El «ying» y el «yang» en un Sevilla de capa caída
El conjunto de Lopetegui evidencia un descenso claro de resultados y prestaciones que aún puede frenar gracias a la primera mitad de temporada
En-Nesyri se cae en un lance del Sevilla-Cádiz
El Sevilla hace ya tantos años que se instaló en la máxima exigencia que, como dijo el ex presidente José María del Nido en su momento, «cada derrota es una crisis». Esa frase parece haber tomado su literalidad a una nueva dimensión hasta ... el punto de que incluso los empates empiezan a tratarse casi como puras derrotas. Es lo que conlleva la generación de expectativas en un club que lleva dos años seguidos clasificado para la Liga de Campeones y que sumó un título de la Liga Europa hace poco menos de dos años. El discurso en el Sevilla siempre ha sido apostar por la ambición, por dar un paso más, aunque entienden que muchas veces el mensaje puede resultar contraproducente y, como ha dicho en muchas ocasiones Monchi, generar una frustración innecesaria en el aficionado sevillista.
Lo cierto es que este Sevilla de la 2021-22 ha ido perdiendo prestaciones justo cuando más se esperaba que diera el arreón que le situara en la pelea por retos ambiciosos. Justo cuando ha ido recuperando efectivos que a mediados de la temporada llenaban la enfermería del club, el juego del equipo ha perdido en eficacia y los resultados han sido bastante más pobres que los que dio en la primera mitad de la campaña liguera. Echándole un ojo a la clasificación de la primera vuelta de la temporada se podían ver los registros de un equipo candidato a LaLiga. Tras 19 jornadas el Sevilla era segundo con 41 puntos, a tan sólo dos de los 43 que sumaba el Real Madrid. Sin ir más lejos, su inmediato perseguidor era el Real Betis , que había acumulado 33 puntos, lo que le dejaba a ocho puntos de distancia. Diez puntos tenía de margen con un Barcelona que ocupaba el primer puesto que no da derecho a jugar la Liga de Campeones. Y todo ello en un Sevilla que había sido asolado por las lesiones de Lamela, Suso, En-Nesyri, bajas por covid y otros múltiples problemas puntuales de determinados jugadores. Incluso para alguna jornada su delantera o sus centrales se quedaron con sólo un jugador específico del primer plantel. Casi se calificaba como milagrosa esa buena marcha de un Sevilla que se marchó al mercado invernal de que los refuerzos de Martial y Tecatito , más la recuperación de lesionados, le iban a dar el empujón necesario para meterse en la pelea más ambiciosa posible.
En esta segunda vuelta, en las 15 jornadas disputadas hasta el momento, los números y sensaciones del conjunto que dirige Julen Lopetegui han ido claramente a menos. El Sevilla estaría fuera de posiciones europeas en una clasificación parcial de los llevado a cabo en la segunda vuelta con un total de 23 puntos , repartidos en cinco victorias, ocho empates y dos derrotas. Los números dejan claro que no pierde tanto, ni mucho menos, pero son los múltiples empates (es el que más lleva en toda la segunda vuelta ) los que le han lastrado en una lucha que ahora se centra en asegurar la plaza de Liga de Campeones y, si lo cierra cuanto antes, poder mirar al segundo puesto que le ha arrebatado el Barcelona. Evidentemente, muy mal se le tienen que dar las cosas al conjunto sevillista para acabar saliéndose de posiciones de Liga de Campeones, pero no deja de ser importante terminar el año de la mejor forma en un calendario al que ya le restan cuatro fechas y en las que se medirá a Villarreal y Atlético como visitante y Mallorca y Athletic en su capítulo de local.
La diana de Lopetegui
El fútbol, poco sujeto a la buena memoria, suele pagar con ciertas figuras las frustraciones de aquellos que sueñan con tocar la gloria máxima y que, pocos meses después, ven como una temporada que bien puede acabar con un notable alto aún, no les deja regusto dulce en el paladar. Lo cierto es que Julen Lopetegui, a pesar de sus incuestionables números, no seduce a un sector del aficionado sevillista que aprovecha el más mínimo tropiezo de su equipo (o incluso las victorias sufridas) para pitar a su equipo por lo visto en el terreno de juego.
Monchi , en este aspecto, ha dejado claro por activa y por pasiva que el eje central de su primer proyecto tras su regreso al club es incuestionable. «El director deportivo del Sevilla tiene que tener las espaldas anchas para proteger a los míos, sobre todo a los que creo, y yo en Julen creo mucho. Cuando lo firmé, 11 de cada 10 personas no lo querían, y a día de hoy su balance es muy positivo. Este club ha crecido tanto que cuando no se consiguen los objetivos hay críticas para todos, desde el presidente a Monchi, Lopetegui o Rakitic», dijo en su última comparecencia pública.
Lo cierto es que en el club trasladan un mensaje de tranquilidad y dejan claro que el objetivo primordial y único del equipo en LaLiga esta campaña era clasificarse entre los cuatro primeros, y ese es el reto a completar cuanto antes. Ya cuando acabe la jornada 38 será momento de analizar los aspectos a mejorar de una temporada que ha vivido su «ying» al inicio, y su «yang» al final.
Renovación automática | Cancela cuando quieras
Ver comentarios