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Tiro

Un oro al servicio de los ayatolás

El campeón olímpico en pistola de 10 metros, acusado de ser miembro de la guardia revolucionaria islámica de Irán

Pío García

Deporte y política siempre fueron unidos, por más que las autoridades olímpicas hagan afanosos esfuerzos por mirar hacia otro lado, como si la realidad viniera en lonchas que pudieran ser fácilmente separadas. Hay que hacer encaje de bolillos para reunir en los Juegos a países ... que andan embarcados en guerras continuas y en ocasiones saltan chispas que a la mínima pueden producir un incendio. El primer caso en Tokio fue la sonada retirada de un yudoca argelino, Fethi Nourine, para no enfrentarse en el tatami contra un rival israelí, Tohar Butbul. Cuando ya se han apagado los ecos de ese incidente, estalla otro que puede tener incluso más repercusiones diplomáticas. La entrega de una medalla de oro en tiro, en la disciplina de pistola de aire a 10 metros, al iraní Javad Foroughi ha levantado las iras públicas de algunas organizaciones humanitarias y de una leyenda de este deporte, el coreano Jin Jong-oh, tricampeón olímpico. Jong-oh, que fue descalificado a las primeras de cambio en Tokio, cargó contra el COI nada más tomar tierra en el aeropuerto de Incheon (Seúl) por haberle dado la medalla de oro «a un terrorista», tal y como recoge el diario Korean Times. Sostiene el tirador coreano, y también algunas organizaciones humanitarias, que Foroughi es un miembro de las milicias de la guardia revolucionaria islámica de Irán, los controvertidos pasdarán. «Darle esa medalla -prosiguió Jong-oh- es una tontería absoluta; la cosa más absurda y ridícula».

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