Espanyol - Sevilla: Julen triunfa con su «León Come Gambas»

Poner de titulares a dos canteranos cuando llevas tres años sin contar con ellos es cuanto menos extraño. Es como mi hermano, que le pedía por favor a mi padre que apagara el cigarro porque el humo le daba asco y ahora se fuma a un indio por los pies. Pero bueno, cosas más raras se han visto.

No había dado tiempo ni a maldecir a nadie cuando Lamela recibió un pase al espacio, corrió hacia la portería perica como si un cani le hubiera preguntao la hora y, sutilmente, hizo el 0 a 1 antes del minuto 2 de partido. Mientras los jugadores celebraban el tanto, miles de sevillones nos agobiábamos porque al encuentro le restaban aún 88 minutos. Se nos iba a hacer esto más largo que una explanada sin sombra.

Unos minutos después, En-Nesyri disparó a puerta e hizo que el portero del Espanyol tuviera que despejar el balón a córner. Que el Sevilla hubiese marcado el 0 a 2 antes del minuto 20 hubiera supuesto una gran alegría y un gran desconcierto.

Igual de extraño fue que Joan Jordán disparara desde fuera del área, pero hacia adelante, ¿eh? Pero espera, que seguían pasando cosas paranormales. José Ángel Carmona , uno de los dos canteranos que hoy sacaba el técnico vasco de inicio, aprovechaba un rechace en el área para hacer el 0 a 2. El de El Viso introdujo el balón con la planta de la bota, dándole una patadita como la que le dio Kiko Rivera a un fan en uno de sus últimos conciertos. Sí, Kiko Rivera da conciertos y va gente, que no sólo en el fútbol ocurren cosas raras. Pues esto era un Espanyol-Sevilla, pero si me dicen que es un capítulo de Stranger Things también me lo habría creído.

Esto iba a ser un no parar, un carrusel de eventos extraordinarios. Un Sevilla al que se le había olvidado celebrar los goles se ponía 0 a 3 en el marcador en la primera mitad. Encima, el autor del tanto iba a ser José Ángel Carmona de nuevo. Doblete del canterano , que vuelve a ser el más listo de la clase robándole la cartera al central perico y metiéndola de nuevo con la punterita, casi con desprecio. Otro golito, besito al escudo y a correr para atrás, que esto no está hecho.

Y no está hecho porque este es el Sevilla de la 22/23 y porque los partidos los arbitran colegiados de La Liga. Cuadra Fernández , que tiene nombre de ganadería, señaló penalti por mano de Acuña cuando el balón le da en el sobaco y el jugador está saltando y de espaldas a la jugada. Joselu hace el 1 a 3 antes del descanso en un disparo que estuvo a punto de detener Bono. No extraña una decisión arbitral así en un partido tan loco, pero lo peor es que ya estamos acostumbrados a que estos señores señalen o dejen de señalar acciones absurdas todos los partidos.

La segunda mitad comenzó igual, con un Carmonita con toda la cara de Sergio Ramos y también con su ambición, poderío y desparpajo. El canterano volvió a trenzar una gran jugada por la banda derecha hasta plantarse en el área perica para disparar a puerta demasiado cruzado. Sabía que Carmona era grande (30.000 habitantes), pero lo de hoy es demasiao .

Pero claro, recordemos que estamos tratando de ganar en el estadio del Espanyol con el León Come Gambas y, de conseguirlo, iba a ser complicado. De hecho, cuando corría el minuto 60, el nuevo delantero del Espanyol iba a rematar dos veces consecutivas para hacer el 2 a 3. Un Braithwaite que podría apellidarse Del Nido porque el gachón no tiene pelos, tiene un chalé de cigüeñas en lo alto.

El colegiado, el de la ganadería, expulsó a Lamela por hacer una entrada sin tocar al rival. Y haciendo uso de esa regla de tres, cuando puedes expulsar a gente por no hacer nada, expulsó también a Martagón y al ayudante de Lopetegui. Si es que son malos en todas las acepciones de la palabra.

Antes de las fatiguitas finales, En-Nesyri pudo hacer el gol de la tranquilidad, pero hizo el fallo de la intranquilidad. Isco se sacó de la varita otro magistral pase en una contra que volvió a tener el mismo final que el otro día. Segundo partido en el que el malagueño deja al marroquí solo frente al portero y segunda vez que el delantero sevillón lo desaprovecha. Isco debe pensar «a ver cuándo me ponen a jugar con los buenos».

De aquí en adelante llegó la agonía, esos minutos en los que veo el fútbol con un cura al lao dándome la extrema unción, porque este Sevilla quita años de vida. Entre la necesidad de perder tiempo y que el tanque de gasolina del equipo llevaba en reserva desde el minuto 60, lo habitual de aquí al final del encuentro fue ver a jugadores sevillones tirados por el césped, que en vez de un partido parecía aquello Woodstock 99´.

Y 99 no, sino más de 100 minutos duró el encuentro. Fernando, mareao con una lipotimia digna de Domingo de Ramos viendo cofradías. Óliver tuvo que pedir el cambio por un balonazo en el costao de los que te deja con la respiración como un niño chico disgustao. El equipo achicando agua del área y mandando balones al mago, a un Isco que tuvo destellos del jugador que fue y que espera ser de nuevo con la elástica sevillona. No será por falta de ganas, ni de él ni de la afición.

Final agónico. Los primeros tres puntos ligueros del Sevilla 22/23 no podían haberse conseguido con un guión tan enrevesado. No se sabe si este habrá sido el último servicio de Lopetegui al Sevilla, pero lo que siempre quedará para el recuerdo es que en una tarde que olía a ultimátum el técnico navarro triunfó con su León Come Gambas..