además, hay vida social, catering... En ningún otro lugar se come y se vive el torneo como en Madrid.

-¿Realmente nota jugar en casa?

-Yo sí. Aunque parezca una tontería, cuando juegas en España tengo a mi gente cerca y te apetece hacerlo bien. En Madrid, cuando los partidos se complican, el público aprieta. Los jugadores lo notan. Es un público muy pasional, casi de Copa Davis. Ljubicic en aquella final contra Nadal se puso nervioso y no pudo jugar por el público cuando lo tenía ganado. La gente lo vive mucho.

-¿Qué otros recuerdos tiene?

-Un partido con Federer en el Rockódromo también que lo tenía ganado. En la Caja Mágica con él también tuve un partidazo. Pero, sin duda, el más emotivo fue el primer año. Jugar contra Agassi fue un premio y casi le gano.