Circo Carrasco

En este caso, la visita a Ferrol combinaba ambos espíritus: porque es cierto que los gallegos son un equipo discreto, pero ahora mismo están siendo la revelación de la Segunda división. Enfrente, un Sevilla bastante mermado que coquetea con los puestos de descenso. Si Primera y Segunda división jugaran en una sola liga, de hecho, entre ambos equipos no mediarían ni cinco puestos de diferencia.

Las Misiones Pedagógicas republicanas tenían mucho de circo. Los artistas e intelectuales llegaban a los pueblos y desplegaban su parafernalia de propuestas para asombro de los parroquianos. Si convenimos, tras el nefasto partido ante el Athletic en casa, que el Sevilla está coqueteando con su condición de equipo de chiste, en el circo que el Sevilla montó en Ferrol solo quedaba por ver quién asumiría los distintos roles: la mujer barbuda, el tragasables, el domador de leones, la escapista. En la plantilla de este circo sevillista, el Circo Carrasco, un circo asolado por las lesiones y en plena reconfiguración por el previsible aterrizaje de un racimo de nuevos y -nos dicen- flamantes fichajes, hay caracteres con bastante vis circense. Uno de los más evidentes es Marcao, que bien pudiera figurar como hombre forzudo, y que ayer demostró un compromiso fuera de toda duda, al asistir al propio minuto de silencio por su padre como uno de los once jugadores que se batió el cobre en A Malata. Su seriedad no se limitó a la comparecencia, sino que fue uno de los jugadores más valiosos del Sevilla, muy especialmente durante el primer tiempo, lo que se vio recompensado con el gol. Un gol que celebró muy emocionado, en recuerdo de su familiar fallecido. Marcao ha sido uno de los jugadores más castigados por las lesiones en el banquillo hispalense, pero fue una delicia ver a un central, después de bastante tiempo, siendo uno de los mejores del Sevilla.

Para el resto de los miembros del circo podríamos buscar candidatos. Como escapistas, sería fácil barajar algunos nombres, que parecen haberse borrado directamente del mapa, pero preferimos callar. Rafa Mir sería sin duda el prototipo del clown que nunca encuentra fortuna. Y mira que ayer salió con ganas; al final, acaba generando en el espectador la misma tristeza que Chaplin en Candilejas. Hubiera sido bonito que Rafa Mir marcara contra el Racing de Ferrol. Porque la de ayer, sin demasiado brillo, fue la tarde de las reparaciones. Igual que Marcao, Juanlu vio reconocido su esfuerzo con un gol que celebró besando con rabia el escudo. Y todo el equipo terminó acallando las voces de la afición ferrolense que pedía el descenso a Segunda del equipo.

El Circo Carrasco, el que se ha encontrado Del Nido Jr. tras comerse las uvas, es un equipo en transformación. Juanlu, Kike Salas y Pedrosa tienen gran margen de mejora, pero está claro que el futuro está en la juventud. Todos esperamos que el Sevilla llegue al final del mercado de invierno con el menor número de mataduras posible, y que los que están por venir contribuyan a cambiar el rumbo. Por el momento -no nos queda otra-, nos conformamos con poco. Quique Sánchez Flores ya ha igualado en sus escasas semanas como técnico el cómputo global de Diego Alonso en toda su estancia en el Sevilla: dos victorias. Solo nos queda tener paciencia y esperar que la cocina haga su trabajo. El sevillismo tiene hambre y necesita alegría.