Sevilla-Villarreal: El fútbol directo sólo llegó en la recta final (0-0)

El Sevilla, que comenzó bien, vio luego cómo el Villarreal fue superior hasta los últimos minutos, cuando André Silva y Ben Yedder pudieron marcar

André Silva controla un balón (Foto: AFP).

Frenazo. A cierta euforia desmedida que se había instalado en Nervión después del buen papel realizado hace una semana en Vallecas. Entonces el Sevilla FC tuvo un plan claro. Y lo mejor de todo es que lo materializó a la perfección con ese juego ... directo y ese gol que se le reclamaba tanto en las últimas temporadas. Pero, a pesar del buen debut liguero, eran muchos los que también querían ver el rendimiento de los de Pablo Machín ante un equipo mejor. Ante un rival de su liga. Ocurrió ayer, anoche, frente al Villarreal, y el resultado no fue satisfactorio. Más allá de que empatar con los de Castellón puede entrar dentro de los planes, pasaron demasiados minutos sin que apareciera ese plan al que lleva semanas dándole forma el técnico soriano. Y eso que el Sevilla salió bien, con decisión y dominio, pero el Villarreal no tardó mucho en coger la batuta del centro del campo y en plantarse en varias ocasiones delante de un Vaclik que fue el mejor de los Nervión. El arreón final, con las ocasiones de André Silva y Ben Yedder, no hace más que aumentar el enfado del sevillista que ayer se acostó con la duda de saber qué versión se va a encontrar en el derbi. Ahí sí que no valen las medias tintas, como tampoco caben estas el jueves contra el Sigma Olomouc. La eliminatoria está encarrilada, pero el Sevilla no puede jugar con fuego porque no supo cerrarla en la República Checa. Aun así, evidentemente, no hay que alarmarse. Ni mucho menos. Los de Machín están en una buena línea y han sumado cuatro puntos en los dos primeros partidos de LaLiga, por lo que afrontan el duelo de máxima rivalidad de la ciudad viendo al Betis desde arriba.

El nuevo técnico del Sevilla ya dejó claro el jueves pasado que no se iba a andar con rodeos en LaLiga. Para esta competición quería a los que, de momento, considera mejores. Por eso reservó a bastantes de estos futbolistas en la República Checa y por eso repitió ante el Villarreal el once que saltó al césped de Vallecas. El mensaje estaba claro. A Machín le había gustado lo visto en Madrid y quería que el equipo fuera capaz de darle continuidad. Y así empezó el duelo de anoche. Enfrente había un rival de bastante más nivel que el madrileño, pero los de Nervión salieron dominando. Banega se hizo con el centro del campo, Navas siguió demostrando que está para la selección y André Silva comenzó a buscar el gol. El problema fue que duró muy poco. Que pronto pareció que lo del Rayo Vallecano fue un espejismo. Al Sevilla se le fundieron los plomos demasiado pronto. El tiempo que tardó el cuadro de Castellón en ver que era posible dominar el centro del campo. Fue cuando Cazorla se impuso a Banega y Roque Mesa. Y, aunque Vaclik tardó tiempo en tener que aparecer, luego tendría que hacerlo más de la cuenta. Arriba, poco que decir. Navas lo intentaba por la derecha una y otra vez, pero no encontró compañeros. No fue el día de Pablo Sarabia ni, sobre todo, de Franco Vázquez, quien debió salir del terreno de juego mucho antes de lo que hizo. Por su parte, André Silva, la gran sensación del debut liguero, demostró que tiene calidad y la portería entre ceja y ceja, pero ayer abusó de individualista. Lo más justo fue lo que ocurrió, que el empate mandara al descanso en el marcador.

Pero el paso por los vestuarios no le sentó nada bien al Sevilla, que empezó a sufrir más de la cuenta. Los problemas atrás aparecieron a pesar del buen partido de Kjaer, quien tuvo que salvar una doble jugada de ataque del Villarreal. También apareció Vaclik en otras acciones, sobre todo en una muy clara justo después de que los dos entrenadores comenzaran a mover los banquillos. Bacca ya estaba por entonces en el terreno de juego y, a pase de Gerard Moreno, se plantó ante el meta checo, quien aguantó bien al colombiano y despejó la ocasión más clara del partido hasta entonces. No pintaba bien el asunto para los de Nervión. Y menos después de lo ocurrido con Sergio Escudero justo cuando Ben Yedder llevaba unos minutos en la banda esperando para entrar. El carrilero cayó mal y sus compañeros pidieron rápido el cambio viendo la gravedad de lo ocurrido. Cambio de planes de última hora para Machín, quien decidió que el delantero siguiera siendo el que entrara al césped a pesar de que se perdía a un defensor. Y fue buena la decisión que tuvo el técnico, porque el franco-argelino estuvo a punto de darle la victoria al Sevilla ya en el alargue, cuando se plantó dentro del área y, con la izquierda, remató al poste de la portería de Asenjo. Justo antes, dentro de este arreón final que dieron los locales, André Silva falló solo una ocasión en la que todavía nadie se explica qué quiso hacer. No hubo tiempo para más. toca pensar en Europa. Y en el derbi.

  

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