Sevilla - Dinamo: Buena renta en un partido con matices (3-1)
El conjunto de Nervión ganó 3-1 ante el Dinamo en un choque en el que golpeó en sus llegadas, titubeó en defensa y contemporizó
Martial celebra su gol ante el Dinamo
Los partidos tienen muchas lecturas posibles, desde la más positiva, a la más estadística y, también, la más negativa. En el primer apartado está lo fundamental, el resultado. El Sevilla logró un 3-1 que, de cara al encuentro de vuelta en Croacia, tiene visos ... de ser una ventaja importante para sellar en campo visitante la presencia de los de Julen Lopetegui en los octavos de final de la competición. De «su» competición. Con un dominio desde el inicio, fraguado en un tanto de penalti de Rakitic y en la pegada, el conjunto sevillista fundamentó su plan en dos golpes de Ocampos y Martial para, en la segunda mitad, consolidar el control del juego y mantener el resultado hasta el pitido final. Eso sí, pudo ser peor si, y aquí empieza la lectura negativa, Bono no hace un paradón en un doble remate croata que hubiera supuesto el 3-2. También sumó a lo negativo la lesión muscular de Rekik, otra más para el extenso listado de este año. Y es que lecturas hay muchas, pero la fundamental es que el Sevilla viajará a Croacia con la eliminatoria muy de cara, aunque consciente de que no pueden salir relajados en un Maksimir que apretará desde el minuto uno para intimidar esa ventaja de dos goles que tienen los de Lopetegui. La rotación, por ende, no podrá ser muy amplia pensando en el derbi del domingo siguiente.
Porque el Sevilla dejó claro desde el minuto uno que el dominio del esférico iba a ser para él, plan que tampoco desagradaba a un Dinamo más pendiente de encontrar huecos en acciones a la contra que pudieran sorprender al sistema defensivo sevillista. De hecho, las primeras intentonas corrieron a cargo de los croatas, en una contra que no supo culminar Petkovic y en un disparo lejano de Orsic que casi obligó a lucirse a Bono. Sin embargo, en la primera acción de peligro que el Sevilla pisó el área de Livakovic, este cometía penalti sobre el Papu Gómez. El argentino llegó antes a un rechace del guardameta a remate de Martial y cayó en el área. Rakitic lo convertía y ponía el 1-0 antes del cuarto de hora.
Con la tranquilidad que daba la ventaja, el Sevilla continuó buscando el marco visitante, pero apenas lograba un remate flojo de Munir y otro de Papu Gómez que daba en un defensa para marcharse a córner. El argentino seguía demostrando que está a un muy buen nivel apareciendo en todos lados para crear peligro y ver espacios. Sin embargo, el Dinamo encontró el empate en un error defensivo local. Un centro al segundo palo buscando a Orsic, no fue bien medido por Diego Carlos, que no llegó de cabeza a despejarlo, y el delantero croata la bajó con el pecho para disparar cruzado batiendo a Bono.
Por fortuna, no le duró mucho la alegría al rival ni la preocupación a los de Lopetegui, que en dos minutos y justo antes del descanso marcaron dos tantos que le situaron con un tranquilizador 3-1. Primero fue Ocampos, que cazaba un balón mal despejado por un defensa para rematar con la derecha y sorprender al portero Livakovic. Después llegó el estreno de Martial con la camiseta sevillista, aprovechando un buen servicio de Papu Gómez para cruzar con calidad su remate y marcar su primer gol en Nervión. Magnífico momento para marcharse al vestuario.
En el segundo acto llegaron las malas noticias. La primera fue la lesión muscular de Rekik, que sintió un pinchazo cuando perseguía a un rival, entrando Gudelj en su lugar. La siguiente fue una dobla clara ocasión del Dinamo que desbarató un Bono espectacular, con una mano prodigiosa en el primer remate y una reacción felina en el segundo. Lopetegui metía un triple cambio y se marchaban Martial, Fernando y Munir, dejando su lugar a Óliver, En-Nesyri y Delaney. Oxigenaba a su plantilla para evitar más infortunios y eso le funcionó porque los cambios frenaron el ímpetu croata y adormecieron hasta el bostezo el resto del duelo. Solo se desperezaron los sevillistas para brindarle una sonora ovación a Navas en su regreso al terreno de juego. En siete días, nuevo envite, esta vez en Croacia, con una buena renta.
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