La foto de los capitanes

Tras la marcha de Sergio Ramos, Jesús Navas es el único líder que permanece en el barco, el verdadero símbolo del Sevilla

Sin pretenderlo, la foto de los capitanes del Sevilla difundida a finales de noviembre se ha convertido en un símbolo. Para algunos, el de la decadencia, para otros, el del cambio de ciclo. Jesús Navas, Fernando Reges, Ivan Rakitic y… Sergio Ramos posaban con los ... brazaletes, poniendo cara a una nueva y efímera jerarquía sevillista. Que el camero se hiciera en apenas dos meses y medio con dicho símbolo ya era un claro síntoma de debilidad por parte del club.

Una fragilidad que ha alcanzado su máximo exponente tras el escapismo que el camero ha perpetrado al dar cerrojazo la temporada. «No quiere formar parte de ningún escenario catastrófico», dijo alguno para justificarlo con antelación. Sin embargo, la pasión por unos colores, el sentimiento de arraigo, la sangre roja late más fuerte cuando más débil está su equipo y ningún escenario catastrófico hace flaquear ciertos vínculos. Porque cuando todo se tambalea, lo que se requiere es un soporte más fuerte. No seré yo quien señale a Ramos por salir corriendo ante la perspectiva de jugar en un equipo mediocre, en recomposición. No está acostumbrado. No obstante, sí es digno de rapapolvo que un club del empaque del Sevilla FC se baje los pantalones de la forma que lo ha hecho.

Lo hizo fichándolo fuera de plazo, llevándose la contraria a sí mismo. Volvió a hacerlo cuando le hizo la foto junto a sus capitanes y ha reincidido una vez más dándole una despedida a la altura de un grande de Nervión. Y es que Sergio Ramos es una estrella del fútbol español, pero en el Sevilla FC no es nadie. Consciente de las críticas que lloverán tras esta afirmación, abro paraguas e insisto: el Sevilla no le debe nada a Ramos.

El central finalizó a muy buen nivel la temporada, eso sí, bien arropado atrás. Habría que recordar que le costó coger el tono competitivo, algo lógico teniendo en cuenta su edad y las circunstancias. No obstante, Ramos supo sacar partido a la debilidad sevillista para fortalecerse a título personal. Algo lícito sí te lo permiten.

Y éste es el verdadero problema del Sevilla de estos nuevos tiempos. Se ve tan menor que eleva a lo extraordinario cualquier cosa. Cabe recordar que durante 18 años este club no ha necesitado ningún fenómeno para alcanzar la excelencia. Se ha recompuesto tirando de orgullo y casta, cualidades que, de seguir por este camino, también va camino a la extinción. Hoy Ramos se despide de Sevilla. Tanta paz lleves como descanso dejas.

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