El rincón de Cazón Palangana

Villarreal - Sevilla: ¡Ojú, qué parto...!

Ya solo quedan 37 pa los 42

Hace 48 horas estaba en un paritorio, junto a mi mujer y un matrón, asistiendo al nacimiento de nuestra primera hija. Desde ese momento hasta ahora, haciendo la suma, habré dormido, en total y siendo generoso, una hora y media. Vamos, que duermo menos que ... Romario. Pues lo que me faltaba para terminar de sufrir esta somnolencia perpetua era esto, un partido del Sevilla .

Y es que ahora mismo el Sevilla es un parto, pero uno largo. En mi caso, todo el sufrimiento que conllevan el embarazo, el parto y el postparto se ven recompensados por un arrullo, un gesto o un gorgorito de mi hija. En la situación del Sevilla, esos detalles a los que agarrarse son la mejoría de Isco y la aparición de los dos canteranos. Los sevillones nos aferramos a la fe para seguir viendo al equipo con un halo de ilusión, pero cada vez nos lo ponen más complicado.

Uno de los problemas del equipo es que atacando es extremadamente educado. Cuando llegas a las inmediaciones del área rival lo que hay que ser es un poco cabroncetes. Y digo un poco porque escribo para el ABC . Joan Jordán tuvo la primera ocasión sevillona en sus botas, pero, como digo, sus modales fueron ejemplares, ya que disparó a puerta de interior y sin mala baba. El disparo del mediocampista catalán pegó en un rival y la ocasión se fue al traste.

Con educación, otra vez, apareció por banda derecha un Navas que, jugando de extremo, parece más joven. El palaciego se la puso por delante a Isco y el malagueño más odiado de Málaga le puso un exquisito servicio atrás a Óliver Torres para que este, con exquisita educación y pidiendo permiso, introdujera la pelota de interior en la red.

El Sevilla adelantándose en el marcador antes del minuto 10 es como llegar al Eslava y encontrar mesita alta en la puerta. Isco, como Los Bermejales, creciendo día a día. Óliver dejando regular a su jefe, quien decidió que no tuviese ficha para jugar la Champions y resulta que es de los centrocampistas más en forma del plantel.

Parejo, que se parece al dueño del videoclub de 'Aquí No Hay Quien Viva', dio el gran susto al estrellar un balón en el larguero. El nota tiene pinta de jugar con resaca, pero es bueno.

Es cierto que el huevo Acuña lleva un tiempo totalmente desconocido. El argentino parece atravesar un bache de rendimiento. Hoy no lo estaba haciéndolo mal, pero el pobre se llevó cartulina por reiteración. Serían faltas cometidas en partidos anteriores porque sino no me lo explico.

La primera mitad languidecía (llevaba años queriendo usar esta palabra y por fin lo he conseguido) con el marcador a favor, pero no se nos olvide que el Villarreal es un equipo entrenado por Emery . Desconozco las estadísticas del técnico vasco en el equipo amarillo, pero cuando dirigía al Sevilla las primeras partes eran auténticos tostones que se arreglaban en la segunda mitad. La gente se llevaba al estadio un libro pa los primeros 45 minutos.

Tras el descanso empezaron a torcerse las cosas para el equipo de Julen. Fernando y Bono tenían que ser sustituidos por sendas lesiones. Y un Sevilla sin Fernando y sin Bono es como un bufé libre sin horario de cierre. Es invitar al rival a que pase, se ponga cómodo y se dé un festín, pero sin prisas.

Así llegó el empate del Villarreal. Coquelin, que tiene nombre de caramelo de cocacola , se cruzó medio campo sin oposición para filtrar un pase de gol a Baena. El mediapunta amarillo intentó marcar de primeras, pero acabó haciéndolo de segundas, marcando un gol rocambolesco, pero que vale igual.

Con el Villarreal volcado en ataque, Chukwueze le pegó a portería, pero a la portería del Estadio de la Cerámica (el partido se jugó en el estadio del Levante). Menos mal, porque, aunque parezca que tiene en la cabeza el cenicero de un bingo, el chaval tiene mucho peligro.

El gran susto de la segunda parte llegó con un penalti como una catedral que cometió Telles a un jugador que tiene nombre de funeraria de pueblo: Yeremy Pino. El penalti lo anuló el VAR por previo fuera de juego, de esos fueras de juego tan ajustados que lo son ya no por metros o centímetros, sino por la picha de un piojo.

Para tratar de llevarse los tres puntos Julen decidió juntar a los niños: Isco, Suso y Papu. Bueno, no son niños, pero los tres, subidos uno encima del otro, no alcanzan a tocar el larguero. El Papu tuvo dos ocasiones, pero en ambas mandó el balón a la playa de la Malvarrosa. Danjuma, que tiene nombre de amigo de Mogli , también hizo lo propio y mandó el esférico al bar de Manolo el del Bombo.

Con el tiempo cumplido Dmitrovic hizo honor a su pinta de portero chungo de discoteca y no dejo pasar el balón de Morales que hubiera supuesto el 2 a 1. Buena manopla de Marko, que evitó, casi con total seguridad, lo que hubiese sido el despido de su entrenador.

El Sevilla llega al parón consiguiendo un punto en casa del Villarreal, que quizás sea insuficiente para la continuidad de un Julen cuyo equipo gana en solidez y continúa siendo tedioso. Veo la mejoría de Isco como también veo un gesto nuevo de mi hija recien nacida, pero esos ligeros destellos no evitan que vea a Julen sin comerse los polvorones y a mí sin llegar vivo a la semana que viene.

El tuitaso

Las calificaciones

Artículo solo para suscriptores
Únete a la pasión por el Sevilla FC
Mensual
4 meses por
Anual
1 año por

Renovación automática | Cancela cuando quieras

Ver comentarios