sevilla fc
La mano de Almeyda y el pie de Cordón
El entrenador demostró que tiene al equipo físicamente competitivo, pero sin piezas reales para doblegar a rivales potentes
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Iniciar sesiónLa puesta en escena de este Sevilla FC de la temporada 25-26 no ha disgustado del todo a sus ya de primeras resignados aficionados. El último año es difícilmente empeorable y ver al menos a un equipo que compite es motivo de levantar ... la cabeza y pensar que quizás el sufrimiento de los dos últimos años se quede en un mal recuerdo. No es elevar la ilusión, menos aún cuando el grupo de jugadores que compareció en San Mamés es primo hermano del que terminó la pasada campaña arrastrándose por los campos de España. Pero mi sensación es que el sevillista tiene ahora mismo un motivo al que agarrarse, que no es otro que ese entrenador que se desgañitaba en la banda tratando de que su equipo fuese capaz de dar tres pases seguidos, mientras los defensas canteranos, comenzando por un Kike Salas que se superlativo en el cuerpo a cuerpo y de Segunda RFEF con el balón en los pies, se encargaba de darle a la valla publicitaria junto a los banquillos. Matías Almeyda ha agarrado los escombros de un Sevilla poderoso. Y antes que construir sobre ruinas, intenta limpiar con trabajo ese terreno impracticable. Es una tarea de la mano del director deportivo, quien ni se inmuta ante la indecencia de tener tres fichajes sin competir por falta de pasta. No es suya la culpa de la ausencia de dinero, pero a 18 de agosto, con la competición en juego, lo mismo se podían haber activado más mecanismos que los avales personales para que el conjunto de Nervión arrancase la Liga con mejores y más numerosos argumentos.
Porque es muy sencillo llegar al Sevilla y decir que todo está patas arriba. Lo vemos. Lo sabemos. La solución en el mercado no era otra que hacerse fuerte con los pocos jugadores vendibles. Comprensible. Sin embargo, pongo el caso de Juanlu encima de la mesa, dos millones arriba o abajo no van a darle al Sevilla una viabilidad económica futura, menos si finalmente se rompe el negocio. No estamos hablando de un Lukebakio que te gana partidos o te mantiene en ellos, no es el caso. Porque no es sólo inscribir, sino que se necesitan refuerzos. Jugadores que deberán adaptarse a un nuevo club e idea. Más tiempo perdido. Y ya se sabe que el equipo que comienza muy atrás después se le hace un mundo el coger carrerilla y escalar posiciones. La táctica de Antonio Cordón, me reitero, es comprensible para los primeros meses del mercado, pero que este Sevilla se presentase en Bilbao con una defensa canterana, con hombres fuera de lugar, terminando con Marcao filtrando pases desde la defensa y Januzaj como mediocentro organizador es para que más de uno se ponga a pensar si todo está siguiendo el camino deseado o diseñado, o realmente la moneda al aire no se sabe cómo terminará cayendo. El trabajo de Cordón y Almeyda habrá que analizarlo en el medio plazo. De momento uno pone la mano y el otro sólo el pie.
El argentino levanta a un grupo que puede ofrecer más de lo que en principio se esperaba. Con sólo dotar a la plantilla de energía, de esa carga física necesaria para no quedarse sin gasolina en el minuto 70, el Sevilla ya parecía otro equipo. De hecho, tuvo el partido en su mano, generando más ocasiones que el Athletic, quien simplemente tuvo que anotar cada una de sus llegadas, aparejadas siempre por errores propios o ajenos. Porque puede convertir a Castrín en central de Primera. O que Idumbo sea el extremo que tanto buscó Lopetegui para la izquierda en los años de bonanza. Incluso que Akor Adams sea ese '9' de área que necesita el Sevilla para salir del pozo con muelles en los pies. Lo que no podrá hacer jamás es convertir a Gudelj en un jugador sin varios errores groseros por partido (de los que cuestan goles) o que Sow tenga sangre caliente para que un bote de balón en la hierba no le supere en un momento clave del encuentro. Almeyda compite con lo que le dejan. Ha metido hasta a Januzaj en la película. Es el primer y por el momento único argumento que el sevillista tiene para la esperanza de una temporada (segunda sin Europa) que promete hacerse excesivamente larga. El Sevilla necesita defensas. De nivel. Cuando salgan Badé y probablemente Juanlu, dos centrales y un lateral derecho. Para empezar. Sin a esto se le añade un centrocampista con poso, que suelte al buen Agoumé, el armazón estará creado. Demasiadas peticiones en una carta que Cordón prefiere en telegrama. Está haciendo justo lo que se espera de él. Ni más ni menos. Y hace falta mucho más. Muchísimo más. Cordón es calma. Pausa. Almeyda, fuego. Aun así, se entienden. Pero sin victorias no hay entendimiento total. Y las responsabilidades, como siempre, van a una única mochila. Que el pie no pise la mano.
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