Cincuenta años del primer Wimbledon para el tenis español

[ Así lo contó ABC ]

«Parece que fue ayer, ¿eh? Y ya han pasado cincuenta años. Fue un empeño personal, una cabezonería. Con dos Roland Garros y un US Open, lo que realmente importaba a un tenista era ganar Wimbledon. Es lo máximo. El cielo . Y es algo que ya siempre tendré», cuenta Santana a ABC, orgulloso de su proeza, de haberlo conseguido vestido con la camiseta de su Real Madrid, y del cariño que desde ese momento y hasta hoy se le brinda en el All England Club de Londres.

Pocos confiaban en sus posibilidades, pero él se empeñó en ganarse un nombre en la eternidad. « Se me metió en la cabeza que tenía que aprender a jugar en hierba. Así que decidí que no jugaría en París en 1965 y 1966 y me marché a Inglaterra a entrenarme solo en hierba. Posiblemente podría haber ganado en las ediciones de Roland Garros que me perdí, pero quería Wimbledon por encima de todo», prosigue antes de confesar que se le mezcla la alegría del cumpleaños con la tristeza de la derrota de Garbiñe Muguruza ayer . «Es un disgusto personal tremendo . Está destrozada. Me encanta Garbiñe, se merece todo lo bueno que pueda alcanzar. Hoy [por ayer] ha tenido un día malo en el que el no te sale nada. Siempre trato de explicar a los tenistas jóvenes que es muy fácil tener un día malo, y que en un torneo uno de esos te manda para casa. Eso da cuenta de lo difícil que es ganar».

Da consejos porque sus pies han pisado donde otros lo hacen ahora. Es el «padre» de todos los éxitos que llegaron después y que vendrán en el futuro. El ejemplo de todos los que soñaron con ganar Wimbledon y los que sueñan hoy con hacerlo. «En España hay tres o cuatro deportistas que son los precursores y la semilla del deporte individual. Manolo es, sin duda, uno de los más importantes. Junto con Severiano Ballesteros y Ángel Nieto marcaron el camino. Todos los tenistas le estamos agradecidos por todo lo que hizo», indica Rafa Nadal , relevo de Santana con sus triunfos en 2008 y 2010. «Ganar el torneo más prestigioso del mundo, Wimbledon, en una época en la que en España el tenis no era un deporte popular, fue una revolución. Manolo se convirtió en leyenda de nuestro país y nos abrió camino e hizo hueco en la élite del tenis mundial», se expresa Conchita Martínez , ganadora en 1994.

«No había reconocimiento por parte de la sociedad. Era un deporte que no le interesaba a casi nadie . Ahora lo hemos conseguido», concluye esta leyenda que convirtió una «cabezonería» personal en un orgullo nacional. El tenis es hoy lo que es en España gracias a pasos como los suyos.