Quique, el antídoto del Sevilla FC

El club elige a su técnico de consenso y Quique asume un reto profesional que anhelaba desde hace muchos años

La llegada del madrileño quedó perfilada anoche y se espera que dirija el entrenamiento de esta tarde

Acuerdo con Quique, a falta de la oficialidad

Quique Sánchez Flores, durante un partido ABC

Sampaoli, Mendilibar, Diego Alonso... Quique Sánchez Flores. Cuatro entrenadores en poco más de un año son signo evidente de la peliaguda situación que atraviesa el Sevilla FC. Un problema deportivo de calado que no se queda en la hierba, sino que trasciende al ... plano económico y social de una institución en vilo desde hace meses. Como el curso pasado, el Sevilla vuelve a coquetear con el averno de la Segunda división y por primera vez en la era Castro ha quedado eliminado de Europa antes de que se instale el invierno en los calendarios. El fiasco con el técnico uruguayo Diego Alonso, apuesta personal del director deportivo, Víctor Orta, ha sido de aúpa. Catorce partidos duró, hasta que el baño de fútbol que le dio el sábado el Getafe de Bordalás en el Sánchez-Pizjuán (0-3) terminó por romper la cuerda con su cantada destitución. Alonso sólo fue capaz de ganar dos encuentros en la Copa ante rivales no profesionales, infinitamente inferiores: el Quintanar de la Orden y el Astorga. El resto, cinco empates y tres derrotas en LaLiga, y cuatro partidos perdidos en la Champions, todos los que jugó. El charrúa hace las maletas dejando el porcentaje más bajo de triunfos de la historia del club nervionense, empeorando a los efímeros Vic Buckingham y Toni Oliveira.

Ha llegado la hora del 'eterno' candidato en Nervión. A sus 58 años, Quique Sánchez Flores, verdadero trotamundos del fútbol, entrenará al fin al Sevilla FC, cumpliendo así una vieja aspiración personal y del propio club hispalense desde hace años. El técnico madrileño afronta una aventura tan especial para él como exigente en lo profesional por la complicada situación que vive el Sevilla. Hijo de Carmen Flores, artista, y de Isidro Sánchez, futbolista entre otros del Betis. Pero sobre todo Quique, aquel niño de infancia increíble, es el sobrino de la Faraona Lola Flores y el ahijado del inolvidable Alfredo di Stéfano. Menos se conoce esa pasión 'oculta' del madrileño, su vena sevillista. En 2011, en una entrevista concedida a 'El Larguero', dijo sin titubeos que en un futuro sería entrenador del Sevilla FC. Por entonces, había recién finalizado su etapa en el Atlético. «Seguiré entrenando. No he hablado con nadie, pero se han dicho muchas cosas. Todavía no sé dónde voy a entrenar. El Sevilla, respetando a Manzano (entrenador del Sevilla por entonces), es un club que tarde o temprano entrenaré. Hay buen 'feeling' y respeto mutuo», auguró Sánchez Flores.

En efecto, el apego es recíproco. Quique siempre ha estado sobre la mesa en Nervión. Ya sonó su nombre antes de que se el club se decantase por la sorprendente apuesta de Diego Alonso. Aunque la última vez que estuvo más cerca de aterrizar por el Sánchez-Pizjuán fue cuando Monchi regresó de la Roma en 2019. El entrenador madrileño era uno de los candidatos que el de San Fernando tenía en mente, aunque el elegido fue finalmente un Julen Lopetegui que terminó firmando un exitoso periplo como sevillista. Algo parecido ocurrió en mayo de 2018, cuando el club se decantó por Pablo Machín después de que el omnipresente Quique apareciera en los castings para coger las riendas del banquillo blanquirrojo. Ha sido una tónica habitual durante más de una década. Las partes se han buscado hasta que han logrado encontrarse.

Alumno del Portaceli

Más atrás en el tiempo, Quique pudo haber sido también el sustituto de Unai Emery en Nervión. Firmó finalmente Jorge Sampaoli, entre otras cosas porque Sánchez Flores se había comprometido ya con el RCD Espanyol cuando Monchi intentó seducirlo aquel verano de 2016. El madrileño no quiso romper su compromiso con el club perico en un acto de profesionalidad. La carrera de Quique es extensa, prolífica, llena de vínculos y recordados cruces con un anhelado Sevilla en el que ahora desembarca como gran jefe del vestuario. En sus momentos más dulces hizo campeón de la Europa League al Atlético de Madrid en 2010 ante el Fulham para que pocos días después el Sevilla le arrebatara la Copa del Rey en la gran final del Camp Nou al vencer 2-0 a los colchoneros. Quique Sánchez Flores llegó a ser socio del Sevilla en sus tiempos de juventud, a finales de la década de los 70, cuando vivía en la capital hispalense y estudiaba en el Colegio Portaceli, muy cerquita del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán. Desde la grada alta de Fondo del coliseo de Nervión, Quique acudía a cada partido del Sevilla en aquellos tiempos, lo que le generó una simpatía especial con la entidad sevillista y a pesar de que su padre, Isidro Sánchez, jugó en el Betis entre 1957 y 1961.

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