Sevilla - Dinamo Zagreb: Sonrisas y goles para saludar a la Europa League (3-1)
Rakitic, de penalti, Ocampos y Martial, en su primer gol con la elástica nervionense, firmaron los tantos sevillistas para encarrilar la eliminatoria
Volvía el Sevilla FC a «su» torneo y lo celebró encarrilando ante un combativo Dinamo Zagreb el esperado pase a octavos que tocará cerrar definitivamente dentro de una semana en Croacia. El 3-1 lo pone todo a favor. La agradable noche europea en el ... Sánchez-Pizjuán regaló a su gente la versión de un equipo muy ofensivo, sobre todo en la primera mitad, que desarboló a su adversario como un martillo pilón. Rakitic, de penalti, Ocampos y Martial, en su primer gol con la elástica nervionense, firmaron los tantos locales. Orsic fue el único que acertó para los croatas. Gran partido del Papu, que se erigió en líder de un hexacampeón de la Europa League que regresa a por todas a su competición fetiche.
Lopetegui eligió para la ocasión un once de garantías en el que destacó la vuelta del 'purasangre' Ocampos. En ese frente ofensivo llamó la atención también la titularidad de Munir y la posición de Martial, ubicado por el técnico como delantero centro. En-Nesyri y Mir partieron desde el banquillo, como un Jesús Navas felizmente recuperado para la causa tres meses y medio después de su lesión. Koundé fue el lateral derecho ante el Dinamo.
Del galo fue precisamente una de las primeras llegadas del Sevilla al área de Livakovic. Y es que los de Nervión buscaron tomar el mando del choque desde el principio. El Dinamo, en cualquier caso, enseñaba los dientes en las contras, con gente de calidad arriba como Petkovic y Orsic. Un peligroso disparo de éste último tuvo que ser desviado por Bono a córner para evitar el golpe inaugural de los visitantes. Las aventuras aisladas de los puntas croatas no amilanaron en absoluto a los sevillistas. Acuña, Diego Carlos y el propio Koundé se mantuvieron muy firmes en los duelos. Y las piezas de arriba percutían con insistencia. El Sevilla logró amasar bien su dominio y muy pronto terminó encontrando premio en el partido.
La jugada del primer tanto nació en las botas de Anthony Martial. El francés encaró a Livakovic y el meta del Dinamo de Zagreb consiguió repeler su chut. Pero apareció el más listo de la clase. Qué importancia está cobrando el Papu en este Sevilla FC. El argentino recogió el rechace y forzó el derribo del portero saltando sobre él. El árbitro italiano Marco Guida no lo dudó. Penalti y amarilla para el cancerbero. Con toda la valentía agarró Rakitic la pelota para el lanzamiento. Tenía que vencer los fantasmas de su pena máxima errada ante Osasuna. Vaya si lo consiguió. Ejecución perfecta mandando al portero al otro lado y 1-0 en Nervión.
La lata estaba abierta a los 12 minutos. Fiesta en el Sánchez-Pizjuán y alguna gresca en la zona de la grada donde se ubicaban los inquietos hinchas croatas con la policía. Voló más de un asiento. Lo importante, el fútbol, siguió fluyendo al antojo del Sevilla FC. Dominador y buscando el segundo tanto para cerrar la noche. Munir y el activo Papu las tuvieron... pero para poner algo de picante al duelo lo que brotó fue la calidad de Orsic. El mejor hombre del Dinamo aprovechó un inexplicable error de Diego Carlos en el salto, recogió con el pecho el pase diagonal de su compañero Ristovski y fusiló a Bono para poner las tablas en el marcador. Volver a empezar. El tanto croata llegó cuando nadie lo esperaba.
En ese momento quedaban cuatro minutos para el descanso. No calculó el conjunto de Kopic que el Sevilla FC estaba en su competición, donde es capaz de cualquier cosa. Tal fue la reacción de los blanquirrojos que antes de enfilar el túnel de vestuarios iban a transformar el 1-1 en un 3-1. Portentoso el equipo de Lopetegui en la respuesta. Primero fue Ocampos quien aprovechó un balón dentro del área para enganchar el cuero de volea y superar a Livakovic. Y acto seguido llegó el tercero del Sevilla FC en uno de los momentos más celebrados de la noche. Contra de manual, combinaciones en la frontal entre el propio Ocampos y el Papu, y balón de éste a Martial para que el internacional galo se estrenara en Nervión definiendo de tiro cruzado. Primer tanto del delantero con la camiseta sevillista. Estaba en todas. Preciosa guida para marcharse al descanso y eliminatoria encarrilada.
La intensidad del Sevilla FC le garantizaba el éxito. Lo demás caía por su propio peso gracias a la enorme calidad de sus atacantes. Bien el centro del campo con Fernando, Rakitic y un Papu en versión arrolladora. El arranque de la segunda parte obligó pronto a Lopetegui a mover el banquillo. Por lo de siempre: la incesante maldición de las lesiones. Esta vez el que se rompió fue Rekik. Solo, en una carrera con el visitante Juric, se echó al suelo y tuvo que pedir el cambio. Fue reemplazado por Gudelj en el eje de la zaga. Si bien el ritmo del partido no bajó en demasía, el Sevilla FC sí se volvió algo más controlador y decidió vivir un poco más lejos de los dominios de Livakovic. Entretanto, el Dinamo se desperezó y casi aprieta el envite con una ocasión clarísima. Bono, como siempre, apareció en modo salvador. Se puso la capa y se llevó la ovación del respetable. Su parada a Juric, que remató de cabeza en el área pequeña, fue inconmensurable.
En la media hora final, Lopetegui decidió dosificar a los suyos con un triple cambio. Se marcharon del terreno de juego Fernando, Munir y un aplaudido Martial, dando el relevo a Delaney, Óliver Torres y En-Nesyri. El marcador no se movería más, pese a que Ocampos tuvo el cuarto en un par de buenas llegadas. El gran regalo del epílogo no llegó en forma de más goles, sino con la celebradísima reaparición de Jesús Navas. Lopetegui le concedió los últimos minutos del choque y el palaciego se llevó una ovación impresionante nada más saltar al césped sustituyendo a Ocampos. El Sevilla enfila su pase a octavos, pero aún habrá que cerrar el pase en Croacia dentro de una semana. Autoritario el equipo en «su» torneo. Feliz el sevillismo.
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