El Rincón de Cazón Palangana
Sevilla - Dinamo Zagreb: Ojalá se cumplan los ojalá
¿Ganar de diferencia de dos goles te daba más puntos?
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Iniciar sesiónOjalá tres ferias seguías pa recuperar las perdías.
Ojalá madrugar estuviera mal visto.
Ojalá Zagreb del revés se leyera Berza.
Ojalá la enfermería del Sevilla vacía.
Ojalá ganar la séptima.
Volvía la uropalí, nuestra competición,a la bombonera de Nervión. El paragüero querido. Y lo ... hacía con una ligera brisa que soplaba a favor.Los jugadores que habían sido duda durante la semana estaban milagrosamente a disposición del técnico, salvo el Tecatito. De hecho, Lopetegui se daba el lujo de ofrecer un once como el café de un polígono, cargao.
El Dinamo de Zagreb venía envalentonao, escoltado por casi 2000 aficionados, por llamarlos de alguna manera porque se pasearon juntos por Sevilla, todos tan de negro, que más que aficionados al fútbol parecían siete tramos de penitentes de Los Estudiantes.
El partido comenzaba con susto para el Sevilla. Bono se sacaba un paradón de la manga para desviar un chut de Orsic que se colaba por la escuadra. Tengo que reconocer que apreté el culete por un instante.
Poco duró el sustito en el cuerpo porque a los pocos minutos Martial disparó cruzado, obligó al portero a desviar el balón hacia el Papu, que evitó la salida del portero con una picadita, obligándole a cometer penalti sobre él. El árbitro no dudó en señalarlo, como tampoco dudó Rakitic a la hora de coger la pelota para lanzarlo y marcar con la rabia del que se quita el cristal sobre la planta del pie que supuso el del partido contra Osasuna. Con este penalti el rubio demostraba dos cosas, que tiene los huevos como el de Colón de la supernorte y que, al no tener piedad de sus compatriotas, demuestra ser más sevillano que Manuel Chaves Nogales.
Los minutos siguientes transcurrieron de sustito en sustito, pero no futbolístico sino sanitario. Algunos futbolistas amagaban con lesionarse y los corazones sevillones sufrían más paradas que el 32. Primero Martial, que se quedaba tendido un ratito en el césped doliéndose de la rodilla. Y después Ocampos, que dio más cojetás que un niño jugando a rayuela.
El que asustó de verdad fue Orsic, de nuevo. Diego Carlos midió muy mal un centro al área y dejó que el croata controlara para batir a Bono con un disparo seco, ajustado al palo. El público sevillón no daba crédito. Su equipo estaba jugando mejor y, además, no puede existir un jugador croata que sea bueno y que no juegue en el Sevilla.
El empate encendió la maquinaria palangana. El Sevilla se fue hacia delante, llegando al área con mucha gente. Ocampos, ya recuperado de sus múltiples dolencias, cazó un balón en el área y de una volea hizo el 2 a 1. Y, sin tiempo apenas para que los majaras del gol norte se pusieran en pie de nuevo tras la avalancha del gol del argentino, llegaba el gol esperado, el de Toñi Moreno, el de Antonio Martial. El francés batió al portero croata de un disparo cruzado, enseñó su sonrisa, desplegó los brazos como el corcovado y celebró, en la esquinita de gol norte, su primer gol como sevillón.
Se cumplieron todos los tópicos al comienzo de la segunda parte. Los labios quemaos después de haberte comío un saco de pipas salás . Tu colega que se no está en su asiento porque le ha pillao cola en el puesto de las salchichas rosas. Y el lesionado en las filas del Sevilla. Esta vez le tocó a Rekik, que se quedó tieso tras dar la primera carrera de la segunda mitad. Al Sevilla no lo ha mirao un tuerto, lo está observando Stevie Wonder con una lupa, la mamona.
El resto de segunda parte fue extraña porque transcurrió plácida. No acostumbrados a disfrutar de un resultado cómodo, los sevillones aprovecharon para cantar todos los cánticos habidos y por haber. Lopetegui se permitió el lujo de hacer debutar a un canterano llamado Jesús N… Ah, que no era canterano, que era el capitán, Don Jesús Navas. Alegría sevillona por el buen resultado, por el regreso de su capitán y por reencontrarse con una relativa normalidad.
Lástima que este año el tema de las lesiones siga siendo como para debatirlo en Cuarto Milenio, porque el pitido final llegó con Diego Carlos tendido en el suelo, doliéndose de yo qué sé qué. Lamentablemente, el médico del Sevilla va a seguir teniendo más trabajo que el abogao del PP, pero…
Ojalá Rakitic agarrando la pelota y marcando un penalti.
Ojalá Ocampos sonriendo.
Ojalá Martial marcando en la portería de Gol Norte.
Ojalá Jesús Navas corriendo la banda del Pizjuán.
Ojalá este Sevilla goleando.
Ojalá ahora pierda el Madrid. Ah no, carajo.
El tuitaso
Es cosa mia o ya no estaba acostumbrada a mas de un gol por partido..me duele la garganta de gritar GOL 🤣 pero oye q yo mñn voy afonica con gusto al trabajo ehh #ElTuitaso
— Carmen Flores Duran (@carmenfduran) February 17, 2022
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