Tres hoyos y tres medallas

El nuevo campo de Barra de Tijuca se diseñó pensando en los Juegos Olímpicos . Y además de felicitar al arquitecto Gil Hanse por la estupenda obra realizada, en cuanto al recorrido y a la integración medioambiental, hay que darle un sobresaliente por el factor competitivo que está sacando en los jugadores. «Es un gran campo muy entretenido, que está cambiando de patrón constantemente y te obliga a estar siempre atento», reconoció Rafa Cabrera después de su primera inspección.

Pero su éxito no se encuentra solo en la variedad de los hoyos y el paisaje, sino en la habilidad que ha tenido su creador para dejar lo más emocionante para el final. En ese tramo se encuentran tres hoyos cortos de distinto metraje (par 4, par 3 y par 5) en los que el viento y la posición de las banderas juegan un factor determinante cada día. «En este final puedes acabar con cinco abajo o con tres arriba, en función de las condiciones», asegura Sergio García . Buena prueba son sus propios resultados en esos agujeros: menos dos, menos uno y par en las tres jornadas celebradas hasta ahora. Lamentablemente, Rafa no pudo repetir el éxito de las dos primeras rondas (menos tres) y con tres pares terminó como si no hubiera pasado nada. Justo cuando más lo necesitaba. «Fue una pena no poder concluir con tres ‘birdies’ al igual que el jueves y el viernes, pues eso me habría metido de lleno en la lucha por las medallas», se lamentaba al final el grancanario. A su vuelta trabajada de 71 golpes para cerrar el sábado con menos cinco le habría venido de perlas algunos golpes negativos extra. «Después de un mal hoyo 4 he tenido que ir a remolque todo el rato y estoy satisfecho de cómo he competido. A fin de cuentas marcho séptimo, a un golpe del cuarto, y a cuatro del bronce. Ése será mi objetivo lógico el domingo, aunque en golf nunca se puede descartar nada», apunta con una pícara sonrisa.

El poso que da tener un grande en la mochila y varias participaciones en la Ryder Cup son un plus con el que Justin Rose y Henrik Stenson pelearán por la medalla de oro. Hasta el momento han sido los más consistentes del torneo y están sabiendo lidiar a la perfección con las peculiaridades de este recorrido de la Reserva de Marapendi que se está mostrando generoso con los jugadores (ha permitido 81 vueltas en números rojos por 73 sobre par). El inglés firmó una vuelta de menos seis en la que incluyó un «eagle» desde fuera del «green» en el hoyo tres que le dio alas para colocarse como líder. De cerca le siguió el sueco, que con tres menos en un día que brilló en modo «British», acabó a un impacto. Por la forma en la que han manejado los resortes del campo y del viento, son los favoritos pese a no haber sacado epartido el sábado del peculiar trecho final de estos Juegos: Justin sólo le restó un golpe mientras que el sueco los cumplió en paridad.

A diferencia de lo que sucede en el Masters de Augusta , donde el «Amen Corner» es decisivo para perder el torneo, aquí es clave para ganarlo. Pero hay que tener mucho tino con la dirección del viento y la dureza de los botes. El primer día García rozó el albatros cuando su segundo golpe tocó la bandera y quedó muerta para «eagle», pero desde entonces no ha sido capaz de robarle ningún punto más. Y eso le ha pasado factura. Tanta, que se mostró desencantado después de terminar la ronda con uno abajo (-2 en el total), que le dejó en el puesto 22 y sin ningún aliciente en el torneo. «Ya se han terminado los Juegos para mí -declaró apesadumbrado- porque solo hay premio para los tres primeros: ser cuarto no vale. Por muy bien que lo haga ya no van a fallar los veinte que tengo delante. Es una pena, pero ahora solo me queda animar a Rafa para que gane un metal».