Levante-Sevilla (2-6): Hay portero y ya había delantero

El sistema, por tanto, ya ha sufrido su primera variación importante, pero eso no debe verse como algo negativo del entrenador, sino como todo lo contrario. Empeñarse en una idea cuando esta no funciona -sólo por mero «cabezonismo»-, no es más que lastrar a tu equipo. Han tenido que pasar cinco jornadas para que el soriano se dé cuenta de que no puede prescindir de los goles de Ben Yedder , pero será poco tiempo si el resultado de aquí en adelante es similar al de ayer. Lógicamente, no siempre va a haber una goleada, pero está claro que el sevillista se fue a comer con la sensación de que el equipo, al menos de mediocampo hacia adelante, estaba jugando con el freno de mano echado.

Otra cosa es lo que ha pasado, pasó ayer y parece que pasará próximamente en la defensa, si no hay un cambio radical. Porque la goleada en Valencia da para tapar casi todo, pero es conveniente no olvidar lo que pasó en la zaga hasta que los tantos sevillistas fueron cayendo uno tras otro. Machín insiste en jugar con tres centrales. Y lo que es más preocupante, en contar con Aleix Vidal como carrilero por la izquierda. Los huecos atrás son tremendos, por lo que ahí tiene trabajo el entrenador de los de Nervión. Pero, evidentemente, no es día para reproches, sino para todo lo contrario. Para destacar que este conjunto tiene más potencial del mostrado hasta la fecha. Para confirmar que tiene un portero, Vaclik, que gana partidos. Y para corroborar que Ben Yedder debe ser titular en este equipo. Quizás el franco-tunecino no deba ser el delantero titular de un equipo top, de ese Sevilla que se «cansó» de ganar títulos de la Liga Europa y se marcó el ser uno más de elite en la Liga de Campeones, pero es evidente que lleva el gol en la sangre y que, ahora mismo, no debe pasar más tiempo en el banquillo. Por lo que él da, que son tantos, y porque, además, hace que André Silva sea mejor todavía. Queda mucho. Y ni el Sevilla iba a luchar por no descender hace una semana, ni ahora hay que lanzar las campanas al vuelo y creer que la cuarta posición será pan comido. Pero sí es justo que del pesimismo se pase al optimismo. O, al menos, a un porcentaje importante de este.

La historia del partido se resume fácilmente: los de Nervión tuvieron más pegada y a un portero. Porque lo cierto es que uno ve el 2-6 y piensa que todo el encuentro fue un baño sevillista, pero lo cierto es que los primeros minutos estuvieron marcados por los errores -hasta groseros- defensivos de ambos conjuntos. El centro del campo no existió y el duelo fue de un área a otra. Pegó primero el cuadro de Pablo Machín, gracias a un Ben Yedder que comenzó su festival. Pero, casi sin tiempo para celebrarlo, empató el Levante aprovechando las facilidades de la zaga visitante. Tocaba remangarse otra vez, y el Sevilla lo hizo. Eso sí, contó con la ayuda de un Oier que estuvo muy desafortunado durante toda la mañana. El portero midió mal en una salida y Carriço hizo el 1-2. Pero otra vez llegó la reacción inmediata de los locales, aunque esta vez se toparon con el mejor fichaje del verano. Vaclik detuvo un penalti a Morales y le dio aire a los suyos para que comenzaran la goleada.

Fueron cayendo el 1-3 (Ben Yedder) y el 1-4 (Ben Yedder) en la primera mitad. Y ya en la segunda los de Nervión cerraron cualquier opción de traspié de forma inmediata. André Silva hizo el 1-5 tras el paso por los vestuarios y Sarabia se unió a la fiesta goleadora marcando el 1-6 en el minuto 59. Ahí «acabó» el partido aunque, justo antes del pitido final, Kjaer se marcó en propia puerta el 2-6 definitivo. Toca disfrutar de la victoria y ponerse a pensar en el Real Madrid , que llega el miércoles al Ramón Sánchez-Pizjuán.