La montaña rusa del Real Madrid

Benzema dejó el miércoles una clave para el análisis: « Cuando tenemos ganas se ve y metemos goles y no encajamos. Ese es el buen camino. Queríamos demostrar que somos los mejores y que íbamos a trabajar juntos para vencer en este partido». El ariete habla de ganas. ¿Son solo ganas? El francés se refiere a la concentración y la disciplina en el capítulo defensivo.

En efecto, Benzema y sus compañeros demuestran que cuando ven las orejas al lobo se ponen en alerta y reaccionan. Zidane, que tiene muchas vidas salvadas en el Real Madrid, estuvo en la primera línea del fusilamiento en cuatro ocasiones y en las cuatro salvó el tipo con victorias rotundas ante los rivales más duros. Sus triunfos en el Camp Nou, en San Siro, en el Sánchez Pizjuán y en el Di Stéfano ante el Borussia Monchengladbach reactivaron a su equipo en los momentos críticos para pasar de la nada al todo tras las decepciones vividas ante el Cádiz, el Valencia, el Alavés y el Shakhtar (en dos ocasiones). Ese vértigo queda muy espectacular para el espectador, pero no es bueno para el Real Madrid, porque desvela las debilidades internas de su estilo de juego.

Benzema insiste en que cuando quieren, pueden. Zidane precisa que muchas veces también quieren y no pueden, porque las lesiones y el ritmo de competiciones cada tres días impide recuperarse a tiempo para repetir físicamente el buen partido anterior. Monchi, director deportivo del Sevilla, manifestó que nadie puede quejarse por el calendario. Pero su propio técnico, Lopetegui, está de acuerdo con Zizou y adujo que es imposible recuperar a sus futbolistas con un encuentro cada 72 horas.

Zidane destaca este menosprecio al futbolista, al que se trata como una máquina tragaperras. Muchos técnicos coinciden con él, pero no lo dicen y se amparan en el paso adelante que ha dado dialécticamente el marsellés. Su equipo tiene muchos veteranos en el once titular y es el que más acusa la presión de este «calendario infernal», como lo define un profesional de Valdebebas.

Las bajas que produce este maratón de partidos y esos resultados decepcionantes han obligado al entrenador madridista a introducir por fin a los jóvenes talentos, que es lo que realmente deseaban los dirigentes de la entidad desde hace tiempo. Florentino Pérez fichó a Vinicius, a Rodrygo, a Valverde, a Odegaard y a Jovic para que jueguen. Zidane no ha otorgado la titularidad a ninguno, pero Valverde se la ha ganado por méritos propios y los dos delanteros brasileños le han demostrado que si les concede una continuidad en el once se harán con un sitio en el esquema.

Vinicius fue el mejor en Sevilla y Rodrygo ha sido decisivo en los dos duelos frente al Inter y en la final ante el Borussia. Los dos extremos aportan la velocidad que los veteranos no le pueden dar al fútbol blanco. Le ha costado al francés darles el lugar que merecen, pero ellos le han contestado con hechos. Tras demostrar una preferencia clara por Asensio, las exigencias del guión, con la clasificación de la Champions en el alero, le obligaron a cambiar. El mismo Zizou pensaba en su interior que no debía ser injusto con Vinicius y Rodrygo. Tarde o temprano, quien está mejor se gana el puesto.

En el seno del club nunca se entendió la titularidad compartida de Marcelo e Isco en algunos partidos. El lateral brasileño, glorioso durante una década prodigiosa, ya no ofrece ese talento en ataque y su debilidad defensiva, eterna, quedó patente ante el Cádiz y el Alavés, dos derrotas ligueras que pueden costar caro al final.

Con su cargo en la diana, Zidane acabó por fin de hacer rotaciones incomprensibles con futbolistas que no están en forma y alineó a los hombres que funcionan para salir de la crisis. Ahora solo ejecuta un cambio, máximo dos, en cada encuentro. Es el intento del entrenador de saltar de la ruleta rusa y encontrar una línea recta de juego. La concentración y la disciplina defensiva a las que se refiere Benzema las conseguirá con Valverde y Odegaard como relevos de Kroos y Modric de manera tranquila, sin hacer revoluciones alocadas. Lucas y Nacho ya le han cubierto las espaldas en defensa. Rodrygo y Vinicius responden en ataque. Son los nombres para escapar del vértigo sufrido este otoño.