EL TERCER TIEMPO
Bang bang, Lucky Lukebakio
El belga nos arregló la noche: gracias a su brillo salimos del atolladero. Cuidemos mucho al belga, es lo mejor que tenemos
Espanyol - Sevilla: Bailando al son de Lukebakio (0-2)
Hace unas semanas, el equipo de Las Rozas publicó en redes sociales un vídeo en el que mostraban su reacción ante el sorteo de bolas de la Primera Fase de la Copa del Rey. Al conocer que la bola los emparejaba con el Sevilla, el ... vestuario entero se convirtió en una fiesta: se abrazaban y gritaban de alegría por la ocasión que la suerte les brindaba de cruzarse con un Primera. La celebración fue rematada con un canto unánime: repetían una y otra vez con entusiasmo el nombre de Lukebakio.
Lo más cerca de Messi que este Sevilla de 2024 puede ofrecer se llama Dodi Lukebakio. Fue su brillo el que dio la vuelta al partido de anoche ante el Espanyol y el que lo sentenció. En el último tramo, el belga estaba demasiado cansado para rematar la faena como le hubiera gustado al sevillismo, con un merecido hat-trick.
Se dio la circunstancia anoche de que los tres jugadores belgas del Sevilla coincidieron en el once inicial. Había muchas expectativas con la primera titularidad de Idumbo. Y Lokonga asumió la tarea de mover el balón en el medio campo. Esperábamos que fueran como aquel Combo Belga que alegró a ritmo de bachata y salsa las verbenas de los años ochenta. El Combo Belga y sus furiosos rumberos nos dejó temas inolvidables, como la célebre Abusadora, la queja desenfrenada de desamor de un hombre a la que su amante utiliza como un clínex. El Combo belga no tenían nada de belgas pero sí mucho de combo: eran numerosos músicos los que llenaban el escenario en sus actuaciones. En el Combo belga del Sevilla, como se pudo ver ayer, solo uno lleva la voz cantante. Porque Idumbo le echó ganas pero también derrochó bisoñez, y evidenció que aún necesita más tiempo de cocción. Lokonga jugó bien, estuvo vertical y atinado en algunos pases, como el que permitió el primer gol del Sevilla. Sin embargo el concierto deportivo de los de Nervión lo ofreció un solista, don Lucky Lukebakio, sin ninguna duda nuestro jugador más valioso y desequilibrante, a una distancia sideral del resto del equipo.
Hasta el primer gol del más valeroso cowboy del Oeste, el Sevilla no había encontrado ningún argumento en su juego para el optimismo. Es más, el Espanyol le cogió desde el comienzo las vueltas, presionando muy arriba, sabedor del gusto de García Pimienta por salir en corto -los dos entrenadores son viejos conocidos-. Las pérdidas de balón del Sevilla fueron, como es habitual, numerosísimas. A pesar de ello, el catalán insiste una y otra vez en la misma idea. Una insistencia que solo puede tildarse de terca. Estoy convencido de que el cuerpo técnico del Sevilla tiene completamente contabilizadas las pérdidas de balón que se producen con las salidas en corto. Es por ello que me cuesta comprender cómo el entrenador insiste en este concepto que, simplemente, es incompatible con el temperamento y la calidad técnica de los jugadores del Sevilla.
Suerte que contamos con un jugador como Lukebakio. Tuvo que resolver él con su zurda letal desde fuera del área, un gol de enorme belleza y plasticidad que despejó todas las nubes negras en el minuto 20. Las camisetas ralladas del Espanyol convertían al equipo rival en los Hermanos Dalton, y el pistolero Lucky Luke Bakio tenía más ganas de tiroteo. Cuando casi nos íbamos al descanso, otra vez el belga derrochó brillo y genio para sacarse de la manga un chute raseado que entró con la precisión de una bola de billar en el fondo de la red.
Dos chispas. Dos momentos de brillo como aquellos que Messi solía tener en el Barcelona para salvar los partidos. Porque fuera de los dos goles de Lukebakio, en el encuentro no hubo prácticamente nada de relieve. Bueno, algo sí que hubo, pero preocupante: la lesión de Nyland, tras caer de forma fea en la aparatosa captura de un balón.
Los tres puntos saben a gloria. Por primera vez, ganamos a domicilio. Y lo hacemos frente a un rival que -este sí- juega en nuestra liga. Toca seguir sumando. Pero cuidemos mucho a Lukebakio.
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