Moyá: «Somos España, tenemos la obligación permanente de ganar»

Moyá cumple una ilusión, el deseo de alguien que lo dio todo por esta competición. «Siempre me preguntan por mi mejor victoria y hay un sitio especial para esa final de Sevilla. Nunca lo voy a olvidar y todavía me pone los pelos de punta, con 27.000 personas. Es difícil repetir eso. Sólo un jugador que ha estado ahí puede sentir eso. Siendo capitán, con compañeros y amigos, me voy a acercar muchísimo a esa experiencia que tuve», relató en un acto que se celebró en el Consejo Superior de Deportes (CSD).

El mallorquín, amigo personal de Rafa Nadal, carga con esa responsabilidad a partir de ya y se le pregunta una y otra vez por la presencia del número uno del mundo en las próximas eliminatorias. «Todavía no he hablado con él. Son mis primeros momentos como seleccionador. A partir de aquí me reuniré con Albert Costa y a ver cuáles son los pasos a seguir. Rafa está inmerso en plena batalla por el número uno y ya hablaré con él para ver cuál es su idea».

«Sin duda es un grandísimo amigo mío. Llegará el día en el que tengamos que hablar. Rafa está siempre dispuesto a jugar la Copa Davis menos cuando está lesionado. Tiene el perfil Copa Davis totalmente. Siempre ha dado un plus defiendo el país», recordó. «Me tengo que reunir con Albert para ver cuál es el plan a seguir en estas futuras semanas».

Con respecto a la eliminatoria ante Alemania, Moyá advierte del peligro que tiene y más jugando a en pista ajena. «Es una eliminatoria complicada, tienen grandísimos jugadores. Haas y Kohlschreiber juegan los individuales. Si no, Mayer, que cualquier día te la puede liar. Pero somos España y somos una primerísima potencia mundial, hay que ser consciente de ello».

Se presenta un capitán tranquilo, número uno del mundo en 1999, campeón de la Davis en 2004 y dueño de grandes historias en las pistas. Y así quiere ser. «Cada uno pone un poco su sello. En un 70 u 80 por cien todos los capitanes son todos parecidos. Hay que intentar que los jugadores estén lo más tranquilo posibles. Hacer que sea una semana normal. Cuento con ellos, con sus fisios, entrenadores... El jugador se ha de sentir cómodo. Y es un honor contar con la ayuda de Albert. Su experiencia es impagable. Me gusta tenerle al lado, ha vivido todo lo que quiero vivir».

Es Carlos Moyá, dialogante, pacificador en su puesta de largo. «Cada uno es como es. Yo no he sido nunca muy de gritos. Sean compañeros o excompañeros, mi personalidad es así. Albert me conoce desde que tenía 12 ó 13 años. Al principio puede ser un poco rara la situación porque los jugadores son mis amigos, pero no habrá problema. El respeto es innegable y me van a tener que ver en una figura nueva. Soy capitán, no jefe. El tenista es su propio jefe. Intentaré estar cerca de ellos. Ellos saben lo que les viene mejor. Ellos quieren ganar la Davis seguramente más que yo, la gloria será para ellos. Pero no vas a ver muchos gritos, creo más en el diálogo».

El balear, que debutó en el 96 como jugador ante Dinamarca en Tarragona, acepta la responsabilidad. «Pero es una presión añadida. Somos España y tienes la obligación permanente de ganar. Y hay que saber llevarlo, saber manejarlo», sostiene. Se da la circunstancia de que hasta el 31 de diciembre sigue en el cargo Álex Corretja, pero Moyá apunta que no habrá problemas de convivencia. «No habrá ningún problema. Yo ejerzo a partir del 1 de enero de 2014. Está claro que voy a tener que hablar con los jugadores y con Costa. Con Corretja no habrá ningún problema. No dudo en que voy a contar con su ayuda».

Moyá afirma que la parte más difícil de su trabajo será la confección de las listas, un peso con el que debe cargar. «Lo que queremos todos es ganar. Soy consciente de que una de las partes difíciles, o la que más, es esa, ver a quién dejas fuera del equipo. Puede ser que el 10 ó 12 del mundo se quede fuera y es difícil de asimilar. Pero con diálogo y razonando se llega a tomar decisiones. Intentaré que lo entiendan».

Y aplaudió su nombramiento el presidente José Luis Escañuela, que también quiso agradecer a Álex Corretja su labor en los dos últimos años. «Si hay algún momento histórico en el tenis español es en el 1999, cuando Carlos Moyá fue el primer número uno del tenis . Demostró que nuestro deporte era capaz de grandes logros y gestas y nos demostró de lo que éramos capaces de llegar a ser», introdujo Escañuela.

«Es un honor para la Federación. Desde que llegué hemos hecho una apuesta continua con jugadores que lo han dado todo por este país, jugadores que eran y son leyenda tanto en chicas como en chicos. Era importante contar con jugadores que lo habían hecho de forma excepcional. Es una apuesta interesada. La Federación quiere que estos jugadores aporten su sabiduría. Estamos hablando de un tenista que fue número uno. Queremos la sexta Ensaladera. De la mano de Carlos Moyá podemos ser capaces de conseguir ese punto de inflexión».