Los ajustes de Quique Sánchez Flores sacan lustre al Sevilla
El equipo mostró en su victoria ante el Granada un dibujo sensiblemente diferente al de Diego Alonso
Las abundantes bajas del primer equipo obligan al nuevo entrenador a realizar pocas rotaciones este sábado
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Quique quiere a un Sevilla pragmático: «Estamos en tiempos de cortar leña y transportar agua»
Sevilla
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Iniciar sesiónAsegurar que Quique Sánchez Flores ha cambiado al Sevilla FC en menos de 24 horas es, cuanto menos, aventurado. El técnico llegó a la capital hispalense y, prácticamente, tuvo que meterse en el autobús dirección Granada. Allí, su nuevo equipo firmó uno de ... los mejores partidos del curso, abusando de un rival débil y cosechando una victoria liguera casi tres meses después. Además, se tratan de los primeros tres puntos sevillistas a domicilio, obtenidos con tranquilidad, seguridad y sin catastróficas desdichas que empañaran la actuación del equipo. Hasta la expulsión de Manu Bueno no consumada mostraba que las vibraciones sevillistas han virado. Estas impresiones deben aún consolidarse el próximo sábado en el estadio Civitas Metropolitano, un escenario que no se le da nada bien al Sevilla.
Quique se reencontrará con uno de sus exequipos, una motivación extra para conseguir culminar un duelo competitivo. A estas alturas, al plantel blanquirrojo no se le exige probar las mieles de la victoria ante el Atlético de Madrid de Simeone, pero mirar al rival de tú a tú sin complejos e incluso puntuar sería un segundo paso de gigante para el flamante técnico. No tendrá muchos recursos para conseguirlo, puesto que la repleta enfermería sigue sin aligerar su carga y el número de efectivos tangibles son muy limitados. Así, Quique tendrá que sacar un once muy similar, sino idéntico, al del Granada ante los colchoneros. Una situación que no debe ser preocupante si el equipo ofrece las mismas prestaciones.
No hay que aventurar nada, pero el partido de Los Cármenes sí dejó alguna evidencia del cambio de entrenador. El dibujo de Quique Sánchez Flores llevó su firma propia y dotó al equipo de algunos recursos para que minimizaran riesgos y optimizaran esfuerzos. Con la limitación de jugadores, optó por el mismo sistema que Diego Alonso estaba usando en los últimos duelos: un 5-3-2. Eso sí, aprovechando la ausencia de Rakitic por sanción y la lesión de Sow, colocó a Óliver y Suso acompañando a Soumaré, lo que dotó a esta zona más ritmo y físico del acostumbrado. La salida de balón fue mucho más limpia y rápida, con un dinamismo que no se había visto aún esta temporada. De hecho, los tres jugadores mencionados firmaron un partido bastante notable, se complementaron a la perfección bajo la batuta del extremeño, que fue el que repartió el juego demostrando que se siente muy cómodo en esta zona. El propio entrenador destacó en el postpartido la actuación de sus centrocampistas: «Quiero destacar a Óliver y Suso, porque son futbolistas de otra posición y recorrido y nos han demostrado que tienen piernas y aplomo, han sabido recuperar», afirmó en la rueda de prensa.
El gaditano regresó tras su lesión por todo lo alto, ante el Granada se convirtió en el único jugador en el último año y medio que da dos asistencias en el mismo partido de LaLiga con el Sevilla, a Pedrosa y Sergio Ramos en el primer y tercer gol.
Minimizar riesgos
El flamante técnico sevillista alineó a Ramos, Gudelj y Kike Salas para acordonar el área sevillista. Así, configuró la zaga con tres centrales que resolvieron con solvencia todas las llegadas del rival y manteniendo la puerta a cero. Respecto a una de las polémicas más discutidas, la salida de balón desde atrás, Quique dejó claras sus intenciones: sólo cuando el panorama esté tranquilo. En el caso de estar recibiendo la presión del rival, el balón lo más lejos posible del área, es decir, minimizar el riesgo en la salida de balón.
Otra declaración de intenciones que dejó sobre el tapete Quique Sánchez Flores estuvo en la propuesta ofensiva. Colocó a dos delanteros para presionar de forma insistente, un trabajo perfectamente ejecutado por En-Nesyri y Ocampos, que desplegaron físico e intensidad durante todo el duelo. Este planteamiento propició que, curiosamente, el Sevilla FC consiguiera su mejor resultado a domicilio en esta liga en el encuentro en el que menos ha centrado este curso. Con Diego Alonso en el banquillo, el cuadro hispalense estaba encadenando partidos en los que generaba una cantidad elevadísima de centros (58 ante el Villarreal), no obstante, sólo un número residual llegaba a generar peligro real. En Los Cármenes, el Sevilla FC realizó 12 centros, de los cuáles, cuatro fueron buenos.
Los milagros, aunque estemos en Navidad, no existen. Sin embargo, en el fútbol las dinámicas son tan caprichosas que rozan lo sobrenatural. En el caso de Diego Alonso y Quique Sánchez Flores, la mano de entrenador apenas se ha podido notar en lo deportivo, pero el equipo parece otro.
El técnico madrileño ha apelado a lo psicológico en primer lugar, puesto que durante su presentación admitió que el grupo estaba tocado: «Los jugadores entrenan para ganar, para estar en su nivel. Y cuando no estás en tu nivel estás caído, triste, preocupado... todos esos sentimientos negativos que tenemos los humanos y que queremos que desaparezcan lo antes posible. Queremos buscar todo lo contrario a cómo están». Con esta victoria, el madrileño ha dado el primer paso para sanar unas heridas profundas, que no serán tan fáciles de cicatrizar.
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