Antonio Lappí, la vía principal para la venta conjunta del Sevilla
Los accionistas conocen las intenciones de compra del grupo que encabeza el exconsejero, quien ha tocado distintos fondos antes de realizar una oferta formal
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Iniciar sesiónUn cambio importante en el accionariado de cualquier club de fútbol, o una venta conjunta de los paquetes mayoritarios de acciones, es una operación de tal envergadura que lo primero que necesita es tiempo. No se va a realizar en dos semanas ni tampoco en ... dos meses. Y más en el caso del Sevilla FC, donde la maraña judicial entre pactos y demandas de los mismos firmantes de esos pactos entre sí, mantienen al club en una situación de tensión accionarial que provoca que no sea ni siquiera sencillo sentar en la misma mesa a los poseedores de los títulos de la entidad. Además de la necesidad tiempo para vestir una operación viable, se deben dar dos circunstancias principales para que salga adelante la misma: que los máximos accionistas tengan intención de vender; y que haya un comprador cuyo objetivo de comprar sea real. Y en el Sevilla se dan ambos axiomas.
El único comprador que está llamando de verdad, y con insistencia, a las puertas del Sevilla es el exconsejero y empresario Antonio Lappí. Uno de sus socios en esta apuesta por hacerse con las riendas del Sevilla es el también empresario y periodista Fede Quintero, quien no duda ya públicamente en señalarlo como un futuro presidente del club de Nervión. Este grupo se está moviendo con diferentes fondos de inversión, entre ellos uno de Panamá, como ha podido conocer ABC de Sevilla, para encontrar la financiación necesaria para presentar una oferta de compra que deje satisfechos a los poseedores de las acciones, además de una previsión monetaria con la que dar los primeros pasos como dirigentes del Sevilla.
Las familias que llevan dominando el Sevilla desde que se convirtiese en sociedad anónima, desde los Del Nido, pasando por la familia Carrión, Castro, Alés o Guijarro están al corriente de esta situación. Las personas que están llevando a cabo las primeras reuniones entre las partes hablan de que gusta que el comprador o la cara visible de los mismos sean personas de la ciudad y con arraigo sevillista. De todos modos, se mantienen los clásicos recelos por las personas que están dentro de la operación, sobre todo los firmantes del pacto de gobernabilidad con respecto a lo que pueda hacer Del Nido Benavente a la hora de dar el paso definitivo de desprenderse de sus acciones. Lo que tienen claro todos los actores de esta compra-venta es que quien desee hacerse con el Sevilla no puede dejar a nadie fuera de juego, es decir, que debe hacer con más del 70% del accionariado. Esto incluye incluso el paquete accionarial que tenían en su poder los americanos y que ahora pertenecen a A-Cap, la aseguradora que se había hecho con los títulos embargados y ahora posee en propiedad, con la representación legal de Juan de Dios Crespo.
Como en toda negociación de esta índole, cada parte tira para su lado. Ya reconocía Del Nido Benavente, en su entrevista publicada el pasado domingo en este medio, que la propuesta de venta por las acciones del Sevilla era más del doble de lo que podría llegar a ofrecerse en la actualidad. Porque tanteo por un precio que pueda rondar los 2.000 euros existe, pero nada de ofertas firmes. Antes de conocer el valor de la acción del club, cualquier comprador quiere saber cómo están las cuentas reales de la empresa, mientras los gestores se defienden no queriendo dar a conocer información sensible en ese sentido. Cada uno juega sus cartas en esta partida. El hecho de que se trate del comprador más amable o más cercano a las apetencias de los vendedores, no quiere decir que se vaya a facilitar su desembarco.
Las cláusulas del pacto
Porque otra fórmula que podían activar las personas que están al frente de la denominada mediáticamente como la tercera vía es la de comprometerse a comprar paquetes de forma individual a cada parte involucrada, sellando alianzas con unos u otros, según la apetencia a vender que cada uno tenga. Sin embargo, aquí aparecen las famosas cláusulas del pacto y las penalizaciones por saltarse lo que en su día acordaron los máximos accionistas, sin incluir aquí a la familia Carrión. De hecho, Del Nido Benavente tiene una demanda por venderle casi 3.000 títulos a los americanos en su momento, saltándose esta norma del acuerdo. Por esto mismo, si nadie llega -no sucederá por el valor actual del club- con 4.000 euros por acción y el derecho de arrastre obligaría a todos a vender, a la tercera vía le toca poner de acuerdo a enemigos acérrimos para que acepten una propuesta justa por sus acciones del Sevilla.
Del Nido Benavente lo tiene claro con Antonio Lappí: «Tiene fama en el empresariado nacional de ser buen gestor. Si tiene el apoyo accionarial y el económico, lo que tiene que hacer es dar el paso al frente definitivo». La compra-venta del Sevilla FC comienza a fraguarse.
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