Valencia-Sevilla (1-1): Negativo para el liderato, positivo para el objetivo
El Sevilla dejó escapar la victoria en el último minuto ante un Valencia que, en teoría, es su rival para la cuarta plaza y que continúa a diez puntos
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión
A medias. Así se quedó el Sevilla en Mestalla tras un partido que dio para muchas sensaciones pero que terminó con unas claramente agridulces. Porque los de Nervión, que parecieron salir dando por bueno el empate, se pusieron por delante y pudieron rematar el encuentro, ... pero no lo hicieron y terminaron quemándose. No del todo, porque el Valencia no le dio la vuelta al marcador, pero ese gol ché en el minuto 92 enfadó, y mucho, al sevillismo. No tanto por lo que significa si se hace un análisis a largo plazo, pero sí por lo que ayer podía haber conseguido el equipo de Pablo Machín. Y es que el Sevilla, que en teoría partía en LaLiga con la idea de luchar por la cuarta plaza con el propio Valencia, podría haber dejado a los de Marcelino García Toral a trece puntos. Se quedan a diez, que no está nada mal pero, al haber tenido tan cerca la victoria, está claro que el balance es el que hizo el técnico soriano en caliente: los locales ganaron un punto y los visitantes perdieron dos. Aun así, hay que ver el vaso más medio lleno que medio vacío. Porque, más allá de que el Sevilla no inquietó al Barcelona con el liderato en solitario, se vieron algunos aspectos positivos.
Principalmente, fueron dos. El primero, la solidez defensiva de los de Nervión, quienes sólo se equivocaron en la última jugada del encuentro. Y el segundo, el papel de Promes. El club hizo un desembolso muy importante por él este verano, algo que el holandés no había «recompensado» con buenas actuaciones. Pero en Mestalla, y fuera de su posición -volvió a actuar de carrilero por la derecha-, cuajó su mejor encuentro como sevillista. Serio en defensa y bastante activo a la hora de ir hacia adelante. Por lo demás, el encuentro será recordado por ese gol de Diakhaby en el último suspiro y por esa ocasión desaprovechada por André Silva unos instantes antes, pero lo cierto es que, mirando las cosas con perspectiva, todos los sevillistas hubieran firmado en verano la posición actual del equipo y la distancia con el Valencia tras la disputa de quince jornadas.
El encuentro comenzó con un guión claro. De hecho, hasta el propio Machín había avisado en la previa de que, de los tres partidos en una semana, las dos finales eran en la Copa y en la Liga Europa, por lo que, si tenía que perder un encuentro, ese debía ser el de Mestalla. Evidentemente, no salió a eso el Sevilla, pero sí a verlas venir dando por bueno el empate. Enfrente, un equipo desquiciado. Millones y millones al borde del fracaso, y eso, en el fútbol, es sinónimo de nervios y de no hacer las cosas bien. Con eso también jugaban los de Nervión, con el hecho de que, con el paso de los minutos, la grada se pusiera nerviosa y el Valencia terminara por desquiciarse. Y eso, más o menos, es lo que fue pasando. Porque lo cierto es que, quitando un doble paradón de Vaclik nada más comenzar el duelo, apenas tuvo que aparecer más el guardameta checo. Eso sí, tampoco estuvo fino el cuadro de Pablo Machín en ataque. Por eso lo más normal fue lo que ocurrió durante la primera parte: el marcador no se movió. Los locales lo intentaron más con el corazón que con la cabeza y el Sevilla, por su parte, se mostró muy serio en tareas defensivas.
Sí cambió la cosa tras el paso por los vestuarios. Y es que, cuando los equipos comenzaban a situarse de nuevo sobre el terreno de juego, llegó el tanto de los de Nervión. Antes había amagado Soler, pero sin apenas peligro. El que no falló fue Pablo Sarabia, y eso que el balón le llegó mordido por un mal disparo de Ben Yedder. Pero el centrocampista español, que sigue sumando datos a sus espectaculares estadísticas, tiró de calidad y clase para poner el 0-1 en el marcador. Corría el minuto 55 y todo se le ponía de cara al Sevilla. Sobre todo, porque el Valencia, entonces sí, se tenía que lanzar al ataque. Y eso lo intentaron aprovechar los de Machín. Serios atrás, con un muy digno Promes de carrilero, no sufrieron, mientras que sí le hicieron pasarlo mal al cuadro local a la contra. El Valencia empujaba, pero la sensación siempre fue la de que el segundo tanto de los nervionenses estaba más cerca que el primero de los ché. Y así pudo ser en el minuto 83, cuando Promes comenzó una galopada para dejar solo a André Silva, quien estrelló el balón en el poste cuando el portero ya estaba batido.
Se escapaba ahí la oportunidad de matar el partido, de cerrar la victoria. Y lo terminaría pagando el Sevilla. Porque cuando ya estaba corriendo el tiempo de alargue, Muriel hizo una falta absurda al borde del área, André Silva no cubrió bien a su hombre y Vaclik midió mal en la salida. Resultado: gol de Diakhaby y final del encuentro. Se le escapaban así dos puntos a un Sevilla que, si bien se tuvo que olvidar del liderato en solitario antes del partido del Barcelona, sigue estando en una magnífica situación en la tabla. Ahora le toca trasladar ese buen papel a Europa.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete