Rafa Nadal: «Ahora no pienso en ganar; solo importa la rodilla»

El tenista balear recibe a ABC a una semana de su vuelta a la competición. Está ilusionado, pero pide prudencia

Rafa Nadal: «Ahora no pienso en ganar; solo importa la rodilla» ignacio gil

Enrique Yunta

A cinco días de su regreso, no hay nervios en Rafa Nadal , empeñado en pedir calma porque ahora lo que importa es su rodilla. No se conoce a otro Nadal que no sea el del puño cerrado y el mordisco, el Nadal ganador ... que suma once grandes entre sus cincuenta títulos. Pero el balear, ahora número cuatro del mundo por las circunstancias, insiste en que no hay milagros en el tenis y que necesita su tiempo, escuchar lo que le marca el cuerpo, tomarse las cosas con calma. En el espectacular paraje del campo de golf de Vall d’Or , cerca de su Manacor del alma, atiende a ABC durante casi una hora para hablar de este proceso sin mirar más allá de Abu Dabi, en donde reaparece el viernes ante el vencedor del duelo entre Janko Tipsarevic y Andy Murray. Para empezar, la pregunta más simple del mundo, pero básica en este caso porque es una cuestión capital.

—¿Cómo está? —Me siento mejor que hace unos meses, es obvio. Mi rodilla, sin embargo, no está todavía al 100%, no está perfecta. Tengo que ver cómo mejora y cómo acepta la intensidad y la exigencia de jugar con tenistas de tanto nivel. Pero de momento voy a Abu Dabi, no miro más allá. No pienso a largo plazo, sólo preocupa la rodilla, ver cómo responde estos días y ya veremos luego. Quiero estar seguro de que está totalmente preparada para empezar otra vez a competir de verdad, sin dudas. Si me siento bien en Abu Dabi, seguiremos, pero si no, me lo tomaré con calma.

—¿Cómo afronta esta semana después de casi 180 días sin jugar? —Abu Dabi, para mí, es una prueba, como un entrenamiento de nivel. Mi objetivo no es esta semana, ni tampoco Doha o Australia. Mi objetivo es estar en forma, recuperar del todo mis sensaciones y sentirme del todo preparado, que responda la rodilla. La idea es estar en condiciones a partir de Indian Wells.

—¿Está nervioso? —No. No lo estoy, lo digo de verdad. Para mí lo único que importa es la rodilla, lo único. Puedo jugar mejor, puedo jugar peor, pero sólo me importa eso, el resto no me preocupa. No le doy mucho valor a cómo vaya a jugar el próximo mes o mes y medio. Incluso dos meses si hace falta. Mi temporada, mi objetivo real, es empezar en perfectas condiciones en Indian Wells y Miami y llegar a Montecarlo con buenas sensaciones, afrontar en buen estado la temporada de tierra.

«Me siento mejor que hace unos meses, pero mi rodilla no está aún al cien por cien»

—¿Imagina su primer punto? —Voy a jugar al tenis otra vez y creo que no me he olvidado, no es tan dramático. He disputado más de 600 partidos de ATP y no me he pasado dos años sin jugar. Mi sentimiento es bueno. El último torneo que jugué en condiciones fue Roland Garros y lo gané. Y esas emociones siguen en mí. Todavía no estoy para revivir esas sensaciones porque no estoy del todo preparado. A finales de febrero o en marzo es cuando me sentiré bien. Ahí empieza mi temporada, ahí me diré a mí mismo que estoy preparado para ganar.

—¿Pero no tiene una sensación especial, un gusanillo o algo que le mueva por dentro? —Todavía no. Supongo que lo tendré cuando me sienta listo para competir, cuando esté en plena forma y me diga que estoy preparado para ganar. Cuando pueda luchar por cada bola, cuando pueda correr con intensidad, cuando pueda jugar agresivo, cuando pueda hacer con mis piernas lo que quiero... Entonces intentaré jugar lo mejor que sé para ganar. Hoy en día no es el caso, hoy en día no me importa ganar. Mi único sentimiento especial es que mi rodilla está mejor y que los doctores dicen que está perfecta.

—¿Y qué le transmite la rodilla? —Sé que voy a jugar en Abu Dabi sin que la rodilla esté genial, pero me siento mejor. Los doctores dicen que está muy bien y eso es una gran noticia para mí, pero sigo sintiendo algo. Calma. Yo veo que está mejor, pero no la noto perfecta. No quiero estar en una pista y sentir que no puedo luchar y correr como quiero, no quiero sentir que no tengo la oportunidad de competir como me gusta.

—¿Necesita escuchar ahora más que nunca a su cuerpo? —Sí. Necesito ir con cuidado, con prudencia. Tengo que estar atento para ver cómo la rodilla reacciona, ver si va mejor o peor y no cometer otro error que pudiera ser negativo para mi futuro.

«Si no respondo, me vuelvo a Mallorca y me pongo a entrenar, así de fácil. La gente ha de tomárselo con calma»

—¿Y si la rodilla le dice eso, que no compite como quiere? —Pues si eso pasa me vuelvo a Mallorca. Cambio de mentalidad y me pongo a entrenar para recuperarme y modificar los planes para la temporada de tierra. Así de fácil.

—¿Cómo se pasan seis meses sin poder hacer lo que más le gusta? —Lo he llevado bastante bien, lo he aceptado con normalidad. Entiendo que es parte de mi carrera, parte de mi trabajo, y nada es fácil. Es un reto, otro más para mí. Ahora toca volver después de estar seis meses fuera de la competición y lo asumo. Lo negativo es que no he podido jugar cosas que me hacían ilusión como los Juegos Olímpicos, fue un momento triste. Y también ha sido complicado el no saber cuándo iba a estar bien, es una lesión sin predicción. Nadie me podía decir si tenía para un mes, para dos, para seis o para ocho. Es el día a día, ver cómo respondes después de cada jornada. Y eso cansa mentalmente.

—¿Qué ha echado de menos? —El sentimiento de competir. Cuando vas a la pista y algo se te mueve por dentro, jugar por algo importante.

—Su lesión se resume en informaciones que siempre decían que renunciaba a eso, a lo otro... —Sí, es duro. Pero principalmente porque no podía entrenarme una semana, no podía entrenarme la siguiente... Antes de jugar debía entrenarme. Lo negativo de mi lesión es que cada día me levanto pensando en la rodilla, en cómo está. Si te rompes la pierna sabes que tienes un plazo de tantos meses y que al principio tienes que hacer una cosa concreta, luego otra... Y así hasta recuperarte. Es triste, claro, pero es más fácil que mi lesión, que desgasta más. Era cada día ir al gimnasio, trabajando duro, con muchos días en los que sientes que no mejoras nada... Eso me ha cansado mentalmente, ha sido duro.

—¿Cuál ha sido el peor momento? —La incertidumbre. Si hablamos de competición, obviamente el perderme los Juegos Olímpicos. Pero hablando de generalidades, lo peor es el día a día. Nunca sabes cuándo vas a volver, cuándo vas a sentir que mejoras.

He parado mentalmente seis meses. Eso me ha ayudado a tener una carrera más larga»

—¿Ha tenido miedo? —Miedo no. ¿De qué, de retirarme o algo así? No, no, no. No he pensando en eso. El tenis es un deporte que no dura para siempre. No es como el golf, que puedes jugar 20 o 25 años sin problemas. En el tenis el tiempo está limitado, es así. Y sé que el tiempo que he perdido este año no lo recuperaré. Juegos Olímpicos, Wimbledon, US Open, la Copa de Maestros, otros torneos... Son cosas que no volverán. Tus opciones de jugar estas cosas son, pongamos, unas 20 y no 50 como en otros deportes. Y este es el aspecto negativo del tenis.

—¿Qué hay de positivo? —Como he dicho antes, este es un nuevo reto para mí. Y lo positivo es comprobar todo lo que tengo, todo lo que he ganado en los últimos ocho años. Es lo que me da calma y me transmite fuerza para ser más paciente ahora, para afrontar con calma la vuelta. He parado mentalmente seis meses, he disfrutado de la familia, de los amigos... Seis meses sin tenis. Lo he seguido y he visto los partidos importantes, pero no un seguimiento diario. Probablemente esto me ha ayudado a tener una carrera más larga.

—¿Ha reflexionado sobre lo que es su carrera, en lo que ha obtenido? —Todo lo que me ha pasado en los últimos ocho o nueve años es mucho más de lo que pude soñar. Me siento feliz y en esta situación me doy cuenta de lo difícil que ha sido conseguir todo. Y me da confianza. Esto es diferente a la lesión de 2005 en el pie, era el primer año entre los mejores y tenía una lesión importante. Eso fue un poco más dramático que lo de ahora. Yo soy un tipo optimista y creo que no me he olvidado de jugar al tenis en estos meses. Volveré e intentaré dar lo mejor de mí mismo, de eso estoy seguro. Pero tengo que trabajar muy duro.

—¿Le han tenido que frenar? —Lo más complicado es parar y más cuando estás en un buen momento. Estaba jugando bien y ganando, probablemente era uno de los mejores semestres de mi carrera por distintos motivos. Y es difícil decir que no puedes jugar Wimbledon. En esos momentos sólo se te ocurre decirle al doctor que haga algo y que te meta en la pista. Me infiltré para dormir la rodilla y jugué, pero no pude preparar bien el torneo las semanas anteriores. No sentía la rodilla y es imposible competir así. Lo intenté y seguramente ahora no volvería a hacerlo, pero no podía predecir lo que ha pasado.

—¿Ha aprendido alguna lección? —Tampoco es una lección. He hecho lo mismo que suelo hacer cuando vengo a Mallorca, pero con más tiempo.

—¿Ha disfrutado? —Sí, por supuesto, no puedo decir lo contrario. He disfrutado con la familia, con los amigos... Pero no es lo mismo estar de vacaciones cuando te toca que cuando te lo imponen. Yo puedo disfrutar de un día de golf o de pesca, de una comida, de los primos o de una fiesta, pero al final la mente estaba siempre pensando en la rodilla y eso no te deja vivir del todo en paz.

«El último torneo que jugué en condiciones fue Roland Garros y lo gané. Las emociones siguen en mí»

—¿Ve la vida de otro modo? —Sé que el tenis es una parte muy importante de mi vida, pero no es la única. No acaba en el tenis, me gusta hacer muchas cosas. Ha sido una prioridad, pero no lo es todo. Tengo mi vida, mi vida privada, y me lo paso bien haciendo muchísimas cosas. Ahora debo estar centrado en la carrera y luego disfrutaré de estas cosas que ahora no puedo hacer tanto.

—¿Ha sido paciente? —Más que paciente, soy positivo. Siempre he sido hiperactivo, aunque he tenido que ser paciente, no había otra opción. Intenté estar listo para el US Open y eso fue un error porque no estaba preparado. Y ahora voy a Abu Dabi, que es una exhibición y hace que la vuelta sea más fácil que en un torneo. Me servirá para saber si estoy listo para el inicio del curso en Doha.

—La gente quiere que vuelva como el Rafa de antes. —Lo intentaré, es lo único que puedo hacer. Pero la gente ha de saber que cuando estás tantos meses sin competir necesitas un tiempo para progresar. Acepto que estaré unos meses en donde quizá tengo que competir y parar, necesito calma y estoy preparado para esta situación. Lo bonito del deporte y de la vida es que siempre tienes otra oportunidad y yo la tengo.

—¿Ha pensado cambiar algo? —Me gustaría ser tan bueno como para cambiar cosas, pero no lo soy. Si soy bueno es porque juego así. He mejorado muchas cosas, pero mi estilo es el mismo. Con 26, no es tiempo para cambiar muchas cosas.

1

Rafa Nadal: «Ahora no pienso en ganar; solo importa la rodilla»

«Necesito escuchar a mi cuerpo más que nunca»

A cinco días de su regreso, no hay nervios en Rafa Nadal , empeñado en pedir calma porque ahora lo que importa es su rodilla. No se conoce a otro Nadal que no sea el del puño cerrado y el mordisco, el Nadal ganador que suma once grandes entre sus cincuenta títulos. Pero el balear, ahora número cuatro del mundo por las circunstancias, insiste en que no hay milagros en el tenis y que necesita su tiempo, escuchar lo que le marca el cuerpo, tomarse las cosas con calma. En el espectacular paraje del campo de golf de Vall d’Or , cerca de su Manacor del alma, atiende a ABC durante casi una hora para hablar de este proceso sin mirar más allá de Abu Dabi, en donde reaparece el viernes ante el vencedor del duelo entre Janko Tipsarevic y Andy Murray. Para empezar, la pregunta más simple del mundo, pero básica en este caso porque es una cuestión capital.

—¿Cómo está? —Me siento mejor que hace unos meses, es obvio. Mi rodilla, sin embargo, no está todavía al 100%, no está perfecta. Tengo que ver cómo mejora y cómo acepta la intensidad y la exigencia de jugar con tenistas de tanto nivel. Pero de momento voy a Abu Dabi, no miro más allá. No pienso a largo plazo, sólo preocupa la rodilla, ver cómo responde estos días y ya veremos luego. Quiero estar seguro de que está totalmente preparada para empezar otra vez a competir de verdad, sin dudas. Si me siento bien en Abu Dabi, seguiremos, pero si no, me lo tomaré con calma.

—¿Cómo afronta esta semana después de casi 180 días sin jugar? —Abu Dabi, para mí, es una prueba, como un entrenamiento de nivel. Mi objetivo no es esta semana, ni tampoco Doha o Australia. Mi objetivo es estar en forma, recuperar del todo mis sensaciones y sentirme del todo preparado, que responda la rodilla. La idea es estar en condiciones a partir de Indian Wells.

—¿Está nervioso? —No. No lo estoy, lo digo de verdad. Para mí lo único que importa es la rodilla, lo único. Puedo jugar mejor, puedo jugar peor, pero sólo me importa eso, el resto no me preocupa. No le doy mucho valor a cómo vaya a jugar el próximo mes o mes y medio. Incluso dos meses si hace falta. Mi temporada, mi objetivo real, es empezar en perfectas condiciones en Indian Wells y Miami y llegar a Montecarlo con buenas sensaciones, afrontar en buen estado la temporada de tierra.

«Me siento mejor que hace unos meses, pero mi rodilla no está aún al cien por cien»

—¿Imagina su primer punto? —Voy a jugar al tenis otra vez y creo que no me he olvidado, no es tan dramático. He disputado más de 600 partidos de ATP y no me he pasado dos años sin jugar. Mi sentimiento es bueno. El último torneo que jugué en condiciones fue Roland Garros y lo gané. Y esas emociones siguen en mí. Todavía no estoy para revivir esas sensaciones porque no estoy del todo preparado. A finales de febrero o en marzo es cuando me sentiré bien. Ahí empieza mi temporada, ahí me diré a mí mismo que estoy preparado para ganar.

—¿Pero no tiene una sensación especial, un gusanillo o algo que le mueva por dentro? —Todavía no. Supongo que lo tendré cuando me sienta listo para competir, cuando esté en plena forma y me diga que estoy preparado para ganar. Cuando pueda luchar por cada bola, cuando pueda correr con intensidad, cuando pueda jugar agresivo, cuando pueda hacer con mis piernas lo que quiero... Entonces intentaré jugar lo mejor que sé para ganar. Hoy en día no es el caso, hoy en día no me importa ganar. Mi único sentimiento especial es que mi rodilla está mejor y que los doctores dicen que está perfecta.

—¿Y qué le transmite la rodilla? —Sé que voy a jugar en Abu Dabi sin que la rodilla esté genial, pero me siento mejor. Los doctores dicen que está muy bien y eso es una gran noticia para mí, pero sigo sintiendo algo. Calma. Yo veo que está mejor, pero no la noto perfecta. No quiero estar en una pista y sentir que no puedo luchar y correr como quiero, no quiero sentir que no tengo la oportunidad de competir como me gusta.

—¿Necesita escuchar ahora más que nunca a su cuerpo? —Sí. Necesito ir con cuidado, con prudencia. Tengo que estar atento para ver cómo la rodilla reacciona, ver si va mejor o peor y no cometer otro error que pudiera ser negativo para mi futuro.

«Si no respondo, me vuelvo a Mallorca y me pongo a entrenar, así de fácil. La gente ha de tomárselo con calma»

—¿Y si la rodilla le dice eso, que no compite como quiere? —Pues si eso pasa me vuelvo a Mallorca. Cambio de mentalidad y me pongo a entrenar para recuperarme y modificar los planes para la temporada de tierra. Así de fácil.

—¿Cómo se pasan seis meses sin poder hacer lo que más le gusta? —Lo he llevado bastante bien, lo he aceptado con normalidad. Entiendo que es parte de mi carrera, parte de mi trabajo, y nada es fácil. Es un reto, otro más para mí. Ahora toca volver después de estar seis meses fuera de la competición y lo asumo. Lo negativo es que no he podido jugar cosas que me hacían ilusión como los Juegos Olímpicos, fue un momento triste. Y también ha sido complicado el no saber cuándo iba a estar bien, es una lesión sin predicción. Nadie me podía decir si tenía para un mes, para dos, para seis o para ocho. Es el día a día, ver cómo respondes después de cada jornada. Y eso cansa mentalmente.

—¿Qué ha echado de menos? —El sentimiento de competir. Cuando vas a la pista y algo se te mueve por dentro, jugar por algo importante.

—Su lesión se resume en informaciones que siempre decían que renunciaba a eso, a lo otro... —Sí, es duro. Pero principalmente porque no podía entrenarme una semana, no podía entrenarme la siguiente... Antes de jugar debía entrenarme. Lo negativo de mi lesión es que cada día me levanto pensando en la rodilla, en cómo está. Si te rompes la pierna sabes que tienes un plazo de tantos meses y que al principio tienes que hacer una cosa concreta, luego otra... Y así hasta recuperarte. Es triste, claro, pero es más fácil que mi lesión, que desgasta más. Era cada día ir al gimnasio, trabajando duro, con muchos días en los que sientes que no mejoras nada... Eso me ha cansado mentalmente, ha sido duro.

—¿Cuál ha sido el peor momento? —La incertidumbre. Si hablamos de competición, obviamente el perderme los Juegos Olímpicos. Pero hablando de generalidades, lo peor es el día a día. Nunca sabes cuándo vas a volver, cuándo vas a sentir que mejoras.

He parado mentalmente seis meses. Eso me ha ayudado a tener una carrera más larga»

—¿Ha tenido miedo? —Miedo no. ¿De qué, de retirarme o algo así? No, no, no. No he pensando en eso. El tenis es un deporte que no dura para siempre. No es como el golf, que puedes jugar 20 o 25 años sin problemas. En el tenis el tiempo está limitado, es así. Y sé que el tiempo que he perdido este año no lo recuperaré. Juegos Olímpicos, Wimbledon, US Open, la Copa de Maestros, otros torneos... Son cosas que no volverán. Tus opciones de jugar estas cosas son, pongamos, unas 20 y no 50 como en otros deportes. Y este es el aspecto negativo del tenis.

—¿Qué hay de positivo? —Como he dicho antes, este es un nuevo reto para mí. Y lo positivo es comprobar todo lo que tengo, todo lo que he ganado en los últimos ocho años. Es lo que me da calma y me transmite fuerza para ser más paciente ahora, para afrontar con calma la vuelta. He parado mentalmente seis meses, he disfrutado de la familia, de los amigos... Seis meses sin tenis. Lo he seguido y he visto los partidos importantes, pero no un seguimiento diario. Probablemente esto me ha ayudado a tener una carrera más larga.

—¿Ha reflexionado sobre lo que es su carrera, en lo que ha obtenido? —Todo lo que me ha pasado en los últimos ocho o nueve años es mucho más de lo que pude soñar. Me siento feliz y en esta situación me doy cuenta de lo difícil que ha sido conseguir todo. Y me da confianza. Esto es diferente a la lesión de 2005 en el pie, era el primer año entre los mejores y tenía una lesión importante. Eso fue un poco más dramático que lo de ahora. Yo soy un tipo optimista y creo que no me he olvidado de jugar al tenis en estos meses. Volveré e intentaré dar lo mejor de mí mismo, de eso estoy seguro. Pero tengo que trabajar muy duro.

—¿Le han tenido que frenar? —Lo más complicado es parar y más cuando estás en un buen momento. Estaba jugando bien y ganando, probablemente era uno de los mejores semestres de mi carrera por distintos motivos. Y es difícil decir que no puedes jugar Wimbledon. En esos momentos sólo se te ocurre decirle al doctor que haga algo y que te meta en la pista. Me infiltré para dormir la rodilla y jugué, pero no pude preparar bien el torneo las semanas anteriores. No sentía la rodilla y es imposible competir así. Lo intenté y seguramente ahora no volvería a hacerlo, pero no podía predecir lo que ha pasado.

—¿Ha aprendido alguna lección? —Tampoco es una lección. He hecho lo mismo que suelo hacer cuando vengo a Mallorca, pero con más tiempo.

—¿Ha disfrutado? —Sí, por supuesto, no puedo decir lo contrario. He disfrutado con la familia, con los amigos... Pero no es lo mismo estar de vacaciones cuando te toca que cuando te lo imponen. Yo puedo disfrutar de un día de golf o de pesca, de una comida, de los primos o de una fiesta, pero al final la mente estaba siempre pensando en la rodilla y eso no te deja vivir del todo en paz.

«El último torneo que jugué en condiciones fue Roland Garros y lo gané. Las emociones siguen en mí»

—¿Ve la vida de otro modo? —Sé que el tenis es una parte muy importante de mi vida, pero no es la única. No acaba en el tenis, me gusta hacer muchas cosas. Ha sido una prioridad, pero no lo es todo. Tengo mi vida, mi vida privada, y me lo paso bien haciendo muchísimas cosas. Ahora debo estar centrado en la carrera y luego disfrutaré de estas cosas que ahora no puedo hacer tanto.

—¿Ha sido paciente? —Más que paciente, soy positivo. Siempre he sido hiperactivo, aunque he tenido que ser paciente, no había otra opción. Intenté estar listo para el US Open y eso fue un error porque no estaba preparado. Y ahora voy a Abu Dabi, que es una exhibición y hace que la vuelta sea más fácil que en un torneo. Me servirá para saber si estoy listo para el inicio del curso en Doha.

—La gente quiere que vuelva como el Rafa de antes. —Lo intentaré, es lo único que puedo hacer. Pero la gente ha de saber que cuando estás tantos meses sin competir necesitas un tiempo para progresar. Acepto que estaré unos meses en donde quizá tengo que competir y parar, necesito calma y estoy preparado para esta situación. Lo bonito del deporte y de la vida es que siempre tienes otra oportunidad y yo la tengo.

—¿Ha pensado cambiar algo? —Me gustaría ser tan bueno como para cambiar cosas, pero no lo soy. Si soy bueno es porque juego así. He mejorado muchas cosas, pero mi estilo es el mismo. Con 26, no es tiempo para cambiar muchas cosas.

2

Rafa Nadal: «Ahora no pienso en ganar; solo importa la rodilla»

«Necesito escuchar a mi cuerpo más que nunca»

A cinco días de su regreso, no hay nervios en Rafa Nadal , empeñado en pedir calma porque ahora lo que importa es su rodilla. No se conoce a otro Nadal que no sea el del puño cerrado y el mordisco, el Nadal ganador que suma once grandes entre sus cincuenta títulos. Pero el balear, ahora número cuatro del mundo por las circunstancias, insiste en que no hay milagros en el tenis y que necesita su tiempo, escuchar lo que le marca el cuerpo, tomarse las cosas con calma. En el espectacular paraje del campo de golf de Vall d’Or , cerca de su Manacor del alma, atiende a ABC durante casi una hora para hablar de este proceso sin mirar más allá de Abu Dabi, en donde reaparece el viernes ante el vencedor del duelo entre Janko Tipsarevic y Andy Murray. Para empezar, la pregunta más simple del mundo, pero básica en este caso porque es una cuestión capital.

—¿Cómo está? —Me siento mejor que hace unos meses, es obvio. Mi rodilla, sin embargo, no está todavía al 100%, no está perfecta. Tengo que ver cómo mejora y cómo acepta la intensidad y la exigencia de jugar con tenistas de tanto nivel. Pero de momento voy a Abu Dabi, no miro más allá. No pienso a largo plazo, sólo preocupa la rodilla, ver cómo responde estos días y ya veremos luego. Quiero estar seguro de que está totalmente preparada para empezar otra vez a competir de verdad, sin dudas. Si me siento bien en Abu Dabi, seguiremos, pero si no, me lo tomaré con calma.

—¿Cómo afronta esta semana después de casi 180 días sin jugar? —Abu Dabi, para mí, es una prueba, como un entrenamiento de nivel. Mi objetivo no es esta semana, ni tampoco Doha o Australia. Mi objetivo es estar en forma, recuperar del todo mis sensaciones y sentirme del todo preparado, que responda la rodilla. La idea es estar en condiciones a partir de Indian Wells.

—¿Está nervioso? —No. No lo estoy, lo digo de verdad. Para mí lo único que importa es la rodilla, lo único. Puedo jugar mejor, puedo jugar peor, pero sólo me importa eso, el resto no me preocupa. No le doy mucho valor a cómo vaya a jugar el próximo mes o mes y medio. Incluso dos meses si hace falta. Mi temporada, mi objetivo real, es empezar en perfectas condiciones en Indian Wells y Miami y llegar a Montecarlo con buenas sensaciones, afrontar en buen estado la temporada de tierra.

«Me siento mejor que hace unos meses, pero mi rodilla no está aún al cien por cien»

—¿Imagina su primer punto? —Voy a jugar al tenis otra vez y creo que no me he olvidado, no es tan dramático. He disputado más de 600 partidos de ATP y no me he pasado dos años sin jugar. Mi sentimiento es bueno. El último torneo que jugué en condiciones fue Roland Garros y lo gané. Y esas emociones siguen en mí. Todavía no estoy para revivir esas sensaciones porque no estoy del todo preparado. A finales de febrero o en marzo es cuando me sentiré bien. Ahí empieza mi temporada, ahí me diré a mí mismo que estoy preparado para ganar.

—¿Pero no tiene una sensación especial, un gusanillo o algo que le mueva por dentro? —Todavía no. Supongo que lo tendré cuando me sienta listo para competir, cuando esté en plena forma y me diga que estoy preparado para ganar. Cuando pueda luchar por cada bola, cuando pueda correr con intensidad, cuando pueda jugar agresivo, cuando pueda hacer con mis piernas lo que quiero... Entonces intentaré jugar lo mejor que sé para ganar. Hoy en día no es el caso, hoy en día no me importa ganar. Mi único sentimiento especial es que mi rodilla está mejor y que los doctores dicen que está perfecta.

—¿Y qué le transmite la rodilla? —Sé que voy a jugar en Abu Dabi sin que la rodilla esté genial, pero me siento mejor. Los doctores dicen que está muy bien y eso es una gran noticia para mí, pero sigo sintiendo algo. Calma. Yo veo que está mejor, pero no la noto perfecta. No quiero estar en una pista y sentir que no puedo luchar y correr como quiero, no quiero sentir que no tengo la oportunidad de competir como me gusta.

—¿Necesita escuchar ahora más que nunca a su cuerpo? —Sí. Necesito ir con cuidado, con prudencia. Tengo que estar atento para ver cómo la rodilla reacciona, ver si va mejor o peor y no cometer otro error que pudiera ser negativo para mi futuro.

«Si no respondo, me vuelvo a Mallorca y me pongo a entrenar, así de fácil. La gente ha de tomárselo con calma»

—¿Y si la rodilla le dice eso, que no compite como quiere? —Pues si eso pasa me vuelvo a Mallorca. Cambio de mentalidad y me pongo a entrenar para recuperarme y modificar los planes para la temporada de tierra. Así de fácil.

—¿Cómo se pasan seis meses sin poder hacer lo que más le gusta? —Lo he llevado bastante bien, lo he aceptado con normalidad. Entiendo que es parte de mi carrera, parte de mi trabajo, y nada es fácil. Es un reto, otro más para mí. Ahora toca volver después de estar seis meses fuera de la competición y lo asumo. Lo negativo es que no he podido jugar cosas que me hacían ilusión como los Juegos Olímpicos, fue un momento triste. Y también ha sido complicado el no saber cuándo iba a estar bien, es una lesión sin predicción. Nadie me podía decir si tenía para un mes, para dos, para seis o para ocho. Es el día a día, ver cómo respondes después de cada jornada. Y eso cansa mentalmente.

—¿Qué ha echado de menos? —El sentimiento de competir. Cuando vas a la pista y algo se te mueve por dentro, jugar por algo importante.

—Su lesión se resume en informaciones que siempre decían que renunciaba a eso, a lo otro... —Sí, es duro. Pero principalmente porque no podía entrenarme una semana, no podía entrenarme la siguiente... Antes de jugar debía entrenarme. Lo negativo de mi lesión es que cada día me levanto pensando en la rodilla, en cómo está. Si te rompes la pierna sabes que tienes un plazo de tantos meses y que al principio tienes que hacer una cosa concreta, luego otra... Y así hasta recuperarte. Es triste, claro, pero es más fácil que mi lesión, que desgasta más. Era cada día ir al gimnasio, trabajando duro, con muchos días en los que sientes que no mejoras nada... Eso me ha cansado mentalmente, ha sido duro.

—¿Cuál ha sido el peor momento? —La incertidumbre. Si hablamos de competición, obviamente el perderme los Juegos Olímpicos. Pero hablando de generalidades, lo peor es el día a día. Nunca sabes cuándo vas a volver, cuándo vas a sentir que mejoras.

He parado mentalmente seis meses. Eso me ha ayudado a tener una carrera más larga»

—¿Ha tenido miedo? —Miedo no. ¿De qué, de retirarme o algo así? No, no, no. No he pensando en eso. El tenis es un deporte que no dura para siempre. No es como el golf, que puedes jugar 20 o 25 años sin problemas. En el tenis el tiempo está limitado, es así. Y sé que el tiempo que he perdido este año no lo recuperaré. Juegos Olímpicos, Wimbledon, US Open, la Copa de Maestros, otros torneos... Son cosas que no volverán. Tus opciones de jugar estas cosas son, pongamos, unas 20 y no 50 como en otros deportes. Y este es el aspecto negativo del tenis.

—¿Qué hay de positivo? —Como he dicho antes, este es un nuevo reto para mí. Y lo positivo es comprobar todo lo que tengo, todo lo que he ganado en los últimos ocho años. Es lo que me da calma y me transmite fuerza para ser más paciente ahora, para afrontar con calma la vuelta. He parado mentalmente seis meses, he disfrutado de la familia, de los amigos... Seis meses sin tenis. Lo he seguido y he visto los partidos importantes, pero no un seguimiento diario. Probablemente esto me ha ayudado a tener una carrera más larga.

—¿Ha reflexionado sobre lo que es su carrera, en lo que ha obtenido? —Todo lo que me ha pasado en los últimos ocho o nueve años es mucho más de lo que pude soñar. Me siento feliz y en esta situación me doy cuenta de lo difícil que ha sido conseguir todo. Y me da confianza. Esto es diferente a la lesión de 2005 en el pie, era el primer año entre los mejores y tenía una lesión importante. Eso fue un poco más dramático que lo de ahora. Yo soy un tipo optimista y creo que no me he olvidado de jugar al tenis en estos meses. Volveré e intentaré dar lo mejor de mí mismo, de eso estoy seguro. Pero tengo que trabajar muy duro.

—¿Le han tenido que frenar? —Lo más complicado es parar y más cuando estás en un buen momento. Estaba jugando bien y ganando, probablemente era uno de los mejores semestres de mi carrera por distintos motivos. Y es difícil decir que no puedes jugar Wimbledon. En esos momentos sólo se te ocurre decirle al doctor que haga algo y que te meta en la pista. Me infiltré para dormir la rodilla y jugué, pero no pude preparar bien el torneo las semanas anteriores. No sentía la rodilla y es imposible competir así. Lo intenté y seguramente ahora no volvería a hacerlo, pero no podía predecir lo que ha pasado.

—¿Ha aprendido alguna lección? —Tampoco es una lección. He hecho lo mismo que suelo hacer cuando vengo a Mallorca, pero con más tiempo.

—¿Ha disfrutado? —Sí, por supuesto, no puedo decir lo contrario. He disfrutado con la familia, con los amigos... Pero no es lo mismo estar de vacaciones cuando te toca que cuando te lo imponen. Yo puedo disfrutar de un día de golf o de pesca, de una comida, de los primos o de una fiesta, pero al final la mente estaba siempre pensando en la rodilla y eso no te deja vivir del todo en paz.

«El último torneo que jugué en condiciones fue Roland Garros y lo gané. Las emociones siguen en mí»

—¿Ve la vida de otro modo? —Sé que el tenis es una parte muy importante de mi vida, pero no es la única. No acaba en el tenis, me gusta hacer muchas cosas. Ha sido una prioridad, pero no lo es todo. Tengo mi vida, mi vida privada, y me lo paso bien haciendo muchísimas cosas. Ahora debo estar centrado en la carrera y luego disfrutaré de estas cosas que ahora no puedo hacer tanto.

—¿Ha sido paciente? —Más que paciente, soy positivo. Siempre he sido hiperactivo, aunque he tenido que ser paciente, no había otra opción. Intenté estar listo para el US Open y eso fue un error porque no estaba preparado. Y ahora voy a Abu Dabi, que es una exhibición y hace que la vuelta sea más fácil que en un torneo. Me servirá para saber si estoy listo para el inicio del curso en Doha.

—La gente quiere que vuelva como el Rafa de antes. —Lo intentaré, es lo único que puedo hacer. Pero la gente ha de saber que cuando estás tantos meses sin competir necesitas un tiempo para progresar. Acepto que estaré unos meses en donde quizá tengo que competir y parar, necesito calma y estoy preparado para esta situación. Lo bonito del deporte y de la vida es que siempre tienes otra oportunidad y yo la tengo.

—¿Ha pensado cambiar algo? —Me gustaría ser tan bueno como para cambiar cosas, pero no lo soy. Si soy bueno es porque juego así. He mejorado muchas cosas, pero mi estilo es el mismo. Con 26, no es tiempo para cambiar muchas cosas.

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios